En un giro inesperado de los acontecimientos, Ángel Hernández, el veterano y a menudo controvertido árbitro, ha decidido colgar los trastos y retirarse de las Grandes Ligas de Béisbol. Este anuncio marca el final de una tumultuosa carrera de más de tres décadas, caracterizada por polémicas convocatorias y fervientes discusiones. En particular, su difícil relación con los Yankees de Nueva York y su afición le colocó a menudo en el centro de acalorados intercambios y apasionadas críticas.
En su anuncio de retirada a USA Today, el polarizante árbitro dijo:
“Desde mi primer partido de las Grandes Ligas en 1991, he tenido la grata experiencia de vivir mi sueño infantil de arbitrar en las Grandes Ligas. Atesoro la camaradería de mis colegas y las amistades que he hecho a lo largo del camino.”
También se ha informado de que la MLB y Hernández habían estado negociando un acuerdo durante las dos últimas semanas, concluyéndolo el fin de semana. Esto insinúa claramente su retirada tras la presión de la MLB, que a su vez se enfrentaba a las críticas del mundo del béisbol por permitírselo a pesar de los errores.
Con su retirada, Hernández deja tras de sí un legado complejo, ensombrecido por la polémica y la discordia. Cuando el polvo se asienta, su historia sigue siendo un conmovedor recordatorio de los retos y presiones a los que se enfrentan quienes ofician en los más altos niveles del deporte.
El legado de Hernández marcado por la polémica y el enfrentamiento, especialmente con los Yankees
La carrera de Hernández ha sido un pararrayos de polémicas, sobre todo en relación con los Yankees de Nueva York. Uno de los momentos más vociferantes se produjo durante la Serie de División de la Liga Americana de 2018 contra los Medias Rojas de Boston. En un partido crítico, el ex árbitro anuló tres decisiones en la primera base, lo que provocó graves reacciones de jugadores y aficionados.
Esto obligó a Pedro Martínez a atacarle mordazmente. “Ángel era horrible”, dijo en 2018. “No me hagas hablar ahora de Ángel. Las Grandes Ligas de Béisbol tienen que hacer algo con Ángel. No importa cuántas veces demande a las Grandes Ligas, es tan malo como hay”.
La ira no se limitó sólo a ese partido; CC Sabathia, ex lanzador de los Yankees, expresó abiertamente su frustración tras la cuestionable gestión de la zona de strike por parte de Hernández en el 4º partido. La condena de Sabathia fue inequívoca: “Estuvo terrible en primera base. Es increíble cómo le dan trabajo como árbitro en estos partidos de playoffs… Es malo”.
Los sentimientos de los que se hizo eco Sabathia no fueron aislados. Los seguidores de los Yankees tienen un antiguo agravio con Hernández, expresado a menudo mediante abucheos y cánticos en los partidos. Sus infames decisiones no sólo han sido fuente de frustración, sino que también han suscitado debates sobre la integridad y la calidad del arbitraje en partidos críticos. Esta tensión alcanzó su punto álgido cuando Hernández llamó a la huelga a Gleyber Torres, de los Yankees, durante el partido inaugural de 2024, lo que provocó una erupción en las gradas del Yankee Stadium.
Se cierra el telón
Mientras la MLB se prepara para anunciar oficialmente la retirada de Hernández, las reacciones no se han hecho esperar, y sólo se palpa una sensación de alivio entre la comunidad de los Yankees. Talkin’ Yanks, un popular medio de comunicación de aficionados, conmemoró la retirada de Hernández compartiendo un vídeo de aquella polémica postemporada de 2018, en el que se destacaban las críticas de Sabathia y las problemáticas decisiones del árbitro. El propio Sabathia respondió a la noticia con un revelador GIF de los Looney Tunes en las redes sociales, que resume los sentimientos de muchos seguidores de los Yankees.
La marcha de Hernández no es sólo el final de una carrera; es un momento significativo para la MLB, que a menudo ha sido criticada por su gestión de la actuación de los árbitros. Jugadores de toda la liga, como Bryce Harper, de los Filis, y el ex jugador Ian Kinsler, han expresado su frustración con Hernández a lo largo de los años, lo que subraya un deseo generalizado de cambio en las filas del arbitraje.
El veterano de 62 años trabajó en su último partido, el 9 de mayo, en el encuentro entre los Medias Blancas y los Guardianes, y desapareció del equipo de árbitros sin hacer ruido. Desde entonces, Jacob Metz ha ocupado su lugar, señalando la salida sin ceremonias de Hernández del juego.
El mandato de Hernández se vio empañado por acusaciones de discriminación racial contra la MLB. En 2017, presentó una demanda en la que alegaba que se le había excluido injustamente de prestigiosas Series Mundiales y de puestos de jefe de equipo debido a su ascendencia cubanoamericana. Aunque la demanda fue finalmente desestimada en 2021 después de que un tribunal federal de apelaciones confirmara la sentencia, ensombreció los últimos años de Hernández en el diamante.
Desde sus humildes comienzos como árbitro en la Liga Estatal de Florida con sólo 20 años, Hernández ascendió a las grandes ligas en 1993. Sin embargo, su legado se fue definiendo cada vez más por las protestas de los aficionados y las críticas mordaces de jugadores y directivos, que lo consideraban incompetente en el mejor de los casos.
Quizá el punto más bajo se produjo el 12 de abril de esta temporada, cuando el novato Wyatt Langford recibió tres lanzamientos consecutivos fuera de la zona de strike, como parte de un bombardeo de 7 lanzamientos que, según los informes, no alcanzaron la zona por más de 5 cm. Las redes sociales estallaron en vitriolo contra la incapacidad de Hernández para cantar bolas y strikes con precisión.
Tras jugar sólo 10 partidos en 2022 debido a una lesión y perderse más de 160 llamadas según los informes, la carrera de Hernández como árbitro ha concluido apropiadamente sin ceremonia ni homenaje, un final anticlimático que refleja el vitriolo alimentado por las críticas que plagaron sus últimos años como árbitro de la MLB.
Aunque las métricas internas de la MLB rara vez lo consideran el peor árbitro desde el punto de vista estadístico, el tribunal de la opinión pública arrojó firmemente a Hernández bajo esa luz poco halagüeña durante sus últimas temporadas. Sus fallos detrás del plato se convirtieron en leyenda, alimentando la burla generalizada.
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