SíganosMás de tres meses después de un infame momento de las Series Mundiales en el Yankee Stadium, Austin Capobianco, aficionado de los Yankees , sigue estando en el centro de la polémica. Este hombre de 38 años, natural de Connecticut, que agarró y abrió el guante del jardinero derecho de los Dodgers de Los Ángeles, Mookie Betts, en el cuarto partido, se ha enfrentado a una reacción implacable, a una expulsión indefinida de las Grandes Ligas de Béisbol e incluso a un extraño acoso anónimo.
Austin, hincha de los Yankees, tras un incidente en las Series Mundiales
El incidente, que se produjo en directo ante 16 millones de telespectadores y se ha reproducido innumerables veces en Internet, provocó una expulsión inmediata y, meses después, la decisión de la MLB de prohibir a Capobianco la entrada en todos los estadios de las Grandes Ligas. Pero, según The Athletic, las repercusiones han ido más allá de las consecuencias oficiales: Capobianco se ha enfrentado a una avalancha de amenazas, mensajes obscenos e incluso paquetes anónimos enviados a la casa de su familia y a su lugar de trabajo.
“Era caca”, dijo Capobianco, describiendo una entrega, que acabó en casa de sus padres en Connecticut debido a unos registros de direcciones obsoletos. Su oficina, donde trabaja en el negocio familiar de suministro de servicios alimentarios, recibió otros paquetes no solicitados.
“Todas las cosas con las que mi familia ha tenido que lidiar por mi culpa”, dijo. “Las llamadas sin parar. La gente que me envía fotos de sus penes de aspecto feo. Los paquetes”.
Capobianco insiste en que lamenta haber interferido con Betts y desea que el incidente “nunca hubiera ocurrido”. Aunque está decepcionado por la decisión de la MLB, comprende la sanción y espera volver en algún momento al Yankee Stadium, donde asiste a los partidos desde su infancia.
Su papel en la polémica jugada se debió a una decisión tomada en una fracción de segundo. Sentado en la sección 109 con su hermano y unos amigos, se encontró en la trayectoria de una falta de Gleyber Torres. La pelota llegó al guante de Betts antes de que intervinieran las manos de Capobianco.
Lo que siguió fue un raro caso de interferencia de un aficionado. Betts intercambió unas palabras con Capobianco y su grupo, mientras la seguridad del estadio escoltaba rápidamente a Capobianco y a su amigo John Hansen fuera del estadio. En un principio se les dijo que podían volver para el 5º partido, pero luego se les prohibió la entrada, y los Yankees donaron sus entradas a una familia con un hijo que lucha contra el cáncer.
Desde entonces, Capobianco se ha distanciado del momento, evitando las redes sociales y negándose a ver las repeticiones. Pero inmediatamente después, aceptó su notoriedad, hablando con ESPN y apareciendo en un podcast de Barstool Sports.
Una prohibición sin plazo
La MLB citó un “grave riesgo para la salud y la seguridad” de Betts al dictar su suspensión indefinida el mes pasado. Un portavoz de la liga señaló también que otro aficionado de la sección había manifestado anteriormente su preocupación por el comportamiento del grupo de Capobianco.
Aunque al principio Betts restó importancia a la situación, más tarde habló con franqueza en el programa de Peacock “Back That Year Up 2024”, diciendo: “Realmente diría: ‘Que os jodan'”.
Según los términos de la prohibición, Capobianco tiene prohibido asistir a partidos o eventos de la MLB, pero puede asistir a partidos de ligas menores, siempre que no se jueguen en estadios propiedad de equipos de grandes ligas.
“Soy un héroe en la tierra de los yanquis. Soy un villano en América”, dijo Capobianco. “Realmente no me importa. Sólo quiero que se olviden de mí”.
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