El estado de ánimo de Brian Cashman en el ascensor de un hotel de Scottsdale el pasado noviembre dejaba entrever que algo se estaba gestando, justo antes de que el director general de los Yankees ofreciera una ardiente sesión de prensa cargada de blasfemias que duró más de una hora. Tras meses en el punto de mira por lo que había calificado de temporada “desastrosa”, el veterano director general de los Yankees estaba dispuesto a dejar las cosas claras.
Apartándose de su habitual tono sereno y optimista, Cashman defendió ferozmente los procesos internos de los Yankees – “personalmente, estamos bastante bien”- y atribuyó la ausencia del equipo en los playoffs a una combinación de lesiones y mala suerte. Expresó una confianza inquebrantable en la plantilla y predijo un cambio significativo en 2024.
Avanzamos rápidamente hasta este octubre en el Progressive Field de Cleveland, y Cashman era un hombre transformado, radiante desde una plataforma en el centro del campo mientras los Yankees celebraban su primera clasificación para las Series Mundiales desde 2009 tras una victoria en la prórroga sobre los Guardianes. Aunque admitió haberse persignado cuando Juan Soto lanzó el jonrón decisivo, el éxito de los Yankees no fue un acto del destino.
Cashman elogió con orgullo la resistencia del equipo y la oportunidad de competir por un campeonato que tanto les ha costado ganarse, saboreando claramente la transformación de los fracasos de la temporada pasada a este momento de triunfo. “Estoy orgulloso de estos chicos, y orgulloso de que hayamos tenido la oportunidad de ganarnos el derecho a ir a las Series Mundiales”, declaró el jefe de los Yankees tras la victoria en la ALCS. “Estoy deseando aprovechar nuestras oportunidades”.
El examen de conciencia de los Yankees da sus frutos
El capitán Aaron Judge se ha referido a los “fantasmas” de la tradición de los Yankees durante su carrera hacia los playoffs, recordando el famoso intercambio de Derek Jeter con Aaron Boone en 2003 sobre la presencia mística del viejo estadio de los Yankees, justo antes del jonrón con el que Boone ganó la ALCS contra Boston. Aunque esos espíritus legendarios puedan parecer ausentes en el nuevo estadio, el empuje de este equipo de los Yankees proviene probablemente de una fuente más tangible: el aguijón de la decepción del año pasado, con 82 victorias.
Esa frustración llevó al socio gerente Hal Steinbrenner a convocar reuniones urgentes en Tampa, exigiendo que el personal reevaluara y defendiera su enfoque. El entrenador Aaron Boone reflexionó sobre aquella temporada baja como una época de intensa introspección, en la que cada departamento examinó su estrategia para asegurarse de que estaban alineados y preparados para un año de recuperación.
El periodo de introspección de los Yankees fue tan duro como esencial. Tras calificar de “horrible” la temporada 2023, el socio gerente Hal Steinbrenner tomó medidas para mejorar las capacidades analíticas del equipo, asociándose con Zelus Analytics, una empresa dirigida por antiguos ejecutivos de los Dodgers. Contrariamente a los informes que afirmaban que se trataba de una auditoría interna, fueron los Yankees quienes revisaron los métodos de Zelus para mejorar su propio proceso de evaluación.
Aunque esta asociación dio lugar a algunos ajustes en la forma en que el equipo evaluaba el talento, la influencia financiera de los Yankees siguió siendo su mayor activo. Su movimiento más audaz se produjo en diciembre, cuando realizaron un gran traspaso de siete jugadores para adquirir a Juan Soto. A pesar de la preocupación inicial por el elevado precio, tanto en términos de talento -especialmente el derecho Michael King- como de compromisos financieros, Steinbrenner aprobó el acuerdo. Esta decisión supuso un cambio respecto a su anterior postura contraria a la necesidad de una nómina de 300 millones de dólares para construir un aspirante al campeonato.
Steinbrenner justificó la adquisición de Soto haciendo hincapié en la oportunidad única en la vida de conseguir un jugador de su calibre, afirmando que habría sido un error dejarlo pasar cuando las finanzas lo permitían.
La llegada de Soto revitalizó las ambiciones de campeonato del equipo. Envió un mensaje claro de que los Yankees estaban dispuestos a ganar ahora, sobre todo teniendo en cuenta que se esperaba que Soto explorara la agencia libre bajo la dirección de Scott Boras. La urgencia se vio acentuada por el hecho de que las piedras angulares de la franquicia, como Aaron Judge y el ganador del Cy Young Gerrit Cole, están en su mejor momento, y la ventana para aprovecharlo se está cerrando.
Judge, reflexionando sobre la temporada 2023, dijo que los Yankees rindieron por debajo de lo esperado, evitando por poco una temporada perdedora con un récord de .506. Señaló su propia lesión a mediados de temporada -un problema en un dedo del pie causado al chocar contra un muro de hormigón en el estadio de los Dodgers- como un contratiempo clave para el equipo.
La recuperación de Aaron Judge de su lesión le llevó a empezar su entrenamiento de temporada baja antes de lo habitual, y encontró motivación al ver a muchos de sus compañeros de equipo unirse a él en las instalaciones de entrenamiento de los Yankees en Florida. Estos recuerdos afloraron durante los tensos momentos finales del 5º partido de la ALCS, cuando vio a los Yankees conseguir los tres outs defensivos necesarios para sentenciar la serie.
Reflexionando sobre la trayectoria del equipo, Judge expresó su profunda gratitud por la oportunidad de competir a este nivel, destacando la dedicación de los jugadores que se habían reunido en Tampa tras una decepcionante temporada 2023. Destacó cómo su esfuerzo y compromiso colectivos desempeñaron un papel fundamental para llegar a las Series Mundiales.
A lo largo de la temporada baja, varios jugadores se centraron en la superación personal. Giancarlo Stanton avanzó mucho en su forma cardiovascular, mostrándose en mejor forma que antes. Carlos Rodón se sometió a una transformación física, deseoso de demostrar que es digno de su abultado contrato. Anthony Volpe dedicó tiempo a afinar su swing para lograr una mayor consistencia. Más allá del trabajo físico, el equipo también cultivó relaciones más sólidas, creando un ambiente de apoyo y unión.
Este ambiente fue especialmente destacado por Jazz Chisholm Jr., adquirido a mediados de temporada, que describió su experiencia con los Yankees como algo más que unirse a un equipo, comparándola con formar parte de una familia.
La actuación de los Yankees -consiguiendo 94 victorias en la temporada regular y siete en los nueve primeros partidos de los playoffs- pareció confirmar las anteriores declaraciones de confianza del director general Brian Cashman sobre el potencial del equipo. Aunque al principio de la postemporada cometieron algunos errores en el campo y en el juego de base, su juego en general sugirió que eran totalmente capaces de luchar por el título de las Series Mundiales.
Sin embargo, Stanton dejó claro que no bastaba con llegar a las Series Mundiales. El objetivo del equipo sigue siendo ganarlo todo.
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