Continúa la buena racha de Weaver, ¿pero por cuánto tiempo? Las métricas sugieren cautela a los Yankees.
La turbulenta campaña 2025 de los Yankees de Nueva York ha presentado numerosos retos, como la diezmada profundidad de lanzamiento y las irregularidades ofensivas que han puesto a prueba a las organizaciones más ambiciosas del béisbol. Sin embargo, de esta incertidumbre surgió un improbable héroe del bullpen: Luke Weaver.
Anteriormente considerado una opción fiable para varias entradas, Weaver se ha transformado en un arma de élite en los últimos partidos. Aunque sus estadísticas parecen excepcionales, los análisis subyacentes sugieren patrones preocupantes que los Yankees no pueden ignorar.
La temporada de Weaver supera todas las previsiones

Durante el ecuador de mayo, Luke Weaver ha protagonizado uno de los comienzos de temporada más notables de la historia reciente de la franquicia. A lo largo de 17 cuadros, el lanzador diestro ha cedido sólo una carrera, acumulando 16 ponches, manteniendo un ERA microscópico de 0,53 y registrando un astronómico ERA+ de 764. Su excelencia ya ha generado 1 WAR, superando espectacularmente su WAR acumulada de 1,9. Su excelencia ya ha generado 1,1 WAR, superando espectacularmente su 1,9 WAR acumulado en 62 apariciones la temporada pasada.
Weaver experimentó su primer episodio anotador esta campaña el 5 de mayo contra San Diego, concluyendo una secuencia de 13 partidos sin anotar. Sin embargo, su precisión y aplomo le sitúan en un lugar destacado dentro de la jerarquía de relevistas de los Yankees.
Adquirido inicialmente para cubrir la media entrada, el impresionante rendimiento de Weaver en la postemporada de 2024 -sustituyendo a Clay Holmes en las situaciones de cierre- le aseguró oportunidades ampliadas. Con la adquisición para el All-Star de Devin Williams luchando significativamente desde el canje de Milwaukee, la irrupción de Weaver resulta oportuna y esencial.
La presión del cuerpo de relevo se intensifica en medio de la volatilidad de la rotación

La rotación titular de los Yankees sigue siendo inestable desde el comienzo de la temporada. La prolongada recuperación de Gerrit Cole tras la intervención Tommy John, el catastrófico comienzo de Marcus Stroman (11,57 ERA) más su inclusión en la lista de lesionados, y el calendario de rehabilitación de Luis Gil lastraron mucho a Max Fried y Carlos Rodón.
La reciente designación de Carlos Carrasco creó complicaciones adicionales en el roster, haciendo necesaria una mayor dependencia del bullpen. Aunque Weaver ha destacado, la excesiva exigencia a los relevistas de primera se acumula peligrosamente.
Tras la retirada de Devin Williams de las responsabilidades de la novena entrada debido a deficiencias en su rendimiento, las responsabilidades de Weaver pasan a ser fundamentales para la ejecución del juego final de los Yankees. Sin embargo, el uso ampliado conlleva riesgos inherentes, sobre todo cuando las mediciones sofisticadas sugieren narrativas opuestas.
Regresión potencial: Los análisis revelan patrones preocupantes
A pesar de la prístina ERA de Weaver, las estadísticas fundamentales indican que se aproxima una posible corrección. Su promedio de bateo sobre bolas en juego (BABIP) registra un inverosímil .146, sustancialmente por debajo del promedio de béisbol de .293. Esto sugiere una extraordinaria fortuna en cuanto a resultados de contacto, típicamente insostenible a lo largo de toda la temporada.
Además, los predictores del ERA, incluidos el FIP y el xFIP -eliminando las variables defensivas y de suerte- calculan cifras significativamente elevadas. La mayoría de las estimaciones se sitúan más de 3,00 carreras por encima del rendimiento actual, lo que implica un eventual ajuste estadístico.
Eno Sarris, de The Athletic, informa de que Weaver se encuentra entre los últimos relevistas de la MLB en cuanto a Stuff+, una medida exhaustiva que evalúa la calidad de los lanzamientos. Su puntuación es similar a la de lanzadores en apuros como Jorge López (Nacionales, 7,41 ERA) y Charlie Morton (Orioles, 9,38 ERA).
Esto no invalida los logros de Weaver, pero representa una advertencia analítica. Sarris observó: “Weaver está cerca del final de la lista en lo que se refiere a Stuff+ por lanzadores que han registrado al menos tres paradas esta temporada”.
Hay que mejorar el arsenal de lanzamientos para mantener la excelencia

La variedad de lanzamientos de Weaver es motivo de preocupación. Mientras que su bola rápida alcanza 102 Stuff+, los lanzamientos complementarios rinden por debajo de la media: la deslizadora (81), el cutter (80) y el cambio (94) registran índices de efectividad por debajo de la media.
Weaver tuvo éxito utilizando adecuadamente el repertorio ordinario a lo largo de 2024, manteniendo 100 Stuff+, pero las mayores expectativas de 2025 introdujeron exigencias adicionales. Para aumentar la productividad, sobre todo en las situaciones críticas de la novena entrada, es necesario desarrollar opciones secundarias superiores.
Navegar por este ajuste determina si Weaver mantiene las responsabilidades de cierre más allá de las próximas semanas.
Colaborador esencial, expectativas mesuradas
Actualmente, Weaver representa el adhesivo crucial que estabiliza la unidad de relevo de los Yankees. Teniendo en cuenta las dificultades de Devin Williams y las crecientes incertidumbres de la rotación, su importancia es máxima. Los Yankees deben seguir siendo proactivos en lugar de reactivos: supervisar los patrones de uso, mejorar la selección de lanzamientos y preparar estrategias de contingencia que eviten la sobreexposición y, al mismo tiempo, protejan contra el posible deterioro del bullpen durante las últimas fases de la temporada.
Las aspiraciones de Nueva York al campeonato dependen, más allá de estrellas consagradas como Aaron Judge o Max Fried, cada vez más de intérpretes inesperados como Luke Weaver. Su continuo desafío a la probabilidad estadística frente a la regresión potencial representa narrativas estacionales definitorias.
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