NUEVA YORK — Sorprendentemente, los vibrantes sonidos de la música de órgano están ausentes en más de la mitad de los estadios de béisbol de las Grandes Ligas. Esta tradición, antaño tan arraigada como los cacahuetes y los perritos calientes, ha desaparecido de muchos estadios. Sin embargo, el estadio de los Yankees se opone con orgullo a esta tendencia.
Dentro de sus confines, la esencia de los grandes del béisbol se conserva a través de las melodías de un hábil músico, aparte del cacareado Monument Park del Yankee Stadium. Aquí, la música del organista rinde homenaje al pasado histórico del juego.
“El béisbol me produce una inmensa alegría”, comenta Ed Alstrom, organista del estadio de los Yankees. “Mejorar el ambiente con música es increíblemente gratificante”.
Durante sesenta años, el potente órgano del Yankee Stadium ha sido una presencia constante, poniendo banda sonora a innumerables partidos. Ahora, Ed Alstrom está al timón, ocupando el asiento que una vez ocupó el legendario Eddie Layton.
“Esto es realmente un sueño hecho realidad”, afirma Alstrom, recordando una infancia en la que visitaba el estadio con su padre. “Al ver el órgano allí, rodeado de la energía del juego… supe que eso era lo que quería hacer algún día: fusionar la música con el béisbol”.
Antes de sumergirse en la atmósfera eléctrica de un fin de semana en el Yankee Stadium, Alstrom encuentra consuelo en las tranquilas melodías que interpreta en una iglesia de Montclair, Nueva Jersey. Allí se despoja del papel de organista de los Yankees y se dedica simplemente a la música.
Steve Overmyer, de la CBS de Nueva York, citó a Ed Alstrom expresando su gratitud por la diversidad de su carrera musical. Alstrom dijo que aprecia el reto de pasar de un entorno musical a otro, y señaló la notable diferencia entre sus actuaciones matinales en una iglesia y las vespertinas en el estadio de los Yankees. Overmyer subrayó esta dualidad refiriéndose al Yankee Stadium como la “catedral del béisbol”, un término que Alstrom encontró divertido y añadió: “No hay nada malo en ello”.
El organista Ed Alstrom contribuye al ambiente beisbolístico del Yankee Stadium
Steve Overmyer recorrió la trayectoria musical de Ed Alstrom, que comenzó con una decisión crucial en su juventud. Alstrom contaba que su padre le planteó la disyuntiva de aprender a tocar el órgano o el acordeón, e instintivamente eligió el órgano. Overmyer sugirió en broma que Alstrom podría haberse convertido en un rey de la polca con el acordeón, lo que provocó las risas de Alstrom, que reconoció la posibilidad de arrepentirse en el futuro de forma desenfadada.
A continuación, Alstrom se explayó sobre las diferencias significativas entre pianos y órganos, a pesar de que la disposición de sus teclados es similar. Explicó que los órganos tienen varios manuales (de dos a cuatro) y pedales. Esta configuración única permite al organista tocar notas graves con los pies mientras produce simultáneamente varios sonidos con ambas manos.
El informe de Steve Overmyer destacó la peculiar técnica de interpretación de Ed Alstrom, que consiste en tocar sin zapatos. Alstrom explicó que los zapatos le limitan y que prefiere la precisión táctil de jugar descalzo. También subrayó la exigencia física de tocar el órgano, señalando que requiere la participación de las cuatro extremidades y se asemeja a un entrenamiento riguroso.
El reportaje seguía describiendo la habilidad de Alstrom para mejorar el ambiente tanto de los servicios religiosos como del estadio de los Yankees. Overmyer lo caracterizó no sólo como un tradicionalista, sino como un músico que utiliza su dominio del teclado para tejer narraciones.
Por último, Alstrom describió su animada manera de celebrar los “strikeouts” de los lanzadores de los Yankees, mostrando su enérgico compromiso con el ritmo del juego.
El reportaje de Steve Overmyer ahondaba en cómo la música de Ed Alstrom complementa la acción sobre el terreno de juego, proporcionando un telón de fondo temático al dramatismo del juego. La música de Alstrom se presentaba metafóricamente entrelazada con los sonidos del juego, comparando el chasquido del bate con un “amén” y el rugido del público con un “aleluya”.
Overmyer también transmitió la perspectiva de Alstrom sobre el poder unificador e inspirador de su música. Alstrom citó como fuente de inspiración al legendario organista de los Yankees Eddie Layton, que creía en el uso de la música para animar. Alstrom expresó su propio deseo de lograr este efecto, pues cree que su estímulo musical le beneficia tanto a él como a los aficionados.
El informe concluía destacando el propósito unificador de la música de Alstrom tanto en su iglesia como en el estadio de los Yankees, subrayando su capacidad para conectar con el público independientemente del escenario, ya sea para una congregación religiosa o para animar al equipo local.
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(Fuente: CBS)