El martes por la noche, las ondas de radio de la zona triestatal se llenaron probablemente de la familiar voz de John Sterling, mientras los aficionados de los Yankees se contenían de maldecir, al menos hasta la sexta entrada. La noche fue un recordatorio de los giros impredecibles del béisbol.
Gerrit Cole, el as de los Yankees, que había sido casi intocable en sus cuatro salidas anteriores, permitiendo sólo tres carreras en 23 entradas sin ceder un jonrón, flaqueó inesperadamente. Permitió tres carreras con dos jonrones en sólo cinco entradas de trabajo.
Mientras tanto, el zurdo de los Nacionales Patrick Corbin, que entró en el partido con el ERA más alto entre los titulares cualificados, 5,73, ofreció una gema inesperada. Corbin blanqueó a los Yankees en seis entradas, una hazaña que no había logrado en toda la temporada.
Este giro de los acontecimientos, agravado por los errores defensivos y las oportunidades perdidas en el plato, provocó la derrota de los Yankees por 4-2 en el Nationals Park, un resultado frustrante para el equipo.
Aaron Judge reconoció los errores y las ocasiones desperdiciadas, señalando que tales errores no conducen a la victoria. Expresó su frustración por la incapacidad del equipo para aprovechar las últimas oportunidades del partido.
“Sólo un par de fallos, un par de errores”, dijo el capitán de los Yankees. “No puedes hacer eso si esperas ganar partidos. Tuvimos una oportunidad al final, un par de oportunidades en las dos últimas entradas para remontar y ganar, pero no pudimos conseguirlo”.
Los Yankees (79-54) se encontraron con un rayo de esperanza en la octava entrada, perdiendo 4-0 pero con las bases llenas y sin outs. Sin embargo, Judge, a pesar de su buena actuación reciente, hizo un doble play, que los Nacionales (60-73) aceptaron de buen grado, aunque permitió que se anotara una carrera. El lanzamiento de Giancarlo Stanton puso fin a la amenaza.
En la novena, los Yankees consiguieron arañar otra carrera cuando Jazz Chisholm Jr. hizo un doblete y luego anotó. Con corredores en primera y segunda y un out, se reavivaron las esperanzas de remontada del equipo.
Sin embargo, frente al cerrador de los Nacionales Kyle Finnegan, DJ LeMahieu y Gleyber Torres lanzaron sendos vuelacercas, y el de Torres se quedó a las puertas de la pista de advertencia. Los Yankees, que se fueron 0 de 8 con corredores en posición de anotar, no pudieron convertir sus oportunidades.
Cuando le preguntaron por qué no sustituyó a LeMahieu con Oswaldo Cabrera disponible, el entrenador Aaron Boone señaló el éxito de Finnegan contra los bateadores zurdos. Las estadísticas le respaldan: los zurdos han bateado sólo .186 contra Finnegan, con un OPS de .636, mientras que a los bateadores diestros les ha ido mejor, bateando .257, con un OPS de .732.
La defensa de los Yankees vuelve a la zona oscura
La noche después de una actuación defensiva estelar, el juego de campo de los Yankees se desbarató, provocando una costosa sexta entrada en la que cometieron tres errores, lo que permitió a los Nacionales ampliar su ventaja de 3-0 a 4-0. Esa carrera extra sería muy importante en las fases finales del partido.
Los problemas defensivos comenzaron cuando Dylan Crews bateó una pelota lenta frente al plato. El receptor José Treviño lo atrapó, pero hizo un lanzamiento salvaje a primera, lo que permitió a Crews llegar a la base y avanzar a segunda por el error.
A continuación, Crews robó con éxito la tercera, a pesar de que el lanzamiento de Trevino le ganó la partida. Jazz Chisholm no pudo aplicar la etiqueta limpiamente, allanando el camino para que el ex jugador de los Yankees Joey Gallo anotara una carrera. Gallo bateó a primera base y DJ LeMahieu falló dos veces, permitiendo que todos los corredores llegaran a salvo.
El entrenador de los Yankees, Aaron Boone, subrayó la importancia de endurecer su juego, especialmente en una noche en la que el ataque tuvo dificultades para producir.
El colapso defensivo continuó cuando Gallo intentó robar la segunda base. Ni Anthony Volpe ni Gleyber Torres cubrieron la bolsa, lo que provocó que el lanzamiento de Trevino se desviara hacia el jardín central. Boone aclaró más tarde que hubo una confusión entre Volpe y Torres sobre quién debía cubrir la segunda base, lo que permitió a Gallo avanzar hasta la tercera y culminar una secuencia desastrosa para los Yankees.
Trevino achacó los errores a la falta de comunicación entre los jugadores de los Yankees. “Esas cosas pasan”, dijo el receptor de los Yankees. “Falta de comunicación”.
Antes, los Nacionales tomaron una ventaja de 1-0 en la cuarta entrada, cuando los ex jugadores en ciernes de los Yankees Andrés Chaparro y José Tena batearon jonrones consecutivos ante Gerrit Cole. Ambos disparos se produjeron con bolas rápidas de 96 mph, lo que supuso los primeros jonrones de ambos.
Cole, que ponchó a siete en cinco entradas -la salida más corta desde el 6 de julio-, reflexionó sobre los jonrones, diciendo que él y su receptor se habían comprometido plenamente con su selección de lanzamientos y la habían ejecutado bien, pero admitió que fueron decisiones equivocadas frente a los impresionantes swings de los bateadores.
En el montículo de los Nacionales, Patrick Corbin dominó a la alineación de los Yankees, cediendo sólo dos hits: un doblete de Aaron Judge en la primera entrada y un sencillo de Giancarlo Stanton en la cuarta. Corbin también dio dos bases por bolas y ponchó a seis.
Judge elogió la actuación de Corbin, destacando su eficaz uso de la cuchilla a ambos lados del plato. Destacó la capacidad de Corbin para trabajar el lanzamiento hacia abajo y hacia dentro, a menudo justo al lado del plato, lo que le permitió adelantarse sistemáticamente en la cuenta. El bateador de los Yankees reconoció que enfrentarse a cuentas desfavorables dificulta el bateo, y elogió el enfoque agresivo de Corbin al atacar la zona.
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