Los Yankees de Nueva York se enfrentarán a los Reales de Kansas Cityen las Series Divisionales de la Liga Americana (ALDS), reavivando una rivalidad que ha estado latente durante más de 40 años. Los Royals reservaron su billete para este partido al barrer a los Orioles de Baltimore en la Serie de Comodines, preparando un enfrentamiento de postemporada que se remonta a algunos de los años más acalorados de la historia de las Grandes Ligas de Béisbol.
Los Yankees llegan a los ALDS como primeros de la Liga Americana, y su nómina de 302 millones de dólares empequeñece la de los Royals, que tienen 114 millones, la segunda mayor entre los equipos de los ALDS. Pero si algo nos dice la historia es que los números de la nómina no definen el éxito en la postemporada, especialmente cuando está en juego una rivalidad reavivada.
1976: El nacimiento de una rivalidad
La Serie por el Campeonato de la Liga Americana (ALCS) de 1976 marcó el inicio de la feroz rivalidad entre los Yankees y los Royals. La serie de cinco partidos fue de lo más intensa, culminando en un dramático quinto partido en el Yankee Stadium. Fue Chris Chambliss quien convirtió una noche tensa en legendaria, con un jonrón en la parte baja de la novena que dio a los Yankees la victoria por 7-6 y les envió a sus primeras Series Mundiales en más de una década.
La estrella de los Yankees durante aquella temporada de 1976 fue sin duda Thurman Munson. El capitán y receptor fue el corazón del equipo, tanto ofensiva como defensivamente. Munson bateó .302 ese año, ganó el premio MVP de la Liga Americana y proporcionó golpes decisivos durante toda la temporada, incluso en la ALCS. Su liderazgo fue decisivo para llevar a los Yankees al Clásico de Otoño, poniendo fin a una sequía de 12 años en las Series Mundiales.
Partido 1 (9 de octubre de 1976) – Yankees 4, Royals 1
La ALCS comenzó en el Royals Stadium, con el as de los Yankees Jim “Catfish” Hunter en el montículo frente a Larry Gura. Nueva York aprovechó dos errores de lanzamiento de George Brett en la primera entrada para adelantarse por 2-0. Hunter dominó, lanzó un partido completo y sólo permitió una carrera. El doblete de dos carreras de Roy White en el noveno puso a los Yankees por delante 4-1, sellando la victoria.
2º partido (10 de octubre de 1976) – Royals 7, Yankees 3
Kansas City igualó la serie al día siguiente, aprovechando cinco errores de los Yankees. Paul Splittorff, de los Reales, sustituyó al abridor Dennis Leonard y mantuvo a raya a los Yankees, mientras el bullpen de Nueva York flaqueaba. Kansas City se distanció con tres carreras en el octavo, ganando 7-3.
Partido 3 (12 de octubre de 1976) – Yankees 5, Royals 3
Ante un Yankee Stadium abarrotado, Dock Ellis superó una primera entrada difícil en la que cedió tres carreras. Se asentó rápidamente, apoyado por la defensa de los Yankees con oportunas dobles jugadas y dos corredores atrapados robando. Chris Chambliss bateó un jonrón de dos carreras en la cuarta entrada para reducir la diferencia, y una remontada de tres carreras en la sexta, coronada por un trabajo estelar del bullpen -especialmente de Sparky Lyle- aseguró la victoria de los Yankees por 5-3.
4º partido (13 de octubre de 1976) – Royals 7, Yankees 4
Con la esperanza de cerrar la serie en casa, los Yankees enviaron de nuevo a Catfish Hunter al montículo en descanso corto. Por desgracia, no fue su mejor noche, ya que los Reales le endosaron cinco carreras en sólo tres entradas. Graig Nettles fue el más destacado de los Yankees con dos jonrones, pero Kansas City siguió sumando carreras y acabó llevándose el 4º partido por 7-4, forzando un 5º partido en el que el ganador se lo lleva todo.
Juego 5 (14 de octubre de 1976) – Yankees 7, Royals 6
El decisivo 5º partido fue una batalla campal desde el principio. Los Reales se adelantaron pronto con un jonrón de dos carreras de John Mayberry en la primera entrada, pero los Yankees respondieron de la misma manera, con Thurman Munson anotando carreras y Chris Chambliss añadiendo un fly de sacrificio. Kansas City se mantuvo cerca y empató en la octava con un disparo de tres carreras de George Brett. Pero la parte baja de la novena se convirtió en el momento de Chris Chambliss. Con un solo swing, envió el primer lanzamiento de Mark Littell por encima del muro central derecho, dando a los Yankees una dramática victoria por 7-6 y desatando el pandemónium en el Bronx.
Chambliss se vio acosado por los aficionados que habían invadido el campo antes de que pudiera siquiera rodear las bases. Tuvo que abrirse paso hasta el banquillo, y sólo más tarde fue escoltado de vuelta para tocar el lugar donde había estado la base, aunque en realidad los árbitros habrían contado la carrera de todos modos. Los Yankees habían conseguido su primer banderín desde 1964, en gran parte gracias al liderazgo de Munson y a la heroicidad de Chambliss.
Aunque Nueva York cayó finalmente ante la Gran Máquina Roja en las Series Mundiales, esta ALCS sentó las bases de lo que se convertiría en una de las rivalidades más entretenidas del béisbol de finales de los 70, y los Yankees volvieron oficialmente al mapa, listos para una serie de éxitos que definirían su dinastía de finales de los 70.
1977: Los Yankees triunfan de nuevo
La Serie por el Campeonato de la Liga Americana (ALCS) de 1977 enfrentó de nuevo a los Yankees y a los Royals, tras su intenso enfrentamiento del año anterior. Al igual que en 1976, la serie llegó hasta el final, con dramatismo, momentos emblemáticos y grandes actuaciones por ambas partes. En el caso de los Yankees, se trató de la resistencia, el poder de las estrellas y un hombre en particular, Sparky Lyle, que finalmente les llevó de nuevo a las Series Mundiales.
Partido 1 (5 de octubre de 1977) – Royals 7, Yankees 2
Kansas City se hizo pronto con el control del partido 1 en el Yankee Stadium con una victoria por 7-2. Paul Splittorff mantuvo a raya a la ofensiva de los Yankees, mientras que Don Gullett, lastrado por problemas en el hombro, no pudo igualarle. Los Royals construyeron una cómoda ventaja, impulsados por los jonrones de Hal McRae, John Mayberry y Al Cowens. Thurman Munson proporcionó un punto brillante a Nueva York, lanzando un jonrón de dos carreras, pero no fue suficiente para superar el explosivo comienzo de Kansas City.
2º partido (6 de octubre de 1977) – Yankees 6, Royals 2
Los Yankees respondieron con contundencia en el 2º partido, igualando la serie con una victoria por 6-2. Ron Guidry demostró por qué se estaba convirtiendo en el as de los Yankees, lanzando una joya de partido completo y permitiendo sólo tres hits. Fue Cliff Johnson quien encendió la chispa, rompiendo el empate a cero con un bambinazo en solitario en la quinta entrada. Thurman Munson y Lou Piniella añadieron hits cruciales durante un rally tardío, aprovechando los errores de Kansas City y asegurando la tan necesaria victoria en casa.
Partido 3 (7 de octubre de 1977) – Royals 6, Yankees 2
El tercer partido en el Royals Stadium devolvió el impulso a Kansas City. Dennis Leonard estuvo dominante, lanzando un partido completo y limitando a los Yankees a sólo cuatro hits. Los Reales ganaron por 6-2, ayudados por los oportunos bateos de Freddie Patek y Hal McRae. Graig Nettles y Lou Piniella anotaron carreras para Nueva York, pero la actuación de Leonard y el ataque inicial de los Reales dieron a Kansas City una ventaja de 2-1 en la serie.
4º partido (8 de octubre de 1977) – Yankees 6, Royals 4
Con la espalda contra la pared, los Yankees demostraron su valor en el 4º partido. Consiguieron una ventaja de 4-0, con Thurman Munson, Mickey Rivers y Graig Nettles anotando carreras. Los Royals remontaron hasta empatar, pero Billy Martin hizo un movimiento audaz y llamó a Sparky Lyle en la cuarta entrada. Lyle, ganador del Premio Cy Young de la Liga Americana, tomó el relevo y ofreció una clase magistral de lanzamientos de relevo, cerrando el paso a Kansas City durante cinco entradas. Nueva York se impuso por 6-4, forzando un decisivo 5º partido.
Juego 5 (9 de octubre de 1977) – Yankees 5, Royals 3
El 5º partido fue todo lo que los aficionados podían esperar: una tensa batalla en el estadio de los Reales en la que el ganador se lo lleva todo. Kansas City se adelantó pronto con un triple de George Brett que dio entrada a Hal McRae, pero Thurman Munson respondió con un sencillo RBI en el tercero. Billy Martin recurrió una vez más a Sparky Lyle, que tuvo otra actuación heroica.
En la octava entrada, Reggie Jackson -suspendido a principios de la serie debido a sus problemas contra Splittorff- dio un paso adelante cuando más importaba, con un sencillo RBI que recortó la ventaja de los Reales a 3-2. Los Yankees no habían terminado. Los Yankees no habían terminado. Mickey Rivers empató el partido en el noveno, y el sacrificio de Willie Randolph dio la ventaja a Nueva York. Un error de Kansas City permitió a Rivers anotar una carrera más, lo que supuso el 5-3. Sparky Lyle se encargó del resto, cerrando a los Royals en la novena y enviando a los Yankees de vuelta a las Series Mundiales.
La resistencia de los Yankees y su carrera hacia el campeonato
Los heroicos relevos consecutivos de Sparky Lyle definieron la victoria de los Yankees en la ALCS, mientras que el liderazgo y los oportunos bateos de Thurman Munson volvieron a ser decisivos. Con el impulso de su lado, los Yankees pasaron a enfrentarse a los Dodgers de Los Ángeles en las Series Mundiales, donde ganaron el campeonato de 1977. La victoria cimentó el resurgimiento de los Yankees, estableciéndolos como una auténtica potencia de finales de la década de 1970 y preparando el terreno para nuevos éxitos en los años venideros.
1978: Los Yankees suman tres victorias consecutivas
El final de la década de 1970 no habría estado completo sin otro enfrentamiento en la ALCS entre los Yankees y los Royals. En 1978, los dos equipos se enfrentaron por tercer año consecutivo, con apuestas y caras conocidas. Los Yankees volvieron a celebrar un banderín y ganaron la serie en cuatro partidos para conseguir el pase a las Series Mundiales. Fue una serie definida por momentos emblemáticos, lanzamientos aguerridos y bateos decisivos que llevaron a Nueva York a un nuevo triunfo sobre Kansas City.
Partido 1 (3 de octubre de 1978) – Yankees 7, Royals 1
El primer partido de la serie en el estadio de los Royals fue una victoria contundente para Nueva York. A pesar de la ausencia del as Ron Guidry -que había lanzado en el partido de desempate de la AL Este contra Boston-, el joven Jim Beattie dio un paso al frente y lanzó cinco entradas sin anotaciones antes de ceder el testigo a Ken Clay. El dúo mantuvo a los Reales a sólo dos hits, y los Yankees lograron una victoria por 7-1. Reggie Jackson puso el signo de exclamación en el partido con un jonrón de tres carreras en la octava, dando a los Yankees una ventaja temprana en la serie.
2º partido (4 de octubre de 1978) – Royals 10, Yankees 4
Kansas City devolvió el golpe en el segundo partido, igualando la serie con una convincente victoria por 10-4. Larry Gura neutralizó a los Yankees en seis entradas, mientras que Freddie Patek lideró la ofensiva de los Reales con un jonrón y dos carreras impulsadas. Los Reales se aprovecharon de los problemas de Ed Figueroa y consiguieron una ventaja inicial que nunca abandonaron. A pesar de una remontada tardía de los Yankees, no fue suficiente para remontar la desventaja, preparando un decisivo tercer partido en Nueva York.
Partido 3 (6 de octubre de 1978) – Yankees 6, Royals 5
El tercer partido en el Yankee Stadium proporcionó uno de los momentos más memorables de la serie. George Brett lideró el ataque de Kansas City, con tres jonrones contra Catfish Hunter. A pesar de las proezas de Brett, los Yankees se mantuvieron en el partido, gracias en parte al home run de Reggie Jackson y a los golpes de embrague. Los Reales llegaron a la octava entrada con una ventaja de 5-4, pero fue entonces cuando Thurman Munson asestó el golpe de gracia: un descomunal jonrón de 460 pies, ganador del partido, de dos carreras, contra el bullpen de los Yankees, lanzado por Doug Bird. Goose Gossage cerró el partido en la novena, dando a los Yankees una emocionante victoria por 6-5 y una ventaja de 2-1 en la serie.
4º partido (7 de octubre de 1978) – Yankees 2, Royals 1
En el 4º partido, los Yankees recurrieron a Ron Guidry, a pesar de sus problemas en el brazo, para intentar cerrar la serie. Guidry cumplió bajo presión, lanzando ocho sólidas entradas y permitiendo sólo una carrera en siete hits. George Brett triplicó y anotó en la primera para dar a Kansas City una ventaja inicial, pero Graig Nettles respondió rápidamente con un bambinazo en solitario en la segunda entrada. En la quinta, Roy White bateó lo que resultó ser el jonrón decisivo de la serie ante Dennis Leonard, dando a Nueva York una ventaja de 2-1. Guidry, agotado, pasó la pelota a Goose Gossage en la novena, y Gossage cerró la puerta, asegurando el tercer banderín consecutivo de los Yankees en la Liga Americana.
La garra de los Yankees y su forma de campeones
Esta serie tenía todo lo que definía a los Yankees de finales de los 70: resistencia, bateo potente y lanzamientos decisivos. El home run ganador de Thurman Munson en el 3er partido se recordará como uno de sus momentos decisivos de la postemporada, mientras que la valiente salida de Ron Guidry en el 4º partido consolidó su lugar como el corazón de la rotación de los Yankees. El éxito de los Yankees contra Kansas City fue algo más que talento: fue encontrar la forma de ganar cuando más importaba.
Con su tercer campeonato consecutivo en la mano, los Yankees se dirigían de nuevo a las Series Mundiales, donde se enfrentarían una vez más a los Dodgers de Los Ángeles. Y al igual que el año anterior, Nueva York salió victorioso, consiguiendo su segundo campeonato consecutivo y consolidando aún más su condición de dinastía a finales de la década de 1970.
1980: Los Reales se toman la revancha
En 1980, los Reales de Kansas City se habían cansado de ser los segundones de los Yankees. Después de tres derrotas consecutivas en la postemporada a manos de Nueva York, los Reales dieron por fin la vuelta a la tortilla, barriendo a los Yankees en tres partidos para acceder a las primeras Series Mundiales de su historia. Esta ALCS no fue sólo una victoria; fue un momento simbólico para Kansas City, liderado por la heroicidad de George Brett, que definió la serie y su temporada.
Partido 1 (8 de octubre de 1980) – Royals 7, Yankees 2
En el primer partido de la serie en el estadio de los Reales, Kansas City salió a por todas. Los Yankees enviaron a su as, Ron Guidry, al montículo, pero los Reales respondieron con Larry Gura, que sofocó a Nueva York tras una titubeante segunda entrada. Los Yankees consiguieron una ventaja inicial de 2-0 con sendos jonrones de Rick Cerone y Lou Piniella, pero no fue suficiente. Frank White anotó dos carreras en la mitad inferior de la segunda, y los Reales tomaron el control a partir de ahí. El bambinazo en solitario de George Brett en la séptima entrada ante Ron Davis fue el signo de exclamación, y Kansas City se aseguró una dominante victoria por 7-2 para llevarse el primer partido.
2º partido (9 de octubre de 1980) – Royals 3, Yankees 2
Los Reales se encontraron en una contienda mucho más reñida en el 2º partido, pero consiguieron imponerse una vez más. Dennis Leonard empezó con fuerza, superando a Rudy May, y Kansas City consiguió una ventaja inicial de 3-0. El marcador comenzó en la tercera entrada, cuando Darrell Porter y Frank White llegaron a la base con sencillos consecutivos, seguidos por un triple de dos carreras de Willie Wilson y un doblete RBI de U L Washington. Los Yankees remontaron con dos carreras en la quinta, incluido un home run dentro del parque de Graig Nettles. Con los Reales aferrándose a una ventaja de 3-2, la octava entrada fue muy dramática cuando se vio al propietario de los Yankees, George Steinbrenner, echando humo en las gradas después de que el entrenador de tercera base, Mike Ferraro, hiciera señas a Willie Randolph para que se fuera a casa. El tercera base de los Reales, George Brett, hizo una jugada de cabeza, lanzando a Randolph en el plato y preservando la estrecha ventaja de Kansas City. Los Reales consiguieron la victoria, poniendo a los Yankees al borde de la eliminación.
Partido 3 (10 de octubre de 1980) – Royals 4, Yankees 2
La serie se trasladó al Yankee Stadium para el tercer partido, y Kansas City estaba decidido a cerrarla. Frank White puso a los Reales en el marcador con un jonrón en la quinta entrada, pero los Yankees contraatacaron en la sexta, tomando una ventaja de 2-1 con un par de carreras sin premio. La séptima entrada se convirtió en un momento decisivo para los Reales, cuando George Brett subió al plato contra el duro lanzador Goose Gossage. Brett, que había coqueteado con una media de .400 durante la temporada regular, conectó un impresionante jonrón de tres carreras en la cubierta superior, silenciando al público de Nueva York y dando a Kansas City una ventaja de 4-2. Dan Quisenberry entró y cerró la puerta, escapando de un atasco con las bases llenas en la octava entrada para conservar la ventaja. Los Reales completaron la barrida, consiguiendo su primer banderín de la Liga Americana y derrocando por fin a los Yankees.
Los Reales se abren paso
Kansas City venció por fin a sus eternos rivales en una serie que significó algo más que avanzar: se trataba de la redención. George Brett abrió el camino, y su jonrón de tres carreras ante Gossage, que cambió el partido, se convirtió en el momento más emblemático de la ALCS. La compostura de Dan Quisenberry bajo presión fue fundamental, y los Reales borraron los amargos recuerdos de sus anteriores derrotas en la postemporada contra Nueva York.
Aunque los Reales cayeron finalmente ante los Filis de Filadelfia en las Series Mundiales, esta ALCS marcó un importante punto de inflexión en su historia. Para los Yankees, fue el final de una era, una era definida por el éxito en la postemporada contra Kansas City. La ALCS de 1980 sería el último encuentro de postemporada entre estos equipos hasta 2024, poniendo fin a una rivalidad que había definido la Liga Americana a finales de la década de 1970.
George Brett sobre el legado de la rivalidad
Mientras los Yankees y los Reales se preparan para enfrentarse en la postemporada por primera vez desde 1980, Brett se mostró nostálgico por la rivalidad que definió gran parte de su carrera. “Va a ser increíble”, dijo Brett sobre la próxima serie. “Algunos aficionados mayores lo recordarán. Se lo contarán a sus nietos y les dirán: ‘Tendríais que haber visto jugar a estos dos equipos en los años 70. Dios mío. Aquello era malo. Estos tíos no se caían bien’. Pues no”.
Brett rememoró la intensidad de aquellos enfrentamientos, recordando los choques dentro y fuera del campo. “Realmente nos despreciábamos”, dijo Brett. “Los equipos lo hacían, las organizaciones lo hacían, y creo que las ciudades también. Veníamos a Nueva York y no hacían más que abuchearnos, de forma ruidosa, odiosa y desagradable. Y luego venían a Kansas City, y nuestros aficionados hacían lo mismo. Era una rivalidad en la que ambos equipos se levantaban de verdad para jugar esos partidos”.
A pesar de la fogosidad de la rivalidad, Brett también reconoció algunos momentos memorables de camaradería, como cuando el catcher de los Yankees Thurman Munson evitó golpes bajos durante un incidente en el que se despejaba el banquillo. “Todo lo que recuerdo es a Thurman Munson tumbado encima de mí”, dijo Brett. “Me dijo: ‘George, no te preocupes, nadie te va a dar un golpe bajo'”.
2024: Una rivalidad renovada
En 2024, los Yankees y los Reales se enfrentarán en la postemporada por primera vez en 44 años. Los Yankees están liderados por el candidato al MVP Aaron Judge, que ha conseguido 58 jonrones esta temporada, y por Juan Soto, que ha tenido el mejor año de su carrera. En el otro bando, los Reales, liderados por Bobby Witt Jr. y Salvador Pérez, quieren demostrar que pertenecen a la élite de la Liga Americana.
El partido 1 de los ALDS enfrentará al as de los Yankees , Gerrit Cole, con el veterano de los Royals, Michael Wacha. Los aficionados esperan con impaciencia este enfrentamiento, con la esperanza de que vuelva la intensidad y el dramatismo que caracterizaron sus enfrentamientos anteriores. Con los Yankees en busca de su 28º título de las Series Mundiales y los Reales tratando de escribir un nuevo capítulo en la historia de la franquicia, esta ALDS promete ser algo más que una simple serie: es la reavivación de una rivalidad que ayudó a definir una generación de béisbol.
¿Qué te parece? Deja tu comentario a continuación.