Oswaldo Cabrera se ha convertido en un alumno aplicado, y su maestro no es otro que la superestrella de los Yankees de Nueva York, Juan Soto. La estrella utilitaria de los Yankees, que cariñosamente llama al bateador del Dominical el “Líder Latino” por su fluidez bilingüe, aprovecha cada oportunidad para observar al bateador, particularmente durante las prácticas de bateo.
Los entrenamientos de primavera se convirtieron en una experiencia de aprendizaje para Oswaldo Cabrera y sus compañeros: el campocorto Oswald Peraza y el jardinero Everson Pereira. Estos jóvenes yanquis se colocaron constantemente cerca de la jaula de bateo de Juan Soto, absorbiendo cada detalle de su magistral enfoque en el plato. El control del bate de Juan Soto fue una clase magistral, y su enfoque en los lanzamientos de línea en lugar de en las bolas voladoras resonó profundamente en Oswaldo Cabrera. Después de cada sesión, Juan Soto, que actuaba como paciente instructor, ofrecía valiosas reflexiones que consolidaban aún más las lecciones aprendidas.
La aguda capacidad de observación de Oswaldo Cabrera le permitió diseccionar la técnica de Juan Soto, en particular la forma única en que genera potencia. Se cuestionaba constantemente a sí mismo, buscando los secretos que se escondían tras la destreza bateadora de Juan Soto. Un aspecto clave fue el énfasis puesto en los line drives. Oswaldo Cabrera quedó impresionado al ver cómo Juan Soto lanzaba cohetes con regularidad durante los entrenamientos, lo que le llevó a replantearse su propio enfoque, que hasta entonces había dado prioridad a los jonrones.
A pesar de un duro comienzo en los entrenamientos de primavera, con una racha de 1 de 23, Oswaldo Cabrera no cejó en su empeño por mejorar. Sin embargo, sus problemas alimentaron las preocupaciones sobre una posible asignación a Triple-A para comenzar la temporada. El deseo de los Yankees de reforzar su banquillo debido a su rendimiento irregular aumentó la incertidumbre. Sin embargo, con la lesión en el pie