El error defensivo de Anthony Volpe marca la decepcionante derrota final de los Yankees ante los Orioles.
Aaron Judge sigue haciendo números de MVP. Pero ni siquiera una media de bateo de 0,427 ni un bambinazo al jardín central de 426 pies pudieron salvar a los Yankees de Nueva York de otra frustrante derrota, esta vez ante unos Orioles de Baltimore en apuros.
El miércoles por la noche, un costoso error de campo del campocorto Anthony Volpe en la sexta entrada provocó directamente la carrera de la victoria en lo que acabó siendo una derrota de los Yankees por 5-4 en Camden Yards. Con la derrota, Nueva York perdió su tercera serie consecutiva y cayó a 18-13 en la temporada.
El error no sólo desbarató la entrada, sino que pudo haber desbaratado el partido. También eclipsó otra actuación sobresaliente del capitán del equipo, cuya heroicidad ofensiva se echó a perder en otra competición que se podía ganar.
El momento crucial: El error de Volpe

La secuencia decisiva del partido se desarrolló en la parte baja de la sexta entrada.
Con los Yankees perdiendo por 4-3 y Baltimore amenazando, el relevista Tim Hill indujo lo que parecía ser una doble jugada por el centro. El campocorto Anthony Volpe cargó con confianza, pero falló en el cambio, lo que provocó que no hubiera outs y que los Orioles prolongaran la entrada.
Baltimore no tardó en aprovechar el error. Una carrera blanda al segunda base Pablo Reyes sólo produjo un out forzado, lo que permitió que la quinta carrera cruzara el plato, una carrera que a la postre proporcionó el margen ganador.
Más tarde, la Volpe intentó expiar su error con un walk inicial en el octavo, pero el ataque de los Yankees se estancó cuando Austin Wells, Cody Bellinger y Jasson Domínguez cayeron sucesivamente.
Otro error de campo suyo condenó a los Yankees en Cleveland el 23 de abril.
El juez brilla pero el apoyo flaquea
Judge no tardó en hacerse notar en Camden Yards. En la primera entrada, el capitán de los Yankees se deshizo de un lanzamiento del zurdo de los Orioles, Cade Povich, lanzando un descomunal bambinazo de 426 pies hacia el centro. El jonrón, su 10º de la temporada, consolidó aún más su extraordinaria producción de abril, un mes en el que registró una media de bateo de 0,427 y un OPS astronómico de 1,282.
Más tarde, Judge redujo la ventaja de Baltimore a una sola carrera con un decisivo RBI en la séptima. Cuando un posterior intento de pickoff se fue fuera, Judge avanzó a segunda, creando una gran oportunidad para la carrera del empate. Ben Rice lanzó un profundo batazo al jardín derecho que electrizó momentáneamente al banquillo de los Yankees, pero el jardinero de los Orioles, Heston Kjerstad, lo rastreó hasta la línea de advertencia para acabar con la amenaza.

Judge completó su noche con una actuación perfecta de 3 de 3, añadiendo dos carreras impulsadas y un paseo intencionado, una prueba más de su singular importancia en el ataque ofensivo de Nueva York.
Aumenta la preocupación por Carrasco
Las dificultades de Carlos Carrasco a principios de temporada no mostraron signos de remitir. El veterano diestro cedió ocho hits y cuatro carreras remolcadas mientras sacaba sólo diez outs. Su salida se vio empañada por dos jonrones dañinos en un colapso en la segunda entrada que borró la ventaja inicial de 2-0 de Nueva York.
La ofensiva de Baltimore comenzó con un sencillo de Jackson Holliday, seguido inmediatamente por el jonrón de dos carreras de Ryan Mountcastle que empató el partido. Ramón Urías no tardó en añadir un disparo en solitario para dar a los Orioles su primera ventaja, y Adley Rutschman aportó más tarde un sencillo con RBI para culminar el estallido de cuatro carreras.
El ERA de Carrasco se ha disparado a 5,90, y los Yankees sólo han conseguido una victoria en sus cinco salidas. El marcado contraste con el as Max Fried, que ha conseguido las seis victorias del equipo fuera de la rotación de Carrasco, pone de relieve un preocupante desequilibrio en la plantilla de lanzadores.
Un patrón preocupante también en la pluma

Los Yankees han caído en series recientes ante los Guardianes, los Gaints y los Orioles, todos ellos equipos que sufren sus propias inconsistencias. También han dejado escapar partidos ganables contra Toronto y no han podido completar una posible barrida contra Tampa Bay. A pesar de la notable regularidad de Judge y el dominio de Fried, Nueva York ha tenido dificultades para crear un impulso sostenido.
Estas derrotas se han debido sistemáticamente a un conjunto familiar de culpables: errores defensivos, inestabilidad en el bullpen e incapacidad para cumplir en situaciones de alto riesgo.
Contra Baltimore, los Yankees sólo consiguieron un hit en seis bateos con corredores en posición de anotar, y dejaron tirados a siete corredores.
Alejarse de la decepción
A pesar de la decepción del miércoles, los Yankees mantienen una ligera ventaja al frente de la clasificación de la AL Este. El descanso programado para el jueves ofrece la oportunidad de reagruparse antes de una serie crucial de fin de semana en el Yankee Stadium contra los Rays de Tampa Bay. Se prevé que Max Fried ocupe el montículo en el partido inaugural del viernes.
Para Anthony Volpe, que todavía está encontrando su sitio en su segunda campaña completa en las Grandes Ligas, el error se suma a las crecientes preocupaciones sobre su fiabilidad defensiva. Aunque ha mostrado destellos de un talento excepcional en ambos lados de la pelota, errores mentales como el del miércoles han suscitado dudas sobre su regularidad. Aunque los Yankees siguen respaldando públicamente a su joven campocorto, puede que esté aumentando la presión interna para abordar las vulnerabilidades defensivas detrás de sus titulares de primera línea.
Los Yankees poseen sin duda una de las plantillas con más talento de la Liga Americana. Sin embargo, mantener la ventaja en la división requerirá algo más que la brillantez aislada de Judge y Fried. Mejorar la ejecución defensiva, extraer más entradas de los lanzadores titulares y aprovechar las oportunidades de anotar deben convertirse en prioridades.
Si no se abordan estas cuestiones fundamentales, más juegos -y más series- seguirán perdiéndose de forma igualmente frustrante.
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