El relevista de los Yankees Jonathan Loaisiga planea una temporada baja sorprendentemente diferente a la de muchos de sus compañeros de equipo. Mientras algunos hacían las maletas, junto con sus familias, para escapadas tropicales, otros programaban rondas de golf. Pero este nicaragüense se dirige a su granja y su objetivo esta temporada baja es pasar tiempo con sus 22 toros.
Su temporada terminó antes de tiempo, ya que los Yankees colocaron a Jonathan Loaisiga en la lista de lesionados el 12 de septiembre por una inflamación en el codo. Su problema en el codo había planteado problemas al equipo en “diferentes momentos de diferentes años”. La lesión en cuestión se tradujo finalmente en un prolongado periodo de cuatro meses de estancia de Loaisiga en la lista de lesionados, lo que hizo necesario un largo proceso de rehabilitación tras una intervención quirúrgica para tratar un espolón óseo.
Jonathan Loaisiga, el ferviente admirador de Derek Jeter que aspira a emular a su ídolo, comprende que aún le queda mucho por lograr en las grandes ligas. Para alcanzar todo su potencial y consolidarse como una fuerza constante, primero debe superar los retos de mantenerse sano. Es uno de los 15 jugadores de béisbol nicaragüenses que han ascendido al gran escenario de las Grandes Ligas y uno de los dos nicaragüenses en activo que juegan actualmente en la liga, junto con el lanzador de los Tampa Bay Rays Erasmo Ramírez.
La diferente temporada baja de Jonathan Loaisiga
Para Jonathan Loaisiga, el respiro después de la temporada le llevó a su tierra natal, Nicaragua, donde tiene una granja que alberga una ecléctica variedad de animales, como caballos, gallinas y ovejas. Pero eso no es todo: Loáisiga cuida con orgullo de unos ocupantes bastante considerables en su establo: una colección de 22 toros. Su pasión por los animales se remonta a su infancia en un pequeño pueblo a 10 minutos de Managua, la capital de Nicaragua.
El relevista de los Yankees solía comprar gallinas y criarlas cuando tenía unos 13 o 14 años. También recordaba haber acompañado a su primo a una Barrera de Toro, que se asemejaba a un rodeo taurino, donde se daban dos paseos, uno por la tarde y otro por la noche.
A los 24 años, Jonathan Loaisiga emprendió su andadura como propietario de toros, ampliando su establo de forma constante con el paso del tiempo. Alquila estos toros para las emocionantes barreras y las cautivadoras exhibiciones de monta de toros. Estos eventos atraen a multitudes locales a estadios compactos, donde se deleitan con comida y bebida mientras presencian cómo los valientes se turnan para montar toros al ritmo de la música nicaragüense. Los jinetes más atrevidos desafían a los toros más bravos para deleite de los entusiastas espectadores. Incluso los jinetes más hábiles acaban cayendo sin contemplaciones al suelo de la arena, luchando apresuradamente por esquivar la embestida del toro.
La incursión de Jonathan Loaisiga en la cría de toros encierra una capa de simbolismo. Es un reflejo de su propia determinación, ya que ha tenido que mostrar una persistencia inquebrantable para llegar a las grandes ligas y superar la amenaza inicial que suponían las lesiones, que podrían haber hecho descarrilar su ascenso. En la actualidad, estas lesiones han desviado su prometedora carrera. Esta temporada no sólo ha sido una decepción para los Yankees; también ha sido un período de prueba para Jonathan Loaisiga, que ha lidiado con dos períodos en la lista de lesionados, mientras que a punto de establecerse como uno de los relevistas más formidables en el deporte.
El destino de Jonathan Loaisiga siempre ha estado entrelazado con el béisbol desde el momento en que llegó a este mundo. El linaje beisbolístico de su familia es muy profundo: su abuelo fue jugador de la liga profesional de béisbol de Nicaragua, su padre, Stanley, hizo carrera en el sistema de ligas menores de los Expos de Montreal, e incluso su hermano, Mike, pasó tres años en la Liga de Verano dominicana como parte de la organización de los Dodgers de Los Ángeles.
Alrededor de los 7 años, el abuelo de Jonathan Loaisiga, que asumió el papel de criarlo cuando su padre se marchó, lo acompañó a un parque situado en la bulliciosa ciudad de Managua. Fue aquí donde se introdujo por primera vez en el mundo del béisbol, participando en una liga juvenil. A medida que desplegaba su talento innato, Jonathan Loaisiga acabó superando la liga cuando cumplió 11 años. Sin desanimarse, siguió alimentando su pasión por el fútbol entrenándose en un campo cercano a su ciudad natal, Lunica, una instalación famosa por su papel en el desarrollo y perfeccionamiento de las habilidades de las más prometedoras promesas.
En aquella época, la estatura de Jonathan Loaisiga distaba mucho de ser imponente, con una complexión delgada que inclinaba la balanza hacia apenas 115 libras. Además, se le consideraba demasiado joven para unirse a las filas de los jugadores adultos. Sin embargo, su amor por el béisbol era inquebrantable, lo que le impulsó a persistir y a mantenerse firme en torno a este deporte.
Su carrera en el béisbol
Tuvo que recorrer un arduo camino de dos años para conseguir por fin una oportunidad de jugar junto a profesionales curtidos en Lunica. Una vez que debutó en ese ámbito, quedó meridianamente claro que Jonathan Loaisiga poseía un talento notable. Notablemente, a la tierna edad de 17 años, hizo una prueba para los Gigantes de San Francisco, asegurándose finalmente un contrato con el equipo en 2012.
Tras un par de temporadas frustrantes empañadas por lesiones relacionadas con el hombro en 2014 y 2015, los Giants decidieron separarse de Jonathan Loaisiga. Posteriormente, firmó un contrato con los Yankees de Nueva York. Sin embargo, en su primera salida con el equipo Single-A Charleston en 2016, se vio obligado a abandonar debido a problemas en el codo, necesitando finalmente una cirugía Tommy John para rectificar el problema.
Tras su regreso triunfal de la operación, Jonathan Loaisiga continuó causando sensación, ascendiendo constantemente en el escalafón de la organización. Cuando llegó 2018, había ascendido a la categoría de prospecto número 14 de los Yankees, una distinción que le otorgó MLB Pipeline. Ese año, en su debut en las grandes ligas, demostró su destreza al lanzar cinco entradas sin anotaciones contra los Tampa Bay Rays.
La trayectoria de Jonathan Loaisiga en el béisbol experimentó un cambio notable al pasar de lanzador titular a relevista, mostrando su dominio al lanzar una potente bateadora sinker contra los bateadores rivales. Cuando llegó 2021, se había consolidado como uno de los relevistas más destacados del deporte. En 57 apariciones durante esa temporada, Jonathan Loaisiga consiguió nueve victorias, superando el total de victorias de los titulares de los Yankees Jameson Taillon y Jordan Montgomery juntos. Según FanGraphs, su impresionante ERA de 2,17 lo situó en el cuarto puesto en Ganancias por Sustitución (WAR) entre los lanzadores de relevo.
Sin embargo, la trayectoria hacia el superestrellato ha experimentado últimamente una desaceleración. Jonathan Loaisiga, de 28 años, se ha visto afectado por una inflamación en el codo derecho, que le ha limitado a sólo 17 partidos esta temporada. Durante este tiempo, Jonathan Loaisiga consiguió mantener un ERA de 3,06 en 17 2/3 entradas lanzadas.
Jonathan Loaisiga lleva consigo el orgullo de su tierra natal cada día que salta al campo, dedicándose a ofrecer su mejor rendimiento a los aficionados. Es este compromiso y dedicación inquebrantables lo que le impulsa a perseverar ante la adversidad y a esforzarse al máximo para alcanzar sus objetivos.
El mánager de los Rays, Kevin Cash, dijo a los periodistas que observó un asombroso parecido entre Jonathan Loaisiga y un joven Mariano Rivera. En esencia, la discreta figura del bullpen de los Yankees posee la tenacidad y resistencia que recuerdan a un toro, listo para afrontar cualquier desafío que se le presente.
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