Apenas ha comenzado la primavera en el George M. Steinbrenner Field de Tampa, y ya hay un murmullo que no se puede ignorar. No es sólo el sol de Florida o el crujido de los bates lo que atrae la atención de todo el mundo: es Spencer Jones. Aaron Boone habla maravillas de su velocidad y afirma que “puede volar de verdad”, por lo que está claro que no estamos hablando de un jugador cualquiera.
Spencer Jones ya llama la atención de todos
Imagínatelo: un gigante de 6,6 metros, despatarrado junto a su taquilla, garabateando en un cuaderno azul bebé. No es la típica imagen de un jugador de béisbol, pero así es Spencer Jones. No se contenta con ser una figura imponente en el campo, también es un pensador, un planificador. Este licenciado en comunicación de Vanderbilt, que aún no ha terminado la carrera, ha hecho del diario una parte tan importante de su entrenamiento como las prácticas de bateo.
Jones no es un nombre más en la lista de los Yankees. Tras encender las estadísticas en High-A Hudson Valley y Double-A Somerset la temporada pasada, está en el radar de todo el mundo. Con una línea de bateo de .267/.336/.444, 16 jonrones y 66 carreras impulsadas, es la comidilla de la ciudad. ¿Y hemos mencionado que birló 43 bases el año pasado? Para ser un tipo grande, Jones tiene una velocidad que sorprende y deleita a partes iguales.
Aaron Judge, el rey de los jonrones de los Yankees, y Hal Steinbrenner, el hombre que tiene la última palabra, ven algo especial en Jones. Y no se trata sólo de su rendimiento en el plato. Esta temporada baja, Jones se centró en perfeccionar su swing y añadir músculo, todo ello manteniendo esa velocidad de la que Boone no para de hablar.
¿Soplan vientos alisios?
Pero con el protagonismo llegan las especulaciones: ¿seguirá Jones vistiendo de rayas durante mucho tiempo? Los Yankees se han mantenido herméticos, especialmente después de que las conversaciones de intercambio que involucraban a Jones y a Dylan Cease, de los Medias Blancas de Chicago, se detuvieran. Está claro que los Yankees ven a Jones como una estrella en ciernes, alguien que podría convertirse en un fijo en su outfield.
Sin embargo, en el béisbol, como en la vida, nada es seguro. Las necesidades inmediatas del equipo, especialmente de lanzadores, podrían obligar a tomar una decisión difícil. ¿Podría Jones, con toda su promesa y potencial, ser traspasado por una pieza que encaje en el rompecabezas de los Yankees en este momento? Es una pregunta que se cierne con fuerza, incluso cuando Jones se centra en el día a día, en aprender de compañeros de equipo como Judge y Giancarlo Stanton, y en aprovechar todas las oportunidades para crecer.
Jones no es sólo un jugador; es una historia en ciernes. Mientras toma notas, trabaja en su juego y sueña con el futuro, todos a su alrededor no pueden evitar soñar un poco también. Tanto si se queda en los Yankees como si se convierte en la clave de un gran traspaso, una cosa es segura: Spencer Jones es un nombre que no olvidaremos pronto. ¿Qué le parece? Deje su comentario a continuación.