El mundo del deporte amaneció el 16 de agosto de 1948 con la muerte de Babe Ruth, el mayor símbolo del mundo del béisbol, en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York. Setenta y cinco años después de su muerte, el legado del “Sultán de Swat” sigue despertando curiosidad y orgullo entre los aficionados al béisbol. Su popularidad trascendió todas las barreras en Estados Unidos cuando estaba en la cima de su carrera e incluso los sucesivos Presidentes estadounidenses aprovecharon políticamente la influencia de Babe Ruth.
Durante su etapa como jugador, Babe Ruth logró un total de 714 jonrones y estableció un récord al conseguir 60 jonrones en una sola temporada. También guió a los Yankees a ganar siete campeonatos de las Series Mundiales, al principio como lanzador y más tarde como bateador. La leyenda de los Yankees pasó muchos años con los presidentes estadounidenses, empezando por Woodrow Wilson, pasando por Harry Truman y muchos más.
La relación de Babe Ruth con los presidentes de EE.UU.
En 1915, el Presidente Wilson hizo algo que ningún otro presidente había hecho antes: fue a ver un partido de las Series Mundiales. Esta serie en particular enfrentaba al equipo de Babe Ruth, los Red Sox, con los Phillies. La leyenda del béisbol recordó más tarde que siempre había existido una gran amistad entre él y el Presidente Wilson.
En 1920, cuando Warren G. Harding intentaba convertirse en el nuevo presidente después de Wilson, pidió el apoyo de Babe Ruth. Sin embargo, “El Bambino” se negó diciendo que no era demócrata. Pero Harding ganó la carrera presidencial. El Presidente de Estados Unidos acudió al primer partido celebrado en el Yankee Stadium en 1923 y animó a la leyenda de los Yankees, que conectó un home run.
Ese verano, cuando Harding falleció, “The King of Crash” escribió una nota personal a la esposa del presidente para expresarle sus condolencias.
Una de las historias populares que se cuentan a menudo sobre Babe Ruth afirma que una vez le dijo al presidente en un día extremadamente caluroso que hacía un calor del demonio, utilizando la palabra “Prez”. Lamentablemente, no estamos completamente seguros de si el presidente mencionado aquí era Harding o el siguiente, Calvin Coolidge. Sin embargo, el comentario juguetón de la leyenda del béisbol siempre ha hecho que la gente se pregunte cómo deben actuar los deportistas ante los líderes electos.
El flip-flop
En 1928, Herbert Hoover, que se presentaba a la presidencia por los republicanos, pidió a Babe Ruth que se hiciera una foto con él. Al principio, se negó por su apoyo al gobernador de Nueva York, Al Smith, que era demócrata y compartía la misma fe católica.
Ya en 1924, a petición de Franklin Delano Roosevelt, Babe Ruth había apoyado a Smith durante su anterior intento de convertirse en candidato, aunque no funcionó. Tras reconsiderarlo, cambió de opinión sobre su negativa a Hoover en 1928. Babe Ruth acabó haciéndose fotos tanto con Smith como con Hoover, algo parecido a lo que Michael Jordan dijo más tarde sobre cómo hasta los republicanos compran zapatillas.
Sin embargo, Babe Ruth también hizo una de las declaraciones más duras sobre Hoover menospreciándole.
En 1930, cuando le preguntaron a Babe Ruth si ganaba más dinero que el Presidente de Estados Unidos, respondió que no había ningún problema, ya que había tenido un año mejor que el del Presidente. Sus palabras parecían captar la forma en que Hoover se esforzó por gestionar la Gran Depresión.
Unas semanas antes de las elecciones de 1932, Hoover, el oponente de Roosevelt, hizo el primer lanzamiento en un conocido partido de la Serie Mundial entre los Yankees y los Cubs. Fue el mismo partido en el que Babe Ruth conectó su famoso home run, a menudo apodado “Called Shot”, contra Charlie Root.
Los aficionados de los Cubs no estaban contentos y abuchearon. Sin embargo, a Roosevelt le gustaba mucho lo que estaba pasando. Expresó su asombro, mencionando que era increíble y que Babe Ruth era una persona afortunada.
Un año después, Babe Ruth fue a la Casa Blanca cuando Roosevelt era presidente. FDR rodeó con el brazo a la leyenda de los Yankees y habló de la vez en que su aparición desvió la atención de un grupo de personas con las que Roosevelt estaba hablando en 1920.
El último presidente en vida de Babe Ruth fue Harry Truman. En julio de 1948, el inmortal del béisbol escribió una carta a Truman pidiéndole que asistiera al estreno de “The Babe Ruth Story”, una película sobre la historia de su vida. Truman dijo que no podría ir, y la leyenda del béisbol falleció al mes siguiente. Sin embargo, este no fue el final de sus conexiones con presidentes.
Durante ese mismo verano, Babe Ruth fue a New Haven, y allí conoció a George H. W. Bush, que era el capitán del equipo de béisbol de Yale. Incluso se hicieron una foto juntos. Después, en 2018, Donald Trump concedió a Ruth la Medalla Presidencial de la Libertad a título póstumo.
Aunque Babe Ruth tenía firmes opiniones políticas y no dudaba en compartirlas, no permitió que esas opiniones le impidieran relacionarse con presidentes de distintos partidos políticos. Era algo más que un icono del deporte. Babe Ruth era y es un icono nacional.
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