El discurso del doctorado honoris causa de Derek Jeter destacó las luchas de su carrera a través de la lente de la resiliencia, no a través de la gloria de los Yankees.
Puede que Derek Jeter esté consagrado en Cooperstown e inmortalizado para siempre en la historia de los Yankees, pero el 3 de mayo de 2025 consiguió un nuevo título que añadir a su currículum: Doctor en Derecho.
Ante casi 70.000 espectadores en el Estadio de Michigan, la Universidad de Michigan honró al ex campocorto de los Yankees de Nueva York con un doctorado honoris causa en Derecho durante su ceremonia de graduación de primavera. Pero no fue sólo el simbólico diploma lo que captó la atención. Fue el poderoso mensaje que Jeter transmitió a la promoción de 2025, lleno de humildad, sabiduría e historias de lucha que dieron forma a una leyenda.
De Kalamazoo al Bronx, pasando por Ann Arbor

Aunque Jeter nunca jugó al béisbol universitario, su conexión con la Universidad de Michigan es profunda. Reclutado para jugar en los Wolverines al salir del instituto, Jeter se matriculó durante un semestre en 1992 antes de dar un salto de fe: entrar en el Draft de la MLB. Los Yankees de Nueva York lo eligieron sexto en la general de 1992, y en 1996 era Novato del Año y campeón de las Series Mundiales.
Más de tres décadas después, el grande de los Yankees regresó no como atleta, sino como mentor, vistiendo el azul y oro de Michigan de una forma diferente.
“Nunca pensé que volvería aquí en esta calidad”, dijo Jeter durante su discurso. “Pero como he tenido una ventaja en la vida, compartiré mis ideas sobre lo que está por venir”.
El mensaje de Jeter: ‘Es tu elección
A lo largo de su discurso, Jeter hizo hincapié en el poder de la elección personal. En un mundo lleno de distracciones y presiones -de compañeros, familia y medios de comunicación-, Jeter animó a los graduados a conocerse a sí mismos y a definir sus caminos con intención.
“Cómo afrontas el día de hoy, y todos los días, es una elección: tu elección”, dijo a la multitud. “Tu vida estará enmarcada en última instancia por las elecciones que hagas”.
Jeter reflexionó sobre un momento decisivo de su infancia: elegir entre un viaje de pesca de fin de semana con amigos o el entrenamiento de béisbol. Su padre no le dijo qué hacer, simplemente le dijo: “Si quieres ser pescador, ve. Si quieres ser jugador de béisbol de las grandes ligas, ve a entrenar”.
¿La decisión de Jeter? Practica.
Ese momento, dijo, marcó la pauta de una vida de disciplina y determinación. Fue el primero de muchos sacrificios que más tarde darían sus frutos a rayas.
El camino a través del fracaso

A pesar de los galardones -cinco campeonatos de las Series Mundiales, 3.465 hits, una media de bateo de .310 en su carrera y una placa en el Salón de la Fama del Béisbol-, Jeter recordó a los graduados que el fracaso formaba parte de su viaje.
“Fracasé públicamente. Fracasé miserablemente”, admitió. “En mi primera temporada como profesional, cometí 56 errores. Para los no aficionados al béisbol, eso es difícil de hacer intencionadamente”.
La sinceridad de Jeter fue sorprendente. Habló de noches en las que lloraba, cuestionándose si pertenecía al béisbol profesional. Los ojeadores dudaban de su capacidad. Los críticos criticaron su defensa. Incluso perdió su sitio tras su debut con los Yankees por sus errores. Pero no renunció. En lugar de eso, se comprometió a mejorar, mental y físicamente.
“Si puedo prometerte una cosa con seguridad es que fracasarás”, dijo. “Lo importante es ver la decepción como una oportunidad para aprender, no como una razón para abandonar”.
Establecer objetivos, mantener los pies en la tierra
Jeter reveló cómo se mantenía en el buen camino: escribiendo objetivos. Desde el estrellato en las Ligas Menores hasta el dominio de la MLB, cada capítulo comenzó con simples intenciones escritas en un papel.
“Mi madre siempre me preguntaba si escribía mis objetivos. Nunca le decía lo que había en la lista, pero hacerlo me ayudaba a transformarlos de meras ideas en acciones”, dijo.
También reconoció que los sueños suelen conllevar cargas: dudas, críticas y largas horas de trabajo. Pero esos son los precios que hay que pagar por perseguir algo significativo.
“Rodéate de la gente adecuada”, aconsejó Jeter. “Aunque fracases por tu cuenta, es casi imposible triunfar solo”.
Dio crédito a sus padres, que fueron pilares constantes de apoyo a lo largo de su trayectoria. “Incluso cuando no estaban en las gradas, sabía que me apoyaban”, dijo.
La llamada a la acción del Capitán

Aunque ya no viste el uniforme de los Yankees, la presencia de Jeter como líder perdura. Su mensaje resonó no sólo entre los graduados, sino entre cualquiera que se enfrente a la incertidumbre y la ambición.
Instó a la clase a pensar críticamente sobre lo que valoran y a perseguir pasiones que enciendan su mejor yo, por difícil que parezca el camino.
“Puede haber efectos secundarios no deseados con esos sueños”, dijo. “Pero es el precio que hay que pagar”.
Para terminar, Jeter pidió a la Promoción de 2025 que reflexionara sobre su estancia en Michigan y sobre la comunidad que les ha formado. “Estos últimos años han sido algunos de los mejores de vuestra vida. Este lugar, la gente, han contribuido a formar lo que sois. Siempre serás un Lobezno de Michigan”.
Luego llegó el lanzamiento final, tan motivador como memorable:
“Da un paso adelante hacia el futuro que tienes ante ti. Es una elección. Tu elección. Adelante Azul!”
Un legado más allá del béisbol
Con su doctorado honoris causa, Derek Jeter añade un capítulo más a una carrera definida no sólo por la grandeza atlética, sino también por la integridad, la responsabilidad y la inspiración.
Del diamante al podio, Jeter sigue siendo un símbolo de excelencia y humildad. Como “Dr. Derek”, sus palabras resuenan ahora mucho más allá del estadio de los Yankees: en las aulas, en los salones de graduación y en las vidas de quienes persiguen sus propios sueños.
Al homenajear a Jeter, la Universidad de Michigan no sólo reconoció a un icono del deporte. Celebró a un hombre que entiende que el legado no se construye sólo con trofeos, sino con elecciones, fracasos y la fuerza para seguir adelante.
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