Los Yankees de Nueva York, un equipo sinónimo de excelencia en el béisbol, se encuentran ahora inmersos en una temporada difícil, encaramados a sólo dos partidos por encima del sótano en la AL Este y a una distancia considerable de 6,5 partidos para hacerse con la última plaza de Comodín. A medida que se desvanecen las esperanzas de playoffs, los Yankees dejan caer indicios de una importante transformación en su futuro.
Reconociendo que sus estrategias de siempre, caracterizadas por inversiones en jugadores propensos a las lesiones y traspasos de veteranos envejecidos, no han dado los resultados deseados, el propietario del equipo, Hal Steinbrenner, ha tomado medidas decisivas. Incluso cuando las conversaciones giraban en torno a la adquisición de potencia ofensiva durante el plazo de negociación de agosto, Steinbrenner intervino, ordenando al Director General Brian Cashman que pospusiera tales movimientos y se centrara en una evaluación exhaustiva de las necesidades del equipo durante la temporada baja.
El front office de los Yankees se somete a escrutinio
Los informes sugieren que Cashman, en un alarde de humildad y pragmatismo, ha reconocido la necesidad de una evaluación exhaustiva por parte de terceros de todo el front office.
“Ciertamente, se avecinan amplias evaluaciones internas”, admitió Cashman con franqueza.
Mientras que Cashman y el entrenador Aaron Boone parecen relativamente seguros en sus puestos, el departamento de análisis podría enfrentarse a una reconfiguración sustancial, especialmente cuando se descubran las causas del bajo rendimiento del equipo.
La apuesta arriesgada de los Yankees de invertir fuertemente en jugadores mayores, tipificada por el fichaje de Josh Donaldson, de 37 años, ha demostrado ser una estrategia precaria. Invertir fondos en jugadores que se acercan al ocaso de sus carreras o intercambiar activos valiosos por los llamados “talentos probados” ha tenido graves consecuencias. Con una asombrosa nómina de 290 millones de dólares, las métricas de rendimiento del equipo deben mostrar resultados más favorables.
De cara al futuro, los Yankees están preparados para disfrutar de aproximadamente 50 millones de dólares en espacio libre el próximo año, ya que grandes contratos como los de Donaldson, Luis Severino y Frankie Montas llegan a su fin. Al parecer, la organización tiene en el punto de mira al lanzador japonés de élite Yoshinobu Yamamoto como posible incorporación a su plantilla.
Problemas ofensivos
Aunque la perspectiva de incorporar a una sensación extranjera de 25 años como Yamamoto es atractiva, los Yankees deben reforzar significativamente su ataque. Depender únicamente de Jasson Domínguez, que se encuentra en pleno proceso de recuperación de una operación Tommy John, para llevar al equipo en la temporada 2024 parece una estrategia insostenible. Además, veteranos como Giancarlo Stanton se han vuelto cada vez más inconsistentes, sin poder proporcionar el apoyo ofensivo necesario.
A medida que los Yankees se esfuerzan por reparar sus grietas y recuperar su antigua gloria, es evidente que el proceso debe comenzar de arriba abajo. Se prevén cambios sustanciales en la estructura organizativa en los próximos meses, lo que deja a todos los seguidores de los Yankees especulando con impaciencia sobre la naturaleza de estas inminentes transformaciones.
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