La reciente serie entre los Yankees y los Rays ha dado un giro inesperado este lunes, al centrarse en los trotes de los jugadores de ambos equipos tras sus jonrones. La saga comenzó durante el partido del domingo, que ganaron los Rays por 6-4, cuando el jardinero de los Rays Randy Arozarena recorrió las bases a un ritmo notablemente pausado tras su home run en la cuarta entrada. En respuesta, Aaron Judge, de los Yankees, tardó 31 segundos en completar el trote de su jonrón tras su bambinazo de tres carreras más tarde en el mismo partido, respondiendo eficazmente a la provocación.
La tensión continuó en el partido del lunes, cuando el jardinero central de los Rays , José Siri, bateó un jonrón contra el abridor de los Yankees, Carlos Rodon, en la parte alta de la quinta entrada. La celebración de Siri fue especialmente aguda, ya que hizo un gesto con las manos, aparentemente reconociendo los abucheos del público del Yankee Stadium, antes de tocar la base.
Las cámaras de YES Network captaron la reacción de Aaron Judge ante la pantalla de Siri, mostrando a la estrella de los Yankees manteniendo una mirada inquebrantable a Siri sin ningún cambio visible de expresión.
El locutor de los Yankees Michael Kay comentó la situación, expresando su desaprobación por las celebraciones de los Rays. Kay señaló que los Rays seguían perdiendo a pesar del home run, y sugirió que esas celebraciones exuberantes eran inapropiadas en el contexto del partido. Comparó el ambiente en el banquillo de los Rays con el del Mardi Gras, dando a entender que su comportamiento era excesivo teniendo en cuenta que iban por detrás en el marcador.
“¡Estás perdiendo! Celébralo cuando vayas ganando”, dijo Kay. “Actúan como si fuera carnaval en ese banquillo. Están perdiendo el partido”.
Esta serie de acontecimientos ha añadido una nueva dimensión a la rivalidad entre los Yankees y los Rays, ya que la atención se ha desplazado del juego en sí a la forma en que los jugadores celebran sus logros en el campo.
Judge, de los Yankees, arroja el guante
La reciente serie de cuatro partidos entre los Yankees y los Rays estuvo marcada por un extraordinario despliegue de bateo potente, en el que los equipos lanzaron colectivamente 16 jonrones a lo largo de aproximadamente 11 horas de juego. Este aluvión de jonrones dio lugar a una serie de tres partidos desiguales y llamó la atención sobre los distintos estilos de trote jonronero, en particular los de Randy Arozarena, José Siri y Juan Soto.
Las reacciones de los jugadores y los entrenadores a estos trotes de celebración fueron diversas, pero en general se dividieron en dos categorías: desestimarlas como intrascendentes o reconocer el logro del bateador. Sin embargo, algunos observadores se preguntaron si estas exhibiciones podrían provocar represalias, como lanzamientos de cepillado, aunque no se produjeron incidentes de este tipo en respuesta a los tres jonrones de Arozarena ni a los dos de Siri y Soto.
Aunque no hubo represalias manifiestas, sí hubo casos de sutil desaprobación. Aaron Judge, líder de jonrones de las Grandes Ligas, pareció hacer una declaración con su 35º jonrón de la temporada. Tras el trote de 33,4 segundos de Arozarena y el paseo de 32,6 segundos de Siri, Judge tardó 31,4 segundos en rodear las bases, bastante más que su media habitual de 24,3 segundos. Durante su trote, Judge miró hacia el centro del campo, aparentemente para comunicar su desaprobación a Siri.
Siri volvió a jonronear en el partido del lunes, que ganaron los Yankees por 9-1. A pesar de que los Rays iban perdiendo, el trote de Siri duró 30 segundos. Al llegar a la base, fue recibido con fuertes abucheos del público, una reacción notable dado el promedio de bateo de Siri de 0,202. Cuando se le preguntó por el incidente, Siri, hablando a través de un traductor, describió sus acciones como normales, afirmando que simplemente intentaba divertirse con sus compañeros de equipo en el banquillo.
“Era normal”, dijo Siri. “Sólo intentaba divertirme con mis compañeros en el banquillo, y eso fue lo que pasó”.
Cuando Siri cruzó el home, las cámaras de televisión captaron a Judge dirigiéndole otra mirada de desaprobación. Curiosamente, el lanzador de los Yankees, Carlos Rodon, tuvo una reacción muy distinta al jonrón de Siri. Su aparente despreocupación puede deberse a que fue uno de los dos únicos hits que permitió en siete entradas, una mejora significativa tras un periodo en el que había registrado un ERA de 9,37 en sus seis salidas anteriores.
Soto, de los Yankees, se toma la revancha en el enfrentamiento al trote
En el contexto de las recientes luchas de los Yankees, que incluyen un récord de 10-20 en sus últimos 30 partidos y haber concedido 51 home runs en los 29 partidos anteriores al trote más lento de Siri, las muestras de celebración parecían algo fuera de lugar.
Sin embargo, los Yankees encontraron su propio momento de celebración cuando Juan Soto conectó un lanzamiento en la séptima entrada. El potente batazo de Soto alcanzó el tercer piso del Yankee Stadium, un nivel que no es la grada superior, sino un nivel de suite situado justo debajo de la sección más alta del estadio.
El jonrón de Soto, de 424 pies hacia el jardín derecho, dio al equipo local una sensación de reivindicación. Curiosamente, el bateador de 25 años se desplazó por las bases con una lentitud poco habitual, y parece que sus tendones se resintieron más de lo normal durante el trote del jonrón.
Este particular trote jonronero de Soto resultó ser el más largo registrado en el béisbol esta temporada. Al iniciar su recorrido por las bases, Soto observó atentamente la trayectoria de la pelota, girando la cabeza para asegurarse de que quedaba justa. Esta acción contrasta con el famoso momento del 6º partido de las Series Mundiales de 1975, en el que Carlton Fisk agitó frenéticamente los brazos, tratando de conseguir que su batazo se mantuviera justo.
El trote prolongado de Soto y la naturaleza dramática de su jonrón añadieron otra capa a la saga en curso de exhibiciones de celebración en esta serie entre los Yankees y los Rays. También supuso un momento de júbilo para los Yankees en lo que, por lo demás, ha sido una serie de partidos complicados para el equipo.
El bateador de los Yankees abordó la polémica en torno al trote de 30 segundos de José Siri en el home run, según informó SNY. Cuando se le preguntó por su propio trote de 37 segundos en la séptima entrada, que algunos consideraron una respuesta a las acciones de Siri, Soto ofreció dos posibles explicaciones.
Soto afirmó que estaba centrado principalmente en asegurarse de que su golpe fuera justo, afirmando que estaba poniendo todo su esfuerzo en desear que la pelota permaneciera en juego. Comparó su intensa concentración con las famosas acciones de Carlton Fisk en las Series Mundiales de 1975. Además, Soto citó el calor y la naturaleza físicamente exigente del partido como razones de su ritmo más lento, sugiriendo que intentaba preservar sus tendones tomándoselo con calma en las bases.
“No sé lo que estaba haciendo, sólo intentaba asegurarme de que era una bola limpia”, dijo el jardinero de los Yankees. “Estaba literalmente tirando con todo lo que tenía para que fuera justa. Así que definitivamente, fue divertido verlo y definitivamente conseguí el jonrón. Ya sabes, hacía calor. Un día duro. Intenté salvar los jamones y asegurarme de ir con cuidado”.
En cambio, Siri había desestimado antes la controversia que rodeaba a su propio trote. Calificó sus acciones de elección personal, reconociendo que, aunque no podía controlar las reacciones de los demás, su celebración era simplemente su forma de expresarse.
“Eso es lo que hacen. No puedes controlarlo”, explicó Siri. “Para mí, es algo más personal. Pero para ellos, no lo controlo”.
Curiosamente, en el segundo jonrón del partido, Soto completó las bases en 24,2 segundos. Sin embargo, este tiempo seguía siendo superior a una violación del reloj de tiro de la NBA.
El entrenador de los Yankees, Aaron Boone, se pronunció sobre la situación, reconociendo el cambio de las normas en el béisbol. Indicó que a veces opta por apartar la vista de tales exhibiciones, reconociéndolas como parte del juego moderno. Boone recalcó que los jugadores actuarán como crean conveniente, y que depende de cada uno manejarse adecuadamente. Sugirió que si un jugador no está de acuerdo con las celebraciones de otro, la mejor respuesta es impedirle que haga jonrones.
“Es un mundo nuevo. A veces miro hacia otro lado. Eso forma parte de ello”, comentó el entrenador de los Yankees. “Los chicos van a hacer lo que hacen. Depende de nosotros, de cada uno, manejarse como quiera. Si a alguien no le gusta, de nosotros depende mantenerlo en el estadio”.
Estos comentarios de Soto, Siri y Boone avivan el debate en curso en el béisbol sobre el protocolo de las celebraciones y cómo enfocan este aspecto del juego los distintos jugadores y equipos.
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