El entrenador de los Yankees, Aaron Boone, se ha apoyado cada vez más en Oswaldo Cabrera, apodándolo la “red de seguridad” del equipo por su extraordinaria versatilidad. La estrella utilitaria se ha convertido en una pieza vital para los Yankees, capaz de intervenir en casi todas las posiciones del campo cuando las lesiones o los días de descanso lo exigen.
A lo largo de la temporada, Cabrera demostró su flexibilidad jugando en todas las posiciones excepto en el centro del campo y como receptor. Incluso se subió brevemente al montículo, lanzando un tercio de entrada sin ceder una carrera contra los Ángeles el 8 de junio.
Inicialmente proyectado como jugador de banquillo en los Entrenamientos de Primavera, su valor se hizo evidente el Día Inaugural. Con DJ LeMahieu fuera de juego por una fractura ósea en el pie derecho, Cabrera fue llamado para empezar en la tercera base contra los Astros. Tuvo un impacto inmediato, con un 2-4 y una carrera impulsada el 28 de marzo.
La capacidad de adaptación de Cabrera ha sido fundamental para Nueva York, sobre todo cuando llegan las lesiones. A pesar de no tener experiencia en primera base antes de esta temporada, sustituyó a Anthony Rizzo el 31 de agosto, cuando Rizzo estaba de baja por una fractura en el antebrazo derecho. Ahora que se espera que Rizzo se pierda la Serie de División de la Liga Americana contra los Reales debido a dos dedos fracturados, es probable que Cabrera pase más tiempo en primera base.
El maestro utilitario de los Yankees, deseoso de adoptar cualquier papel, expresó su amor por el juego, independientemente de su posición. Aunque reconoció la preferencia del equipo por Rizzo en la alineación, subrayó su disposición a dar un paso adelante. Su actitud de dar prioridad al equipo refleja la mentalidad colectiva de los Yankees, que se preparan para la postemporada.
“Me encanta jugar. Ésa es la cuestión. No me importa ninguna posición en la que juegue”, transmitió.
Los Yankees necesitan a Cabrera más que nunca
El entrenador de los Yankees, Aaron Boone, ha observado una notable mejora en la capacidad de Cabrera para batear a lanzadores diestros, una evolución que ha aumentado su valor para el equipo. El jugador ha aumentado su promedio contra los diestros de .215 la temporada pasada a .268 este año, lo que le da argumentos de peso para ser titular en el partido del sábado contra los Reales.
Boone elogió la profesionalidad y dedicación de Cabrera, destacando la pasión del joven jugador por el juego y su compromiso con la preparación. Destacó la rutina constante del yanqui, que incluye mantener su agudeza defensiva lanzando bolas al suelo y asumiendo su nuevo papel en la primera base.
“Es un buen compañero de equipo, un buen profesional, le encanta el juego y la preparación”, dijo el entrenador sobre Oswaldo. “Le ves trabajar a diario y se asegura de que se mantiene en forma con sus bolas en el suelo.
La versatilidad de Cabrera ha sido crucial, ya que le ha permitido cambiar sin esfuerzo entre las posiciones de interior. Ha pasado mucho tiempo como tercera base titular y ha ocupado el puesto de campocorto cuando ha sido necesario. Boone también destacó el trabajo proactivo de Cabrera durante los entrenamientos de bateo, asegurándose de que hace repeticiones en el campo para mantenerse en forma en varias posiciones.
“La primera base se le ha hecho un poco más nueva este año”, explicó el manager. “Tiene mucho trabajo allí, pero rebota de un lado a otro. Durante un tiempo fue nuestro tercer base habitual. Ha jugado un poco en corto. Si le observas durante los entrenamientos de bateo, saltará al campo y se asegurará de que está haciendo sus repeticiones en directo”.
Este resurgimiento contrasta con las dificultades de Cabrera en 2023. Tras una sobresaliente temporada de novato en 2022, en la que su energía y sus golpes decisivos fueron la clave, el año pasado atravesó una mala racha, que le llevó a pasar tres temporadas en Triple A. Su OPS bajó de .741 como novato a sólo .574 en 2023.
El nuevo enfoque
Cabrera reflexionó sobre sus dificultades, atribuyendo el bajón de rendimiento a intentar incorporar demasiados consejos a su swing. Admitió que escuchar demasiadas voces perturbó su enfoque en el plato, pero su vuelta a la forma ha dado a los Yankees otra opción fiable de cara a la postemporada.
“Estuve trabajando mucho con mi constancia [at the plate this offseason] y mis habilidades mentales, intentando apartar toda la basura de mi cabeza y sólo intentar concentrarme en las cosas que puedo controlar”, explicó. “Por eso, todo lo que puede ocurrir fuera de mi control, no hay nada que pueda hacer al respecto. [Rowson] es más que un entrenador de bateo; es un tipo mental para mí. Es el tipo de persona que intenta asegurarse de que tengo la mente bien puesta”.
Esta temporada, Oswaldo Cabrera adoptó un nuevo enfoque tras una conversación crucial con el entrenador de bateo James Rowson, que le instó a ser fiel a sí mismo y a mantener una mentalidad agresiva. Este consejo cambió la perspectiva de Cabrera respecto a su actitud anterior de ignorar los errores como “parte del juego”, asumiendo que la mejora llegaría de forma natural.
Cabrera dijo que durante la pretemporada se centró en conseguir más consistencia en el plato y en afinar su juego mental. Trabajó para eliminar las distracciones y concentrarse en lo que podía controlar, reconociendo que hay aspectos del juego que están fuera de su alcance y aprendiendo a aceptarlos.
La relación de Cabrera con Rowson va más allá de la típica instrucción de bateo. Ve a Rowson como algo más que un entrenador, como un mentor que le ayuda a mantener una mentalidad positiva y centrada.
Además de la orientación de Rowson, Cabrera encuentra motivación en el aliento diario que recibe de sus padres, Leo y Jitty. Sus mensajes de texto expresan el orgullo que siente por su rendimiento, lo que le ayuda a mantener la energía durante toda la temporada. Cabrera reflexionó sobre los momentos difíciles a los que se ha enfrentado y señaló que sus padres siempre fueron conscientes de esas luchas. Su apoyo constante, dijo, le da la motivación para seguir adelante.
“Siempre me decían cosas bonitas”, contó Cabrera. “Me da mucha energía para seguir adelante”.
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