La temporada 2024 terminó con una nota agridulce para Aaron Boone. Aunque los Yankees alcanzaron su primer banderín desde 2009, se quedaron a las puertas del campeonato tras perder contra los Dodgers en cinco partidos durante las Series Mundiales. Para colmo de la decepción, Boone quedó quinto en la votación para el Premio Manager del Año de la Liga Americana , una actuación modesta en una temporada llena de altibajos.
Pat Murphy y Stephen Vogt dominan la votación al Mejor Manager del Año
Los premios al Mejor Entrenador del Año de este año han destacado a dos entrenadores noveles. Pat Murphy, de los Cerveceros, ganó el premio de la Liga Nacional con 17 votos a favor y 128 puntos, apareciendo en las 30 papeletas. El entrenador de los Padres, Mike Shildt, quedó segundo con 87 puntos, mientras que Carlos Mendoza, de los Mets, otro entrenador novato, acabó tercero con 35 puntos. En la temporada de debut de Mendoza, los Mets se recuperaron de una pésima temporada 2023, consiguiendo un puesto de Wild Card y avanzando hasta la NLCS, antes de perder contra los Dodgers, a la postre campeones.
En la AL, Stephen Vogt, de los Guardianes, ganó decisivamente, obteniendo 27 de los 30 votos del primer puesto y 135 puntos. Su liderazgo transformador en Cleveland le convirtió en un ganador arrollador. Matt Quatraro, de los Reales, y A.J. Hinch, de los Tigres, le siguieron en segundo y tercer lugar. Aaron Boone, junto a Mark Kotsay de los Athletics, empataron en el quinto puesto con sólo tres puntos de un único voto de segundo lugar.
Los movimientos tácticos de Boone en 2024
A pesar de su mediocre posición en la votación, Boone demostró audacia en la toma de decisiones durante la temporada. Confió en Luke Weaver como cerrador al final de la temporada, dio a Clay Holmes la oportunidad de recuperar su papel en el alto riesgo y asignó al novato Austin Wells el puesto de receptor titular. Además, movió a Gleyber Torres al puesto de primera base, se arriesgó con Jazz Chisholm Jr. en la tercera base y le dio a Luis Gil el puesto de quinto titular desde los entrenamientos de primavera.
Estas decisiones no se tomaron sin la colaboración del front office de los Yankees, pero Boone merece un reconocimiento por ponerlas en práctica. La confianza ha sido siempre una piedra angular de su estilo de gestión, que a menudo ha impulsado la confianza de los jugadores y fomentado un ambiente de apoyo.
Sin embargo, la confianza por sí sola no pudo enmascarar los recurrentes problemas de los Yankees con los fundamentos. El mal juego de base y los fallos defensivos fueron una plaga para el equipo a lo largo de 2024. La reticencia de Boone a responsabilizar públicamente a los jugadores ha sido criticada como posible factor de las incoherencias del equipo. Aunque en agosto sentó a Torres en el banquillo por no esforzarse, este tipo de acciones fueron poco frecuentes, lo que plantea dudas sobre la cultura que fomenta.
Los defectos de los Yankees se pusieron de manifiesto en las Series Mundiales. Los Dodgers aprovecharon los errores defensivos de sus oponentes, y el relevista Joe Kelly apodó a las dificultades de los Yankees “defensa yanqui”. El colapso de la quinta entrada del 5º partido puso de manifiesto su incapacidad para ejecutar jugadas fundamentales, subrayando la diferencia entre su talento y su rendimiento bajo presión.
Aunque Boone merece crédito por llevar a los Yankees a su primer banderín en más de una década, su mandato sigue siendo tema de debate. El hecho de que el equipo no haya alcanzado su potencial en momentos críticos plantea dudas sobre su capacidad para llevarles a un campeonato.
A medida que Aaron Boone se prepara para la temporada 2025, la presión por cumplir no hará sino intensificarse. Para los Yankees, ganar no es sólo el objetivo, es la expectativa. El futuro de Boone puede depender de si por fin es capaz de llevar a los Bombarderos del Bronx a lo más alto.
¿Qué te parece? Deja tu comentario a continuación.