El jueves, durante una emisión en directo por la televisión nacional, el miembro del Salón de la Fama Reggie Jackson habló abiertamente de sus encuentros con la discriminación racial. El debate formaba parte de un acto de celebración de los jugadores de béisbol negros, que tuvo lugar justo después de la festividad de Juneteenth y tras el reciente fallecimiento de Willie Mays a los 93 años.
Reggie Jackson, en un panel con sus compañeros retirados Alex Rodríguez, David Ortiz y Derek Jeter, compartió sus experiencias como jugador de ligas menores en Birmingham, Alabama, en 1967. Reflexionó sobre la carga emocional de volver a la ciudad donde se enfrentó a importantes desafíos raciales.
Conocido como “Mr. Octubre” por sus estelares actuaciones en las Series Mundiales con los A’s de Oakland y los Yankees de Nueva York, Reggie Jackson agradeció el apoyo de varios compañeros blancos y de su entrenador. Les atribuyó el mérito de oponerse a la segregación negándose a frecuentar establecimientos segregados y de impedirle tomar represalias contra los racistas.
Las conmovedoras declaraciones de Reggie Jackson incluyeron una cruda referencia a los linchamientos en el Sur, sugiriendo que, sin la intervención de sus compañeros de equipo, podría haberse enfrentado a graves consecuencias por responder al abuso racial.
El emotivo ataque de Reggie Jackson contra el racismo
Durante un programa previo al partido de Fox Sports en Rickwood Field, el miembro del Salón de la Fama Reggie Jackson relató emocionado sus experiencias como jugador de las ligas menores de béisbol en Birmingham, Alabama, en 1967. El acto formaba parte de los esfuerzos de la MLB por honrar la historia de las Ligas Negras.
Habló de la grave discriminación racial que sufrió, como la prohibición de entrar en restaurantes y hoteles y las amenazas de incendio provocado. Reggie Jackson expresó su profunda gratitud hacia sus compañeros de equipo y entrenadores blancos que le apoyaron durante este difícil momento, sugiriendo que, sin su ayuda, podría haberse enfrentado a consecuencias violentas, potencialmente incluso al linchamiento.
Reflexionando sobre su regreso a Birmingham, la leyenda de los Yankees destacó la profunda dificultad de volver a visitar un lugar lleno de recuerdos dolorosos, afirmando que no le desearía sus experiencias a nadie. Cuando le preguntaron si sentía que había “vencido” jugando allí, Reggie Jackson rechazó firmemente la idea, diciendo que nunca querría revivir aquellas experiencias.
“El racismo cuando jugaba aquí, la dificultad de pasar por diferentes lugares a los que viajábamos. Afortunadamente, tenía un mánager y tenía jugadores en el equipo que me ayudaron a superarlo. Pero no se lo desearía a nadie. La gente me ha dicho hoy, he hablado, y me han dicho: ‘¿Crees que eres mejor persona, crees que ganaste cuando jugaste aquí y conquistaste? Dije: ‘Sabes, no me gustaría volver a hacerlo’.
Detalló incidentes concretos de discriminación racial, como que se le negara el servicio y soportara insultos racistas. Recordó un conmovedor momento en el que todo el equipo, encabezado por el propietario de los Kansas City Athletics, Charlie Finley, abandonó un club de campo que negó la entrada a Reggie Jackson por su raza.
“Entraba en los restaurantes y me señalaban y decían: ‘El n** no puede comer aquí’. Iba a un hotel y me decían: ‘El n** no puede quedarse aquí’. Fuimos al club de campo de [Kansas City Athletics owner] Charlie Finley para una cena de bienvenida, y me señalaron con la palabra N: ‘No puede entrar aquí’. Finley hizo salir a todo el equipo. Por fin me dejaron entrar. Dijo: ‘Iremos a la cafetería a comer hamburguesas. Iremos donde nos quieran'”.
Las sinceras revelaciones de Reggie Jackson pusieron de manifiesto el racismo generalizado en el béisbol y en la sociedad estadounidense durante aquella época. Su testimonio subrayó la importancia de los esfuerzos de la MLB por reconocer y honrar la historia de los jugadores negros en el béisbol, incluidas las contribuciones de las Ligas Negras, a menudo pasadas por alto.
El miembro del Salón de la Fama Reggie Jackson siguió compartiendo sus conmovedores recuerdos de cuando jugaba en Birmingham, destacando el apoyo vital que recibió de su entrenador, Johnny McNamara, y de sus compañeros de equipo durante su estancia en las ligas menores. El ex bateador describió cómo el equipo elegía a menudo comidas para llevar en lugar de cenar en establecimientos que se negaban a servirle debido a la segregación racial.
“Afortunadamente, tenía un representante en Johnny McNamara que, si no podía comer en el local, nadie comería. Conseguiríamos comida para viajar. Si no podía alojarme en un hotel, conducirían hasta el siguiente hotel y encontrarían un lugar donde pudiera alojarme. Si no hubiera sido por Rollie Fingers, Johnny McNamara, Dave Duncan, Joe y Sharon Rudi, habría dormido en su sofá tres o cuatro noches a la semana durante un mes y medio. Finalmente, les amenazaron con quemar nuestro complejo de apartamentos a menos que me fuera. No se lo deseo a nadie”.
Reggie Jackson alabó la solidaridad de sus compañeros de equipo Rollie Fingers, Dave Duncan y Joe y Sharon Rudi, que le acogieron en su casa cuando se le negó alojamiento en un hotel. Sin embargo, este acuerdo tuvo que terminar al cabo de unas seis semanas, cuando las amenazas de incendio le obligaron a buscar otro alojamiento.
Proporcionando un contexto histórico, Reggie Jackson recordó que las ligas menores de béisbol habían estado ausentes de Birmingham tras el atentado de 1963 contra una iglesia en el que murieron cuatro jóvenes negras. Señaló la falta de acusaciones por el atentado y la imagen positiva del Ku Klux Klan en los medios de comunicación durante ese periodo, lo que ponía de manifiesto las profundas divisiones raciales.
“El año que vine aquí, Bull Connor era el sheriff del año anterior, y sacaron de aquí las ligas menores de béisbol porque, en 1963, el Klan asesinó a cuatro niñas negras -niñas de 11, 12 y 14 años- en una iglesia de aquí y nunca las acusaron. El Klan: la revista Life les dedicó un reportaje como si les estuvieran rindiendo homenaje”.
Reggie Jackson expresó su profunda gratitud a sus compañeros blancos y a su entrenador, y les atribuyó el mérito de haberle ayudado a desenvolverse en un entorno hostil. Admitió que, sin su apoyo, su naturaleza conflictiva podría haber tenido consecuencias nefastas en medio de las tensiones raciales de la época.
“No se lo desearía a nadie. Al mismo tiempo, si no hubiera sido por mis amigos blancos, si no hubiera sido por un manager blanco, y por Rudi, Fingers y Duncan, y Lee Meyers, nunca lo habría conseguido. Era demasiado violento físicamente. Estaba dispuesto a pelearme físicamente con algunos: me habrían matado aquí porque le habría dado una paliza a alguien, y me habrías visto en un roble en alguna parte”.
A pesar de la adversidad, la carrera de Reggie Jackson floreció con los A’s de Oakland y los Yankees de Nueva York. Conocido como “Mr. Octubre” por sus hazañas en las Series Mundiales, ganó cinco campeonatos, fue nombrado miembro de 14 equipos del All-Star y entró en el Salón de la Fama del Béisbol en su primera votación.
Las reflexiones de Reggie Jackson subrayan los importantes retos raciales a los que se enfrentaron los jugadores negros, sirviendo de crudo recordatorio del clima social de la época en la historia del béisbol.
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