Aunque el director general de los Yankees, Brian Cashman, mostró una actitud diplomática respecto a la situación contractual de Gerrit Cole, la dinámica reveló una realidad más compleja. El equipo consiguió mantener a su as sin aumentar su compromiso financiero, a pesar de la opción de asegurarlo con un quinto año adicional a 36 millones de dólares. Este resultado representa una victoria temprana para los Yankees de cara a la temporada 2025, sobre todo tras su decepción en las Series Mundiales de 2024.
Cashman explicó que la decisión de ampliar el plazo de negociación se debió a la falta de tiempo tras las Series Mundiales. Señaló que las productivas conversaciones entre todas las partes implicadas -él mismo, el agente Scott Boras, el propietario Hal Steinbrenner y Cole- desembocaron en el acuerdo de conceder más tiempo para las negociaciones.
“Quizá la hierba no sea siempre más verde”, dijo el GM de los Yankees el lunes. “Creo que está contento donde está. Creo que le gusta nuestra organización. Creo que le gusta para quién está jugando y trabajando, y creo que le gustan sus compañeros de equipo. Y creo que piensa que tenemos una oportunidad legítima de ganar”.
Aunque Cashman insinuó la posibilidad de mantener conversaciones sobre una futura ampliación de contrato, indicó que dichas conversaciones sólo avanzarían si eran financieramente ventajosas para los Yankees. Esto podría implicar salarios anuales reducidos o pagos aplazados para mitigar las implicaciones del impuesto de lujo.
“Era algo que en ese momento no nos sentíamos necesariamente cómodos haciendo”, explicó Cashman. “Pero queríamos recuperar a nuestros jugadores y a nuestro as, y desde luego él no quería irse. Tuvimos mucho diálogo sano sobre cómo enhebrar la aguja y mantenerlo en juego. Siempre podremos seguir hablando a medida que avancemos sobre el futuro, porque la intención cuando fichamos a Gerrit era que liderara nuestra plantilla hasta el final de su carrera.”
La firme postura de los Yankees en este momento crucial, cuando Cole podría haber optado por la agencia libre, indica su intención de mantener este enfoque durante el resto de su contrato de cuatro años, que se extiende hasta los 37, a menos que alguna modificación se alinee claramente con sus intereses.
Aunque Cashman restó importancia a la idea de un enfrentamiento estratégico durante las negociaciones, el resultado se ajustó estrechamente a los objetivos de los Yankees. La decisión de Cole de retirarse parecía poner a prueba la voluntad de la organización de mejorar las condiciones de su contrato, una estrategia que finalmente no tuvo éxito.
Por qué el drama del contrato de Cole podría favorecer a los Yankees
Las negociaciones del contrato de Cole atraen la atención sobre las próximas conversaciones de los Yankees con otro cliente de Scott Boras, Juan Soto, pero las circunstancias difieren enormemente. A diferencia de Cole o Aaron Judge, Soto no tiene vínculos con los Yankees. Con sólo 26 años y en su mejor momento, se espera que Soto atraiga una fuerte competencia de varios equipos, lo que posicionará su mercado de forma diferente al reciente periodo de negociación de Cole.
El director general Brian Cashman se refirió a las dudas iniciales del equipo sobre la ampliación del contrato de Cole hasta 2029 a 36 millones de dólares, pero señaló que mantener a su as seguía siendo una prioridad. Cashman señaló que sustituir a Cole sería difícil, incluso con lanzadores destacados disponibles como Corbin Burnes, Max Fried, Blake Snell y, potencialmente, Roki Sasaki. La incertidumbre sobre cómo podrían adaptarse a la presión única de Nueva York puso de relieve la ventaja de retener a Cole, que ya ha destacado en ese entorno. Cashman habló de Cole como alguien profundamente integrado en la organización de los Yankees, comparándolo con la familia.
Con Aaron Judge cumpliendo 33 años en abril, los Yankees siguen comprometidos con su enfoque de “ganar ahora”. La presencia continuada de Cole concuerda con esa mentalidad y, en última instancia, podría llevar a la retirada de su número 45, si su rendimiento se mantiene a un nivel de élite durante los próximos cuatro años. Cashman confirmó el objetivo de la franquicia de construir la plantilla en torno al núcleo Judge-Cole.
Cashman describió el acuerdo como algo que ambas partes deseaban, con el objetivo de mantener intacta la asociación. Sin embargo, bajo el acuerdo mutuo había elementos prácticos: la reticencia de los Yankees a hacer una ampliación automática de 36 millones de dólares y la preocupación de Cole por sus perspectivas en el mercado abierto.
Las actuales tendencias de rendimiento de Cole suscitan algunas preocupaciones importantes para los Yankees. A sus 34 años, tuvo problemas en el codo que le limitaron a 19 salidas, y su ERA de 3,41 fue el más alto desde que dejó Pittsburgh por Houston. Su índice de ponches también ha disminuido de forma constante en las tres últimas temporadas, pasando del 32,0% al 27,0% y luego al 25,4%, coincidiendo con la represión de las sustancias ilegales en los lanzamientos.
La decisión de mantener a Cole tenía implicaciones más amplias para los Yankees. Dejar marchar a un as probado habría enviado un mensaje a toda la liga sobre la precaución y la gestión del riesgo. Las preocupaciones sobre la durabilidad de Cole siguen siendo válidas, dada la gran carga de trabajo de su carrera, que supera las 2.000 entradas, incluidas las salidas de postemporada. Su rendimiento en los próximos años, de los 34 a los 38 años, es incierto comparado con el que tuvo en su mejor momento, de los 29 a los 33 años.
Las puntuaciones de similitud de Baseball Reference establecen comparaciones entre la trayectoria actual de Cole y la carrera de Max Scherzer. Scherzer tuvo una década de temporadas fiables de 30 partidos hasta los 33 años, pero sólo una temporada así después, excluyendo la temporada acortada de 2020. Aunque Scherzer seguía lanzando con calidad cuando estaba sano, su frecuencia de partidos y su impacto general disminuyeron.
Aunque se especulaba con la posibilidad de que equipos como los Mets, los Filis o los Orioles hicieran una oferta de 180 millones de dólares por el as de los Yankees, tal interés seguía siendo hipotético. Tampoco estaba claro si Cole querría empezar de nuevo con un nuevo equipo a estas alturas de su carrera.
Internamente, la profundidad de la rotación de los Yankees presentaba desafíos: Néstor Cortés a punto de salir de la agencia libre tras sufrir problemas en el codo, y una mezcla de Luis Gil, Carlos Rodón, Clarke Schmidt y Marcus Stroman, a quienes el GM Brian Cashman había considerado anteriormente insuficientes para el éxito en la postemporada. Así pues, mantener a Cole resultó ser la opción más viable, sobre todo sin comprometerse a pagar 36 millones de dólares más en 2029.
Asegurar a Cole antes del posible caos de la temporada baja supone una victoria temprana para los Yankees de cara a la temporada 2025, aunque la verdadera prueba llegará en el campo.
¿Qué te parece? Deja tu comentario a continuación.