La llegada de Carlos Rodon al Bronx fue recibida con grandes expectativas y entusiasmo por parte de los aficionados de los Yankees. El zurdo, que acababa de firmar un lucrativo contrato de seis años y 162 millones de dólares con el equipo, se consideraba una incorporación clave para reforzar su plantilla de lanzadores. Sin embargo, la primera temporada de Rodon con los Yankees no fue como estaba previsto, dejando a los aficionados y a la organización con preocupaciones sobre su futuro rendimiento. Por este motivo, el entrenador de los Yankees, Matt Blake, expresó su incertidumbre, afirmando que era difícil ofrecer una valoración definitiva. Esta incertidumbre se debía al hecho de que era el primer año que los Yankees contaban con el jugador, y carecían de experiencia previa sobre su habitual llegada en pretemporada.
“Así que creo que es algo que decimos, ‘Muy bien, eso tiene que ser un enfoque para nosotros de asegurarnos de que estamos físicamente preparados para ir este entrenamiento de primavera para golpear el suelo corriendo para que no tengamos ningún contratiempo,’ ” dijo Blake. “Esa sería la principal prioridad esta temporada baja. Luego, obviamente, tendremos algunas conversaciones sobre la marcha: dónde está, dónde se entrena y le haremos un seguimiento, como a cualquier otro chico”.
La crítica temporada baja de Carlos Rodon
Las lesiones plagaron la temporada de Rodon desde el principio, arrojando una sombra de duda sobre su capacidad para cumplir lo prometido. Sufrió una distensión muscular en el antebrazo después de un entrenamiento de primavera, lo que provocó un retraso significativo en su debut con los Yankees, que no se produjo hasta el 7 de julio. Fue un comienzo poco propicio para un lanzador con un historial de lesiones, que aparentemente había dado un giro a su salud en los dos años anteriores.
Su rehabilitación se complicó aún más por problemas de espalda, lo que provocó un breve regreso a la lista de lesionados en agosto debido a una distensión en los isquiotibiales. La inconsistencia en su condición física fue una fuente de incertidumbre para los Yankees, ya que no habían tenido experiencia previa con la forma en que Rodon suele entrar en la temporada. El entrenador de lanzadores Matt Blake comentó que era difícil determinar su preparación física, teniendo en cuenta que era el primer año que los Yankees lo tenían en su plantilla.
Blake hizo hincapié en que una de las principales prioridades de la temporada baja era asegurarse de que Rodon estuviera en óptimas condiciones físicas para evitar cualquier contratiempo durante los entrenamientos de primavera. El objetivo era empezar con buen pie y eliminar cualquier contratiempo que pudiera surgir de una preparación inadecuada. Era crucial que Rodon estuviera en su mejor forma física cuando empezara la siguiente temporada.
A pesar de los malos comienzos, en la última parte de la temporada se vislumbraron atisbos de esperanza. Las actuaciones de Rodon contra los Red Sox y los Pirates en salidas consecutivas en septiembre estuvieron más en línea con lo que esperaban los Yankees. En esas salidas, lanzó un total de 11 ²/₃ entradas, cedió sólo cuatro carreras y ponchó a unos impresionantes 19 bateadores. En particular, mostró un aumento de la velocidad de su bola rápida, con una media de 96,1 y 96,4 mph en esos partidos. Fue una señal positiva, pero su rendimiento pareció decaer en sus dos últimas salidas, incluida una final con una velocidad de bola rápida inferior a 93,6 mph.
Tanto Rodon como el cuerpo técnico de los Yankees mantuvieron que gozaba de buena salud durante este periodo, disipando las preocupaciones sobre una lesión. El cambio de Rodon hacia la incorporación de más bolas curvas y cambios en su repertorio de lanzamientos fue visto como un desarrollo positivo. Este ajuste complementó su habitual dependencia de las bolas rápidas y deslizantes y pareció aumentar la eficacia de su bola rápida. Encontrar la consistencia en su mecánica y refinar su entrega fueron aspectos cruciales para ayudar a Rodon a volver al nivel de rendimiento que se espera de él.
Los Yankees se dirigen ahora a una temporada baja crítica, y es igualmente crucial para Carlos Rodon. Con un año completo de experiencia juntos, el equipo y el lanzador esperan establecer un ritmo de comunicación más eficaz durante la temporada baja. Esto implica mantenerse al tanto de su condición física, asegurándose de que está en la mejor forma, y abordar cualquier problema que pueda haber plagado su temporada de debut con los Yankees.
A medida que se acerca la temporada 2023, los focos se centran en Carlos Rodón. La inversión de los Yankees en él fue considerable, y los aficionados están ansiosos por ver si puede cumplir la promesa que llevó a su fichaje. Esta temporada baja representa una oportunidad para que Rodon se restablezca, se reagrupe y trabaje para lograr una campaña exitosa que se alinee con las expectativas del equipo.
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