Los Yankees de Nueva York llevaron a cabo una serie de maniobras estratégicas en la plantilla el jueves, desprendiéndose de varios jugadores enun intento de remodelar su equipo para el futuro. Estos ajustes han despejado un valioso espacio en la plantilla, lo que puede sentar las bases para nuevas adquisiciones, ya sea mediante fichajes en la agencia libre o promocionando a talentos de dentro de la organización.
La marcha de McKinney
Uno de los jugadores más afectados por estos cambios es el jardinero Billy McKinney. A sus 29 años, McKinney se encuentra en una encrucijada en su carrera. Ahora se enfrenta a una decisión crítica: puede optar por la agencia libre, explorar posibles oportunidades con otros equipos o aceptar ser reasignado a Triple-A. En las ligas menores, McKinney tendría la oportunidad de afinar sus habilidades y hacer las mejoras necesarias en preparación para un posible regreso a las mayores en 2024.
La actuación reciente de McKinney en la liga ha sido digna de mención. En 48 partidos, mantuvo una media de bateo de .227, con un respetable porcentaje de bases de .320. Aportó seis jonrones y 14 carreras. Su tasa de strikeout se situó en el 26,5%, compensada por una tasa de walkout del 11,6%, lo que dio como resultado un wRC+ de 101 que indicaba que era un jugador ofensivo ligeramente superior a la media en la temporada anterior.
Los números de McKinney con los Yankees
Lo que más destaca en el arsenal ofensivo de McKinney es su impresionante potencia en el plato. Sus métricas son las más altas de su carrera, con un 41,1% de golpes fuertes, un 12,2% de barriles y una velocidad media de salida de 89,1, con un pico de velocidad de salida de 109,7 mph. Estas estadísticas indican que ha estado haciendo contactos sólidos y tiene el potencial de añadir valor y diversidad a cualquier alineación.
Un aspecto intrigante del rendimiento de McKinney fue su éxito contra lanzadores zurdos, con un promedio de bateo de .333 y un porcentaje de bases de .400, aunque en una muestra limitada de sólo nueve partidos. Contra lanzadores diestros, sus números fueron menos estelares, con un promedio de bateo de .218 y un OBP de .314, aunque sus seis jonrones fueron contra diestros.
En el frente defensivo, McKinney registró 333 entradas en el campo exterior. A pesar de -2 carreras defensivas salvadas y -1 out por encima de la media, mantuvo un porcentaje de fildeo perfecto. Algunos podrían argumentar que McKinney, como bateador zurdo que también puede jugar en primera base, podría haber sido un activo más valioso que Jake Bauers, que comparte características similares.
Bauers, a sus 28 años, jugó 84 partidos, pero sus números ofensivos quedaron por detrás de los de McKinney. Registró un promedio de bateo de .202, un OBP de .279 y un porcentaje de slugging de .413, junto con 12 home runs y 30 RBIs. Su producción ofensiva se reflejó en su 89 wRC+, inferior al de McKinney. Sin embargo, los Yankees podrían percibir un potencial sin explotar en Bauers que justifique un mayor desarrollo.
En cuanto al futuro de McKinney, hay un rayo de esperanza, ya que podría tener otra oportunidad durante los entrenamientos de primavera para asegurarse un puesto en la plantilla. Sin embargo, el fantasma de la agencia libre se cierne sobre él, lo que supone un reto potencial a la hora de encontrar un nuevo equipo que se ajuste a sus habilidades y expectativas. En el gran esquema de la estrategia de los Yankees, parece que están comprometidos a reforzar la profundidad del equipo e invertir en prospectos que ofrezcan un mayor potencial para la temporada 2024.
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