Paul Goldschmidt, el consumado primera base de los Yankees y cuatro veces ganador del Guante de Oro, sorprendió a los espectadores el miércoles lanzando pelotas a tierra en la segunda base durante el entrenamiento previo al partido contra Cleveland. La inusual visión representa algo más que una simple curiosidad: es un indicio de los drásticos cambios que se avecinan en el infield.
El veterano de 15 años nunca ha defendido otra posición que no fuera la primera base o la de bateador designado a lo largo de más de 1.900 partidos de carrera. Esta prueba posicional marca un territorio sin precedentes para el experimentado bateador.
El experimento sugiere una planificación estratégica más amplia dentro de la organización.
Comprender la partida de ajedrez posicional

La audición de Goldschmidt en la segunda base durante los calentamientos no fue un experimento casual. El movimiento refleja una cuidadosa planificación diseñada para hacer frente a las crecientes complicaciones de la plantilla de los Yankees.
Giancarlo Stanton volverá pronto de una lesión en el codo, recuperando su habitual papel de bateador designado. Esta novedad amenaza el tiempo de juego de Ben Rice tras su productiva actuación como suplente. Rice ha ofrecido unos números impresionantes – .246/.333/.520 con 12 jonrones y 25 carreras impulsadas – ganándose que se le siga considerando en la alineación. Su posición principal sigue siendo la primera base.
Trasladar a Goldschmidt a la segunda base, aunque sea periódicamente, crea espacio para Rice en la primera, al tiempo que mantiene las contribuciones ofensivas de ambos jugadores. Sin embargo, este arreglo afectaría directamente a un fijo de los Yankees desde hace mucho tiempo: DJ LeMahieu.
LeMahieu parece el más vulnerable en este escenario de reorganización. Su tiempo de juego y su producción han disminuido desde que se perdió casi dos meses por problemas en la pantorrilla. Una configuración Rice-Goldschmidt podría relegar a LeMahieu al banquillo.
El regreso de Chisholm complica la lista

El regreso de Jazz Chisholm Jr. tras su lesión esta semana ha añadido otra arruga al rompecabezas del infield. Ha sido desplegado en la tercera base en lugar de su típico puesto de segunda base. Anthony Volpe sigue seguro en el shortstop, pero la tercera base carece de una solución clara.
Los Yankees han confiado en la versatilidad posicional para maximizar su potencial ofensivo. Sin embargo, la flexibilidad tiene límites cuando demasiadas piezas compiten por muy pocos puestos.
Oswaldo Cabrera, Jorbit Vivas y Pablo Reyes han rotado por varias posiciones del interior con resultados irregulares. Oswald Peraza proporciona otra opción marginal. El equipo sigue buscando una solución fiable para la tercera base tras la marcha de Cabrera de ese puesto.
Estas circunstancias colocan al manager Aaron Boone y al GM Brian Cashman en una posición difícil, que podría justificar una petición sin precedentes de su veterano primera base.
Evaluación del juicio Goldschmidt

Goldschmidt ha destacado desde que llegó a Nueva York, con una línea de .327/.382/.477 con seis jonrones, 28 carreras impulsadas y 144 OPS+. Proporciona una defensa estable y un liderazgo veterano. La cuestión sigue siendo si un jugador de 37 años puede dominar los fundamentos del mediocampo que nunca ha necesitado.
Los Yankees están probando esta posibilidad. La viabilidad a largo plazo sigue siendo incierta.
Las reacciones de los fans fueron muy variadas en las redes sociales. Algunos aceptaron el enfoque creativo:
“Goldy en 2ª, Rice en 1ª y Stanton DH me parecen bien”.
Otros expresaron sus dudas: “Ben Rice sería muy obviamente una mejor apuesta en 2B”.
Algunos escenarios de intercambio sugeridos: “Jazz a 3ª, Goldy a 2ª para recoger a Josh Naylor en la fecha límite”.
La estrategia tiene mérito. Conserva la producción ofensiva de Rice y Stanton, al tiempo que mantiene la estabilidad defensiva en otros aspectos, sobre todo teniendo en cuenta las dificultades de LeMahieu.
Implicaciones a largo plazo en la plantilla de los Yankees
Goldschmidt firmó un contrato de un año y entró en la agencia libre después de 2025. Aunque su bate sigue siendo valioso, es posible que los Yankees ya estén planeando su marcha. La capacidad de segunda base, incluso en dosis limitadas, podría facilitar acuerdos alternativos de primera base a través de Rice o de posibles adquisiciones comerciales.
El movimiento también indica incertidumbre sobre el estatus diario de LeMahieu. El antiguo campeón de bateo y jugador defensivo de servicios públicos ha visto disminuir su impacto. Su producción ofensiva ya no garantiza la titularidad automática cuando sus compañeros de equipo ofrecen resultados superiores.
Esta evolución podría representar la sutil transición de la organización hacia una estructura de infield posterior a LeMahieu que haga hincapié en la juventud, el potencial y la optimización de la alineación.
¿Necesidad estratégica o desesperación?

Pedir a un veterano de 15 años que aprenda segunda base parece inicialmente desesperado. El contexto aporta claridad. Los Yankees han luchado contra las lesiones, el bajo rendimiento y la incertidumbre posicional en todo su infield. Volpe no puede cubrir todas las posiciones. Chisholm no puede resolver varios puestos simultáneamente. El regreso de Stanton obliga a realizar ajustes en la alineación.
Puede que este experimento no reinvente por completo el papel de Goldschmidt. En cambio, añade otra opción táctica para las consideraciones estratégicas de Boone, como el trabajo a tiempo parcial en la segunda base y las sustituciones defensivas en los últimos partidos. Un mecanismo para presentar a Rice y Stanton juntos es igualmente tentador.
¿Jugará realmente Paul Goldschmidt de segunda base con los Yankees de Nueva York? El tiempo lo dirá. La disposición del cuerpo técnico a explorar esta opción revela su urgente búsqueda de soluciones para el infield y su compromiso de maximizar la producción ofensiva.
Con la proximidad de las decisiones sobre la fecha límite de traspasos y la posición en los playoffs en juego, esta experimentación en el interior del campo podría ir más allá de las sesiones de entrenamiento previas a los partidos.
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