Jasson Domínguez ya ha revelado por qué los hinchas de los Yankees reclamaron su ascenso el mes pasado, dejando tanto a sus compañeros como a los expertos totalmente impresionados.
Según Bryan Hoch, Carlos Mendoza recuerda vívidamente ese sonido agudo, una sacudida auditiva que atravesó la serena atmósfera de la academia dominicana de los Yankees en Boca Chica. Era enero de 2020 y Mendoza, entrenador del banquillo de los Bombers, se encontró bañado por la luz del sol mientras acompañaba al entrenador Aaron Boone en una visita al campus. Su misión: conectar con jugadores prometedores como Gary Sánchez y Miguel Andújar. Poco se imaginaban que estaban a punto de presenciar el extraordinario talento de un adolescente tranquilo que pronto arrasaría en el mundo del béisbol.
Cuando Mendoza entrecerró los ojos al sol, le llamó la atención un joven jugador que lanzaba con fuerza pelotas de béisbol por el campo. El adolescente no era otro que Jasson Domínguez, quien, incluso a los 16 años, tenía una presencia imponente en el plato. La forma en que la pelota explotaba de su bate dejó una impresión indeleble en Mendoza.
La forma en que la pelota salió del bate”, recordó Mendoza, “Miggy y Gary eran chicos con experiencia en las grandes ligas, y Jasson…”. [Domínguez] tenía 16 años entonces. No fallaba ni una. Bateaba la pelota con facilidad, a ambos lados del campo y del plato. Yo pensaba: ‘Vaya, esto es real'”.
Jasson Domínguez, conocido cariñosamente como “El Marciano” por su talento fuera de lo común, tenía un don para causar una primera impresión memorable. Recientemente demostró su talento en Houston, donde debutó en las Grandes Ligas con un jonrón ante el formidable Justin Verlander en su primer swing.
Boone, que había explorado a Domínguez durante aquella fatídica visita a la República Dominicana, recordaba haber visto a un joven jardinero central con una poderosa constitución. Domínguez bateó sin esfuerzo las bolas rápidas de los entrenamientos de bateo y demostró una gran capacidad atlética mientras seguía las bolas voladoras.
“Justo entonces, llamó tu atención, como, ‘Tío, este es un chaval de 16 años'”. comentó Boone. “Ves el conjunto de habilidades justo delante de ti, pero él tenía esa sonrisa fácil, se manejaba muy bien. No puedo decir que me sorprenda [that he’s in the Majors]. Eso fue hace cuatro años. Cuando tenía 20 años, estaba dando patadas al balón como estudiante de segundo año en la USC, muy lejos de las grandes ligas”.
Incluso al principio de su carrera, Domínguez no era ajeno a los bombos y platillos y a las comparaciones. Había establecido paralelismos con leyendas como Bo Jackson, Mickey Mantle y Mike Trout incluso antes de firmar su primer contrato profesional, que incluía una sustanciosa prima de fichaje de 5,1 millones de dólares de los Yankees.
En la República Dominicana, un asombrado observador, cuya identidad sigue siendo un misterio, apodó a Domínguez “El Marciano”, en reconocimiento a sus habilidades sobrenaturales. A lo largo de los años, Domínguez ha adoptado este apodo, que se ha convertido en sinónimo de su floreciente carrera en el béisbol.
Mendoza destacó el importante crecimiento y maduración que ha presenciado en Domínguez desde aquel encuentro inicial en 2020. Más allá de su excepcional talento, Domínguez se ha desarrollado como persona y como compañero de equipo, siendo la mejora de sus conocimientos lingüísticos un ejemplo notable.
“Su presencia en el vestuario, sus interacciones y conversaciones”, señaló Mendoza. “Su inglés es muy bueno. El mérito es de la gente de desarrollo de jugadores, porque es una prioridad para él. Cuando le conocí, no hablaba nada; recuerdo que le traducía todas las conversaciones a Boonie. Ahora pueden hablar entre ellos. Eso me llama la atención, que sepa lo importante que es. Pequeñas cosas como ésa hacen mucho”.
Cuando Domínguez saltó al campo para disputar su primer partido en casa, en el Yankee Stadium, agradeció los fervientes vítores de los Bleacher Creatures señalando hacia el cielo, recordando a E.T. La transición de un campo de entrenamiento dominicano bañado por el sol al gran escenario del Bronx pareció perfecta para Domínguez, que ha demostrado una notable capacidad para permanecer imperturbable ante la magnitud del momento.
“Desde mi punto de vista, es el mismo béisbol”, reflexionó Domínguez. “Por supuesto, hay muchas diferencias. Hay muchos más aficionados en las gradas y mucha emoción. Creo que después de los dos primeros días, he podido rebajar la excitación y disfrutar más.”
En un mundo de béisbol en el que las expectativas son altas, Jasson “El Marciano” Domínguez sigue subiendo como la espuma, demostrando que, incluso a una edad temprana, posee el talento, el aplomo y la madurez necesarios para prosperar al más alto nivel del juego.
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