TORONTO – Don Mattingly no se contuvo tras ver caer a su antiguo equipo, los Yankees, ante los Blue Jays de Toronto en las Series Divisionales de la Liga Americana. El legendario capitán de los Yankees, ahora
Los Yankees sufrieron otra decepción en octubre, cuando Toronto volvió a despacharlos. La derrota amplió la sequía de campeonatos del equipo a 16 años, la más larga desde principios del siglo XX. Para Mattingly, ahora al otro lado del diamante, la victoria fue agridulce. Sintió la emoción del éxito en la postemporada, pero a costa de la franquicia que una vez dirigió.
El ex capitán vuelve como oponente

El regreso de Don Mattingly al Yankee Stadium la semana pasada no fue como ningún otro. Los Bleacher Creatures le recibieron pasando lista, coreando su nombre desde las gradas a pesar de su uniforme de los Blue Jays.
«Tío, fue una locura, un poco embarazoso, en realidad», dijo Mattingly riendo. «Pero a todo el mundo (entre los Blue Jays) le pareció genial. Bastante divertido».
El gesto captó la extraña mezcla de nostalgia y rivalidad. Mattingly, que una vez encarnó el orgullo yanqui, acababa de ayudar a eliminar a su antiguo equipo de la competición. Sin embargo, el afecto entre él y los aficionados era innegable.
Un golpe de realidad para los aficionados frustrados
Mattingly entiende lo que es la decepción. Durante sus 14 años de carrera con los Yankees, nunca alcanzó una Serie Mundial. Su única aparición en la postemporada se produjo en 1995, su último año como jugador. Esa historia le da una perspectiva única del equipo actual y de su afición.
Ve ecos de su propia carrera en la trayectoria de Aaron Judge. A pesar de la increíble producción de Judge, los Yankees no han sido capaces de traducir el dominio de la temporada regular en gloria en la postemporada. Muchos aficionados están cada vez más inquietos, preguntándose cuándo acabará la sequía.
El mensaje de Mattingly a esos seguidores frustrados fue directo.
«Los aficionados deben ser realistas», dijo Mattingly. «Los Yankees son buenos todos los años. El año pasado fueron a las Series Mundiales. Si entras en el estadio, sabes que te enfrentas a un buen equipo, con muchas piezas.»
Destacó que los cimientos de Nueva York siguen siendo sólidos. La organización sigue desarrollando a jóvenes promesas, y la plantilla sigue contando con talentos de élite.
«No es que éste sea un equipo que se esté desmoronando», dijo Mattingly. «Y afrontémoslo. Es difícil ganar».
El legado del juez, a examen

La comparación entre Mattingly y Judge parece inevitable. Ambos son líderes de equipo que han logrado cifras históricas, pero que aún no han conquistado un título. Sin embargo, Mattingly ha rechazado esa comparación.
«No veo a Aaron de esa manera, sinceramente», dijo. «Los números que hace son increíbles, ¿verdad? No se puede decir que no haya puesto de su parte».
Mattingly señaló que sus equipos de los Yankees no siempre estaban hechos para competir. En cambio, los equipos de Judge han estado siempre a la altura de los playoffs.
«En el béisbol, tienes ventanas de tiempo en las que puedes ganar», explicó Mattingly. «Yo estuve en muchas buenas ventanas en mi época en Nueva York, pero también hubo 3-4 años que no fueron buenas ventanas. Los Yankees de ahora, siempre están en una buena ventana».
La fórmula de recuperación de Toronto
Tras acabar últimos en 2024, los Blue Jays dieron la vuelta a la situación de forma espectacular. Mattingly atribuyó el resurgimiento a una mezcla de liderazgo veterano y ejecución constante.
«Tuvimos muchos chicos que tuvieron años de recuperación», dijo. «Tipos como George (Springer) y Bo (Bichette) y (Alejandro) Kirk. Aparecieron durante todo el año».
Describió cómo el enfoque de Toronto esta temporada se centró en la intensidad y la responsabilidad diarias.
«Son las pequeñas cosas que vi, como ganar los dos primeros partidos de una serie de (tres) partidos sin que nadie se dijera: ‘Podemos permitirnos perder éste hoy'». dijo Mattingly.
La alineación de Toronto también enfatizaba el contacto y el bateo situacional inteligente, rasgos que contrastan fuertemente con el potente ataque de los Yankees.
«No nos ponchamos mucho, así que cuando lanzamos la bola y la sacamos del campo, somos muy, muy buenos», dijo Mattingly.
El poder tiene un precio
Los bateadores de Toronto hicieron la vida imposible a la rotación de Nueva York, sobre todo contra Max Fried y el novato Cam Schlittler. La capacidad de los Blue Jays para machacar a los bateadores obligó a ambos lanzadores a realizar más lanzamientos y a perder el control.
«Les obligamos a lanzar; lanzamos bastantes bolas que les obligan a esforzarse para sacarlas», dijo Mattingly. «Así que realmente no fue una gran sorpresa que fuéramos competitivos contra esos dos, no si nos fijamos en todo el trabajo de este año».
Ese enfoque puso de manifiesto la diferencia filosófica entre los dos clubes. Los Blue Jays valoraban el bateo paciente y equilibrado, mientras que los Yankees seguían confiando mucho en los jonrones.
Mattingly no llegó a criticar directamente el diseño ofensivo de los Yankees, pero sus palabras llevaban implícita una advertencia.
«Los Yankees están hechos para los jonrones, pero ¿qué viene con eso?». preguntó Mattingly antes de responder a su propia pregunta. «Mucho swing y mucho fallo».
Mensaje para la dirección
Los comentarios finales de Mattingly se dirigieron a los dirigentes de los Yankees, concretamente a Cashman y Steinbrenner. Su tono fue comedido pero inequívocamente mordaz.
«Lo que todo el mundo quiere hacer es jugar bien en defensa, atrapar la pelota, hacer buenos lanzamientos, evitar carreras», dijo Mattingly. «Así que depende de cómo estés hecho. Es decir, todo el mundo quiere las mismas cosas. Sólo que los Yankees siempre se han construido sobre la base de la potencia».
Ese énfasis en la fuerza bruta ha proporcionado grandes números en la temporada regular, pero ningún campeonato desde 2009. Mientras tanto, Mattingly y los Blue Jays pasan a la Serie de Campeonato de la Liga Americana para enfrentarse a los Mariners de Seattle.
Al reflexionar sobre la ironía, una sonrisa cruzó su rostro.
«Eso estaría muy bien», dijo.
Su mensaje a los mandamases de los Yankees no puede ser más claro. La potencia por sí sola no dará otro título al Bronx. Un verdadero equipo campeón necesita equilibrio: defensa, bateo de contacto y profundidad de lanzamiento. Hasta que la directiva adopte esa filosofía, los desengaños de octubre seguirán definiendo a la franquicia que una vez marcó la pauta de la victoria.
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