En un choque de alto riesgo entre los Yankees de Nueva York y los Orioles de Baltimore en Camden Yards, las tensiones estallaron entre el bateador de los Yankees Juan Soto y el lanzador de los Orioles Dean Kremer tras un colosal jonrón de Soto el martes por la noche.
Tras el estruendoso bambinazo de Juan Soto a 447 pies de altura en la sexta entrada, un lanzamiento descomunal que al final resultó inútil en la derrota por 4-2 de los Yankees, la mirada del dinámico bateador se desvió de la multitud que le aclamaba hacia Kremer en el montículo. Una demostración con el bate marcó el momento antes de que el bateador rodeara las bases, mirando de vez en cuando al lanzador contrario.
Cuando se le preguntó sobre el intercambio más tarde, Juan Soto restó importancia a la situación, calificándola de “parte del juego”. Se explayó, reconociendo un nivel de ida y vuelta entre él y Kremer. “No le gustó la barajada”, reveló Soto, refiriéndose a su movimiento característico después de recibir una cortadora interior en un lanzamiento de 2-1 al principio del turno de bateo. “Apuesto a que tampoco le gustó el jonrón”, añadió la estrella yanqui con un deje de diversión.
El jonrón en sí fue una hazaña histórica, ya que fue el primero de la temporada que aterrizó en la calle Eutaw, una distancia que sólo se ha logrado otras 122 veces en la historia de los Orioles.
Juan Soto se mantiene profesional a pesar de la exhibición de mindgame
El descontento de Kremer con la rutina de bateo de Juan Soto puede encontrar eco entre otros, pero el dinámico bateador zurdo parece poco dispuesto a abandonar sus idiosincrásicas maniobras previas al swing.
El prodigioso bambinazo de 447 pies contra un bateador de 3-2 a media altura representó el octavo bambinazo de Juan Soto de la temporada, elevando su cuenta de carreras impulsadas a 25 en los 31 partidos iniciales de la presente campaña.
Aunque Juan Soto mantuvo una conducta profesional en sus comentarios posteriores al partido, el intercambio con Kremer añadió una capa de fuego competitivo a la narrativa del partido, insinuando la intensa rivalidad entre los dos equipos.
El bateador de los Yankees elogió amablemente la actuación de Kremer, que redujo el ERA del lanzador de 4,61 a 4,19.
“Tiene buen material”, dijo Juan Soto. “Su bola rápida es bastante buena. Lanzaba sinkers. Todo se movía correctamente. Pero al final golpeamos la pelota con fuerza. Hay que reconocerlo. Lanzó la pelota muy bien, pero la golpeamos fuerte. Simplemente no conseguimos abrir huecos”.
De cara a la contienda del martes, ambos no habían acumulado mucha historia. En tres apariciones previas en el plato, Juan Soto estuvo 0 de 2 con un pase libre contra Kremer, que ha sido un fijo en la rotación de Baltimore desde su debut en las grandes ligas en 2020.
En su última batalla, el bateador se emparejó, hizo un sencillo y lanzó su octava bola larga del año ante Kremer, antes de que el relevista zurdo Keegan Akin lo sacara en un lanzamiento rutinario a la izquierda en la octava.
¿Acaso Kremer le chistó a Juan Soto sobre su mecánica de sincronización característica antes del dinger?
“No lo sé”, dijo. Pregúntale”.
Desgraciadamente, los redactores de Baltimore no se enteraron de los comentarios de Juan Soto tras el partido a tiempo para contestar a Kremer, a quien no se le pidió que hablara del jonrón tras detallar su esfuerzo de 7 entradas, en las que sólo permitió 2 solos y 2 sencillos, ponchó a 4 y dio 4 pases libres.
Juan Soto es conocido por sus animados trotes de jonrones, pero esta celebración en particular parecía tener algo más de entusiasmo.
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