La carrera de los Yankees de Nueva York hacia los playoffs se ha visto impulsada más por los lanzamientos potentes y los errores de los rivales que por su propia potencia ofensiva. Sin embargo, los continuos problemas defensivos y las malas decisiones en el juego de base han seguido afectando al equipo.
El jueves, en el tercer partido de la ALCS, resurgieron estos problemas. José Treviño, que empezó en lugar del decaído Austin Wells y bateó la novena, proporcionó inicialmente una chispa. Anotó un sencillo RBI en la segunda entrada, adelantando a Anthony Volpe y dando a los Yankees una temprana ventaja sobre el abridor de Cleveland, Matthew Boyd.
Pero ese impulso se desvaneció rápidamente debido a un costoso error de juego. Trevino, uno de los corredores más lentos de los Yankees, fue eliminado en primera base con corredores en primera y tercera y sólo un out, una oportunidad inmejorable para ampliar la ventaja. Su desacertada decisión de tomar una ventaja agresiva borró una oportunidad clave de anotar y agravó los problemas de los Yankees durante toda la temporada.
A continuación, Gleyber Torres bateó hacia el jardín izquierdo, una jugada que probablemente habría dado lugar a un fly de sacrificio y a otra carrera si Trevino no hubiera sido eliminado. Después de eso, la ofensiva de los Yankees se estancó, sin conseguir otro corredor en base hasta la séptima entrada.
La decisión de Trevino sigue siendo desconcertante, sobre todo porque se produjo tras un largo periodo de inactividad, su primer partido desde el 29 de septiembre. El error fue emblemático de las continuas dificultades de los Yankees en situaciones cruciales, añadiendo otra capa de frustración a sus esfuerzos de postemporada.
La salida de Hamilton es un golpe para los Yankees
Los problemas de los Yankees en el tercer partido de la ALCS fueron más allá de sus problemas ofensivos, ya que su cuerpo de lanzadores también flaqueó. Los problemas de control de Clarke Schmidt provocaron un jonrón de dos carreras de Kyle Manzardo, que borró la ventaja de los Yankees. A pesar de estar a un out de completar la quinta entrada, Schmidt permitió un doblete inicial a José Ramírez, lo que llevó al mánager Aaron Boone a retirarlo tras sólo 78 lanzamientos. Tim Hill entró para un out rápido, seguido de Ian Hamilton en la sexta entrada.
La aparición de Hamilton fue tan breve como desafortunada. Tras sólo siete lanzamientos, sufrió dos lesiones. La primera se produjo mientras cubría la primera base, después de que Jon Berti se equivocara en un duro lanzamiento, y la segunda ocurrió cuando Hamilton se torció el tobillo mientras calentaba en el montículo. Obligado a abandonar el partido, la salida de Hamilton abrió la puerta para que Cleveland anotara otra carrera.
Tim Mayza sustituyó a Hamilton, pero Cleveland sacó provecho inmediatamente. Lane Thomas, que había caminado antes, anotó gracias a un sencillo de Andrés Giménez. Esta secuencia de acontecimientos redujo aún más las posibilidades de los Yankees de remontar una desventaja de 3-1, que ya parecían escasas dadas sus dificultades anteriores.
A pesar de los primeros problemas de mando del abridor de Cleveland Matthew Boyd-permitió dos hits y tres paseos en las dos primeras entradas-, los Yankees no lograron aprovecharse. Sólo consiguieron una carrera, y un error crítico en el juego de base detuvo su impulso. Boyd acabó asentándose y completó cinco entradas, la primera vez que un abridor de Cleveland lo hacía en la postemporada.
La incapacidad de los Yankees para aprovechar los errores de sus rivales sigue arrojando dudas sobre sus perspectivas de postemporada. Hasta que no consigan encadenar una actuación completa y sin errores, su camino hacia la victoria seguirá siendo incierto.
Los aficionados de los Yankees critican el error de Trevino
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