El entrenador de los A’s se la juega en la polémica impugnación de la jugada de Grisham de los Yankees.
El viernes por la noche surgió un incidente inusual en Sacramento durante el dominante triunfo por 10-2 de los Yankees de Nueva York sobre los Atléticos, aunque no fue el resultado desigual lo que acaparó los titulares. Más bien, una curiosa secuencia en el campo, protagonizada por el jardinero central de los Yankees , Trent Grisham, provocó discusiones y reacciones acaloradas tras el partido.
Durante la conclusión de la sexta entrada, Grisham ejecutó una aparente captura estándar de una bola volante. Sin embargo, su acción posterior -un lanzamiento casual y sin esfuerzo por encima de la posición de Aaron Judge– provocó la objeción inmediata del capitán de los Athletics, Mark Kotsay. El mánager mostró una visible frustración por lo que interpretó como una maniobra poco convencional y potencialmente engañosa, a pesar de que no existían violaciones reales del reglamento ni elementos revisables.
Tras una breve consulta con Kotsay, los árbitros mantuvieron la decisión original. No se produjo ninguna infracción, lo que permitió a los Yankees salir del campo manteniendo una ventaja sustancial. No obstante, la reacción de Kotsay puso de manifiesto la creciente frustración de Oakland, que se vio ampliamente superado durante toda la contienda.
El sorprendente ascenso de Grisham preocupa a sus oponentes

Aunque Kotsay cuestionó la metodología de Grisham, su amplia producción de 2025 representa la principal preocupación de los clubes rivales.
Previsto en un principio como profundidad suplementaria dentro de la lista cargada de estrellas de los Yankees, Trent Grisham ha evolucionado hasta convertirse en un auténtico colaborador habitual y en uno de los destacados de principios de campaña de la organización. Sus estadísticas son notables:
- .276 de media de bateo
- .366 porcentaje de bases
- .978 OPS
- 10 home runs
- 20 carreras impulsadas
- 27 hits y 21 carreras anotadas
Desde una perspectiva defensiva, Grisham sigue demostrando que se encuentra entre los mejores talentos de la Liga Americana en el campo exterior. Su trabajo de guante y su cobertura han evitado numerosas oportunidades de gol, mientras que su inteligencia de juego sigue siendo excepcional, a pesar del momento polémico del viernes con Kotsay.
Mínimos pronosticadores anticipaban tal productividad del defensa de 28 años. Tras unas campañas consecutivas decepcionantes con San Diego, su adquisición por los Yankees recibió poca fanfarria en comparación con las llegadas de Cody Bellinger y Paul Goldschmidt. Sin embargo, Grisham se ha establecido rápidamente como esencial dentro de la configuración del manager Aaron Boone.
“Sé que el año pasado no tuvo mucho tiempo de juego”, comentó Aaron Judge, líder de los Yankees, “pero ahora que tiene la oportunidad de jugar todos los días y hacer lo suyo, ha sido divertido verlo”.
Pasar de ser un reparto secundario a marcar la diferencia

La irrupción de Grisham ejemplifica la filosofía organizativa de los Yankees, que ha hecho hincapié en la versatilidad de la plantilla a lo largo de 2025. Tras la marcha cruzada de Juan Soto, que se unió a los Mets junto a varios jugadores angulares que se encontraban lesionados, la franquicia del Bronx ha dependido de colaboradores imprevistos, con Grisham a la cabeza de este movimiento.
Ya sea produciendo momentos ofensivos críticos, impidiendo defensivamente oportunidades de extrabases o generando quejas de la oposición, Trent Grisham se asegura de que la atención colectiva del béisbol permanezca centrada.
Si las trayectorias actuales se mantienen, los Yankees podrían descubrirse avanzando hasta octubre, con un improbable intérprete anclando las operaciones en el centro del campo.
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