Los Yankees de Nueva York hicieron movimientos modestos en la fecha límite de traspasos, incorporando a un bateador y a dos relevistas conocidos por su capacidad para ponchar. No siguieron una estrategia de ganar a toda costa debido a las limitaciones financieras de los propietarios y a un sistema de granjas debilitado. Como resultado, no consiguieron objetivos importantes como Crochet o Díaz, que podrían haber reforzado significativamente su plantilla.
En lugar de eso, se centraron en abordar las necesidades inmediatas para apuntalar su equipo, que, aunque tiene un potencial importante, también presenta debilidades evidentes. Su planteamiento consistía más en cumplir los requisitos básicos para seguir siendo competitivos que en hacer una firme declaración de ambición de campeonato.
Jazz Chisholm Jr.: Los Yankees reciben un impulso
Los Yankees adquieren al CF/INF Jazz Chisholm, Jr. de los Marlins a cambio del receptor en ciernes Agustín Ramírez y los jugadores en ciernes Jared Serna y Abrahan Ramírez.
La adquisición de Chisholm por parte de los Yankees aporta un atletismo muy necesario a su envejecida plantilla. Sus diversas habilidades -combinación de velocidad, potencia y versatilidad defensiva- le convierten en un valioso activo en varias posiciones, como el centro del campo, la segunda base y, ahora, la tercera base.
Con sólo 26 años, Chisholm ya ha causado un notable impacto con los Yankees. Su talento ofensivo y su flexibilidad defensiva han quedado patentes, sobre todo en su suave adaptación a la tercera base, una posición nueva para él. Esta disposición a adaptarse pone de manifiesto su actitud de anteponer el equipo a todo lo demás.
A pesar de las preocupaciones sobre su historial de lesiones, Chisholm ofrece una solución a largo plazo para los Yankees, ya que el control del equipo se extiende hasta 2027. Podría ocupar el puesto de segunda base después de esta temporada, sobre todo teniendo en cuenta la inminente agencia libre de Gleyber Torres y la probabilidad de que no regrese.
La versatilidad y el potencial de Chisholm hacen de él algo más que una solución temporal. Representa una inversión estratégica en el futuro del equipo, que aborda las necesidades inmediatas a la vez que posiciona a los Yankees para seguir siendo competitivos en los próximos años.
El paquete de intercambio de los Yankees a Miami estaba encabezado por Agustín Ramírez, un prometedor receptor de 22 años con un importante potencial de potencia. Ramírez impresionó con un OPS de .942 y 16 jonrones en 58 partidos AA, lo que le valió un ascenso a AAA, donde siguió demostrando su talento. Su traspaso se hizo viable debido a la profundidad de los Yankees en cuanto a posibles receptores y al reciente éxito de Austin Wells en las Grandes Ligas.
El acuerdo también incluía a Jared Serna, un mediocampista de 22 años que ha demostrado una sólida capacidad ofensiva en high-A, con un OPS de .785 y 13 jonrones en 88 partidos. Para mejorar aún más el paquete, los Yankees añadieron a Abrahan Ramírez, un joven talento que no cumplirá 20 años hasta octubre. Ramírez ha destacado en la Liga Compleja de Florida, con un promedio de bateo de .348, un porcentaje de bateo de .447 y un porcentaje de bateo de .513, lo que le convierte en una atractiva promesa.
Este intercambio satisfizo la necesidad de los Marlins de una mayor profundidad en la recepción y reforzó sus posibilidades en el mediocampo. Para los Yankees, fue un movimiento estratégico para aprovechar su excedente de prospectos a cambio de talento inmediato en las grandes ligas.
Mark Leiter Jr.: Los Yankees anteponen la necesidad inmediata al futuro
Los Yankees hicieron un intercambio por Mark Leiter Jr. con los Cachorros de Chicago intercambiando al lanzador Jack Neely y al jugador de campo Ben Cowles.
Mark Leiter Jr., continuador de un distinguido legado en el béisbol, se ha convertido en un destacado relevista. Esta temporada, ha registrado un sólido ERA de 4,21 en 39 apariciones y 36 ⅓ entradas, ponchando a unos impresionantes 53 bateadores. Su elevado porcentaje de fallos (36,7%) y de ponches (34,9%) le sitúan en el percentil 98 de la liga, cubriendo una necesidad crucial en el bullpen de los Yankees.
La eficacia de Leiter va más allá de los strikeouts. Destaca a la hora de inducir el contacto débil, con una velocidad media de salida de sólo 87 mph, y ha alcanzado una tasa de bolas por el suelo del 50,6%, la más alta de su carrera. Su capacidad para neutralizar a los bateadores zurdos, con una media de carrera de .213 y un OPS de .657, refuerza aún más el bullpen de los Yankees.
Con control de equipo hasta 2025, Leiter ofrece tanto impacto inmediato como valor futuro. Su tasa de ponches es la 11ª entre los lanzadores que se enfrentan al menos a 100 bateadores esta temporada, lo que representa una mejora significativa para un bullpen de los Yankees que entró el martes con una tasa de ponches mediocre del 23% (17ª en la MLB).
La adquisición de Leiter mejora estratégicamente el cuerpo de relevistas de los Yankees, abordando deficiencias clave y proporcionando estabilidad a largo plazo.
A sus 33 años, Mark Leiter Jr. ha demostrado una notable resistencia y eficacia a pesar de los recientes desafíos. Tras un breve periodo en la IL debido a una distensión en el antebrazo -un problema dado su historial de operaciones Tommy John-, ha regresado con fuerza, lanzando 7 ⅔ entradas perfectas y ponchando a 14 jugadores.
Aunque su ERA de 4,21 puede no destacar, el FIP de 2,11 de Leiter es el sexto entre los relevistas cualificados de la MLB, lo que refleja su verdadero impacto. Su variado repertorio de cinco lanzamientos, en el que destacan los sinkers y los splitters, mantiene a los bateadores desequilibrados. Su splitter ha sido especialmente eficaz, con sólo tres sencillos en 194 lanzamientos y una notable tasa de fallos del 62,7%.
Para adquirir a este veterano relevista, los Yankees traspasaron a dos prometedores aspirantes. Grant Neely, de 24 años, había impresionado en Doble-A y Triple-A con su estilo de lanzamiento duro, mientras que Matt Cowles, también de 24 años, estaba progresando en Doble-A. Ambos eran elegibles para la Regla 5 del draft y habrían necesitado puestos en el roster de 40 hombres esta temporada baja.
Este intercambio no sólo refuerza el bullpen de los Yankees con un impacto inmediato, sino que también alivia futuras presiones en la plantilla. Al cambiar potencial por rendimiento demostrado, han resuelto las necesidades actuales y simplificado sus próximas decisiones sobre la plantilla.
Enyel De Los Santos: Preocupación por la elección de los Yankees
Los Yankees enviaron a San Diego al jardinero en perspectiva Brandon Lockridge para adquirir al lanzador de relevo Enyel De Los Santos y al brazo en perspectiva Thomas Balboni, Jr.
De Los Santos cuenta con una notable tasa de fallos del 32,5%, que le sitúa en el percentil 92, y sus 10,7 ponches por cada nueve entradas ocupan el puesto 22 entre los relevistas con más de 40 entradas lanzadas esta temporada.
Sin embargo, su perfil general de lanzador es preocupante. De Los Santos tiene un problema importante con el contacto duro, como indica su tasa de 13,9% de cañonazos, que se sitúa en el percentil 1 y es la tercera más alta entre los lanzadores que se enfrentan a más de 100 eventos de bolas bateadas este año. Además, lidera a todos los relevistas cualificados en jonrones permitidos por cada nueve entradas, con una tasa de 2,45.
Estos puntos débiles podrían exacerbarse en el entorno propicio para los bateadores del Yankee Stadium, lo que podría disminuir su eficacia de ponches a menos que se realicen ajustes.
La prudente estrategia de los Yankees en el plazo límite
Al parecer, los Yankees tenían un acuerdo provisional para adquirir a Jack Flaherty, pero decidieron echarse atrás tras revisar su historial médico. Los recientes problemas lumbares de Flaherty, que requirieron múltiples inyecciones y le hicieron perderse una titularidad en julio, probablemente preocuparon a la oficina principal de Nueva York.
Ante la escasez de talentos de primer nivel, los Yankees hicieron movimientos estratégicos al adquirir a Chisholm, Leiter y De Los Santos. En teoría, estas incorporaciones deberían reforzar la plantilla. Sin embargo, la verdadera prueba para la temporada 2024 será si el núcleo existente puede competir por un campeonato, en lugar de depender únicamente de estas nuevas adquisiciones para elevar al equipo.
Las adquisiciones de Chisholm y Leiter cubren necesidades clave de los Yankees, y Chisholm podría ser la adquisición de un jugador de posición más destacada del plazo de traspasos. Sin embargo, la evaluación general pone de relieve las oportunidades perdidas para seguir reforzando la plantilla.
Dada la incertidumbre que rodea al futuro de Juan Soto más allá de esta temporada, aprovechar su presencia para asegurar un campeonato podría haber sido un fuerte incentivo para su regreso. Aunque estos movimientos no descartan el éxito, dejan otras áreas críticas, sobre todo los lanzamientos iniciales y las posiciones de las esquinas del campo, insuficientemente cubiertas.
Depender de jugadores lesionados para recuperarse y de jugadores con dificultades para mejorar plantea riesgos. Plantea dudas sobre si los Yankees han hecho lo suficiente para maximizar su ventana de campeonato, especialmente a la luz de la urgencia creada por el tiempo limitado de Soto con el equipo.
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