Tras su retirada oficial de la MLB la semana pasada, Zack Britton ha hablado abiertamente de los retos a los que se enfrenta su antiguo equipo, los Yankees.
En un artículo publicado en The Athletic el 20 de noviembre, Britton reconoció que los Yankees ya no evocan el mismo nivel de intimidación que en el pasado. Ahora, durante un episodio de “The Show ” con Joel Sherman y Jon Heyman, del New York Post, arroja luz sobre la “desconexión” percibida entre los jugadores y la analítica que se esperaba de ellos.
Cuando Sherman le preguntó su opinión sobre el entrenador de los Yankees, Aaron Boone, y el director general, Brian Cashman, Britton les expresó su apoyo. Sin embargo, el quid de la cuestión, como destacó el ganador del premio Mariano Rivera al Relevista del Año 2016, radica en la discrepancia entre los análisis del equipo y la cultura general del equipo.
Britton ofreció una perspectiva reveladora sobre la integración de la analítica en la organización de los Yankees.
Britton muestra un espejo a los Yankees
Durante el episodio de esta semana de “The Show”, el podcast de béisbol de The Post presentado por Jon Heyman y Joel Sherman, Britton, el ex relevista de los Yankees y los Orioles que se retiró recientemente, compartió sus ideas sobre el uso de la analítica por parte del equipo. Dado el descontento entre los aficionados de los Yankees debido a que el equipo se ha perdido los playoffs este año y no ha conseguido un campeonato desde 2009, Britton fue cuestionado sobre su opinión acerca de si el mánager Aaron Boone y el director general Brian Cashman son adecuados para sus funciones.
Britton, quien jugó para los Yankees de 2018 a 2022, elogió a Cashman y Boone por su conocimiento del béisbol, pero expresó críticas con respecto a la utilización de la analítica por parte de la organización.
Aunque reconoció que Cashman tenía una “gran” comunicación con él a nivel personal, Britton destacó una “desconexión” organizativa más amplia en la aplicación de la analítica dentro del equipo.
Britton mencionó que cree que a veces, como le ocurrió a él personalmente, cuando hay analíticos implicados, tienen acceso a iPads. Expresó su preocupación por el hecho de que adentrarse en la analítica pueda llevar a los individuos a una madriguera de conejo, permitiéndoles encontrar datos que justifiquen diversas perspectivas. Según Britton, las cifras pueden manipularse para ajustarse a una narrativa o imagen deseada sesgándolas de diferentes maneras.
Britton indicó que para Brian podría ser ventajoso lograr un equilibrio entre distintos enfoques, lo que implica una mezcla de métodos tradicionales con analíticos. Sin embargo, Britton aclaró que su visión se limitaba a sus experiencias como jugador y no abarcaba todas las operaciones entre bastidores de la oficina.
Aunque no ofreció detalles concretos, Britton explicó la existencia de una “grieta”.
Britton expresó su desconocimiento específico de los debates en curso dentro de la organización. A partir de su experiencia como jugador, destacó la desconexión habitual que se percibe en el club entre la información o las estrategias presentadas y las observaciones y experiencias reales en el campo.
Expresó que esta falta de conexión a veces causaba desavenencias en el equipo, lo que no favorecía una cultura positiva en el club. Subrayó la importancia de alinear la comunicación de la dirección con el rendimiento sobre el terreno de juego, indicando que, en ocasiones, estos aspectos no se conectaban a la perfección como se deseaba.
Mencionó que los jugadores solían proponer estrategias, sugiriendo lo que creían que funcionaría eficazmente basándose en sus experiencias. Sin embargo, hubo ocasiones en que estas sugerencias, al traducirse en decisiones basadas en datos, no se ajustaron a lo esperado. Insinuó que no era el único jugador que compartía este sentimiento.
Un ex Yankee arremete contra los Yankees más allá de Cashman
Transmitió que no atribuía este asunto únicamente a Brian Cashman o Aaron Boone. Más bien lo percibía como una cuestión organizativa más amplia que se extendía más allá de cualquier persona individual.
Aparte de su dependencia de los datos, Britton elogió a Cashman y Boone por el trabajo que han realizado.
Britton elogió al GM de los Yankees, reconociéndolo como el gerente general con más tiempo en el béisbol. Describió a Cashman como un excepcional profesional del béisbol, expresando sus dudas sobre la posibilidad de encontrar a alguien más competente o experimentado en diversos métodos para conseguir campeonatos.
Britton habló muy bien de Aaron Boone, destacando su sólido pedigrí beisbolístico en el seno de una renombrada familia de beisbolistas. Según Britton, el entrenador de los Yankees posee un currículum impresionante como jugador, lo que le hace destacar. Elogió la habilidad de Boone en el trato con los jugadores, destacando la positiva relación jugador-gestor y afirmando que Boone se adapta bien a la naturaleza dinámica y diversa del jugador moderno. Además, Britton alabó las dotes de comunicación de Boone con los jugadores y su capacidad para gestionar eficazmente los medios de comunicación, afirmando que Boone es la persona idónea para Nueva York.
Incluso con numerosas victorias y apariciones en los playoffs, Britton reconoce la dificultad de satisfacer a la afición de los Yankees.
Britton contó que, al llegar a Nueva York, recibió un valioso consejo de un jugador (que prefirió no nombrar). El consejo hizo hincapié en las elevadas expectativas de la afición de los Yankees, que espera a diario actuaciones de nivel All-Star en todas las posiciones. Britton reconoció la validez de esta expectativa, considerándola justa.
Extendió esta expectativa más allá de los jugadores, indicando que se aplica al gerente, al director general, al propietario y a otros implicados. Además, Britton reconoció la inquietud entre los aficionados debido a la prolongada sequía del equipo en las Series Mundiales, entendiendo que esto lleva al escrutinio y la crítica de todos los relacionados con el equipo.
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