En un emocionante duelo vespertino, la victoria de los Yankees sobre los Rays en Tropicana Field se vio impulsada por la notable actuación de sus bateadores de orden inferior. Aunque Aaron Judge contribuyó con un jonrón de dos carreras, el aluvión ofensivo de los Yankees se vio realzado por cinco jonrones, incluidos dos de José Treviño, el primero de su carrera para Jahmai Jones, y una explosión crucial del luchador Gleyber Torres, que aseguraron una victoria por 10-6.
A pesar del inusitado descalabro del bullpen en las últimas entradas, que a punto estuvo de dilapidar una ventaja de 6-0, la resistencia de los Yankees brilló con luz propia. Las seis entradas sin anotaciones de Luis Gil se vieron ensombrecidas por los esfuerzos combinados de Caleb Ferguson, Nick Burdi y Luke Weaver, que permitieron a los Rays reducir la diferencia a una sola carrera en la parte baja de la séptima.
Sin embargo, el oportuno jonrón de tres carreras de Torres en la octava entrada proporcionó un colchón muy necesario para los Yankees y un suspiro personal de alivio para el segunda base. Tras ir perdiendo por 0-2 en la cuenta, Torres luchó durante un duro bateo antes de lanzar su segundo jonrón de la temporada, ampliando la ventaja a 9-5 y asegurando una reñida victoria para los Yankees (27-15).
“Fue un gran golpe que nos permitió respirar un poco después de que nos presionaran”, admitió el entrenador Aaron Boone.
El entrenador de los Yankees, Aaron Boone, subrayó la importancia del jonrón de Torres en la octava entrada, describiéndolo como un momento crucial que permitió al equipo respirar más tranquilo tras enfrentarse a la intensa presión de los Rays. El ataque ofensivo de los Yankees continuó cuando José Treviño hizo lo propio con su segundo jonrón del día, ayudando a asegurar el partido de goma contra sus rivales de la AL Este (20-21) y a conseguir otra victoria en la serie.
El fondo de los Yankees sigue centrado en la palabra “W
Treviño, que ahora batea .368 con un OPS de .972 en sus últimos 19 partidos, destacó la importancia de la victoria del equipo por encima de todo. Sus contribuciones, junto con las del resto de la alineación, proporcionaron un amplio apoyo al lanzador inicial Luis Gil, que ofreció una actuación estelar en el montículo.
“Al final, la letra ‘W’ es lo más importante”, dijo Trevino, que bateó dos jonrones el domingo.
A pesar de no haber tenido su mejor dominio al principio, Gil lanzó seis entradas, permitiendo sólo tres hits y dos bases por bolas, y ponchando a tres bateadores. Su éxito reciente ha sido notable: sólo ha permitido una carrera en sus últimas 18 ¹/₃ entradas y ha reducido su ERA a un impresionante 2,51.
Treviño alabó el enfoque agresivo de Gil, señalando que el joven lanzador atacaba sistemáticamente a todos los bateadores a los que se enfrentaba, independientemente de su estado. Elogió la inquebrantable determinación de Gil de desafiar a los bateadores con cada lanzamiento, expresando su convencimiento de que el diestro está destacando en este aspecto de su juego.
Los Yankees no perdieron el tiempo y apoyaron a Gil en las primeras carreras, ya que Anthony Volpe empezó el partido con un triple y luego anotó gracias al sacrificio de Juan Soto. Este arrebato ofensivo marcó la pauta para el resto del partido, asegurando que los Yankees mantuvieran el control durante toda la contienda.
En un notable despliegue de destreza ofensiva, la mitad inferior del orden de bateo de los Yankees dio un paso al frente para impulsar al equipo a la victoria. Jahmai Jones, que sólo era titular por segunda vez esta temporada, lanzó el primer jonrón de su carrera en la tercera entrada, un disparo en solitario al jardín izquierdo que demostró su potencial. Para no ser menos, José Treviño, que bateaba en octavo lugar, conectó un jonrón de dos carreras en la cuarta entrada, ampliando la ventaja de los Yankees a 4-0. La embestida ofensiva continuó cuando Aaron Judge, que había estado bateando muy bien, hizo un lanzamiento de dos carreras en la quinta, poniendo a los Yankees por delante 6-0.
Sin embargo, los Rays montaron una feroz remontada en la séptima entrada, empezando por la lucha de Caleb Ferguson en relevo de Luis Gil. Ferguson cargó las bases para José Siri, que aprovechó una bola rápida 1-2 para marcar un grand slam. Nick Burdi entró entonces en el partido, sólo para caminar a dos bateadores y golpear a otro, recargando las bases. Luke Weaver tomó el relevo, pero golpeó a Isaac Paredes en el casco con un lanzamiento de 3-2, forzando una carrera y reduciendo la diferencia a 6-5.
Sin embargo, Weaver recuperó la compostura y retiró a los dos bateadores siguientes, frenando la remontada de los Rays justo a tiempo. Con el partido pendiente de un hilo, Gleyber Torres, que había tenido problemas con una media de bateo de 0,207 y un OPS de 0,543, consiguió un decisivo jonrón de tres carreras que selló la victoria de los Yankees.
Torres, reflexionando sobre su crucial golpe, mencionó que simplemente estaba luchando por poner la pelota en juego, con la esperanza de generar un fly o cualquier golpe que ayudara a marcar una carrera en ese momento crítico. Expresó su inmensa satisfacción por aportar algo significativo al equipo, especialmente cuando sus compañeros estaban animados. Torres destacó que la alegría de sus compañeros de equipo hizo que el momento fuera aún más especial, resaltando la importancia de su oportuna contribución al éxito de los Yankees.
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