El zurdo de los Yankees de Nueva York , Carlos Rodon, tuvo una dura salida contra los Bravos de Atlanta el viernes por la noche en el Yankee Stadium, que se saldó con una derrota por 8-1 para los Yankees.
La actuación de Carlos Rodón supuso una brusca desviación de su estelar esfuerzo de siete entradas y una carrera a principios de mes contra los Reales de Kansas City, que había reducido su ERA por debajo de 3,00 y sugería un cambio positivo en su temporada inaugural con los Yankees.
Sin embargo, las siguientes salidas de Carlos Rodon han suscitado preocupación. Sus lanzamientos, especialmente su bola rápida, han perdido su filo, permitiendo a los bateadores rivales aprovechar sus errores. Tras su gran actuación en Kansas City, el lanzador flaqueó en su siguiente aparición en Fenway Park, concediendo cinco carreras ganadas a los Medias Rojas de Boston.
El partido del viernes contra los Bravos fue el peor de Carlos Rodón esta temporada. Permitió 11 hits, uno menos que el máximo de su carrera, y siete carreras en contra. La ofensiva de los Bravos fue implacable desde el principio, con el bateador inicial Jarred Kelenic haciendo un sencillo en su primer lanzamiento, seguido de un jonrón de dos carreras de Ozzie Albies al jardín izquierdo.
En una dura salida para el lanzador de los Yankees Carlos Rodon, los Bravos de Atlanta mantuvieron un implacable impulso ofensivo, que culminó en una victoria por 8-1 el viernes por la noche. Austin Riley y Matt Olson lanzaron sendos jonrones contra Rodón, en la primera y cuarta entradas, respectivamente. La situación se deterioró aún más cuando el doblete RBI de Sean Murphy, junto con una mala jugada del jardinero izquierdo Jahmai Jones, hizo que el entrenador de los Yankees, Aaron Boone, sacara a Carlos Rodon del partido.
Cuando Carlos Rodon salió del montículo, fue recibido con fuertes abucheos por parte de los fieles de los Yankees. Tras el partido, el lanzador reconoció la reacción de los aficionados, admitiendo que su actuación estuvo por debajo de las expectativas.
“Es sólo una parte”, dijo. “Evidentemente, no rendí al máximo de mis posibilidades y así son las cosas aquí”.
A pesar de los malos resultados, tanto Boone como Carlos Rodon identificaron algunos ajustes positivos durante el partido. El zurdo de los Yankees aumentó su dependencia de los lanzamientos secundarios para contrarrestar el bateo agresivo de los Bravos. Dio crédito a Atlanta por su eficaz estrategia, en particular por sus tempranos ataques a su bola rápida.
Reflexionando sobre el partido, Carlos Rodón expresó su decepción, pero destacó la importancia de seguir adelante. Reconoció la gran actuación de los Bravos y subrayó la necesidad de aprender de esta experiencia a medida que avance la temporada.
“Salieron a por todas”, admitió Carlos Rodón. “Hicieron daño con algunas bolas rápidas. Dos lanzamientos dentro, dos carreras fuera. Yo intentaba conseguir [the fastball up] y ellos me atacaban en mis puntos fuertes y ejecutaban sus golpes. Me quito el sombrero ante ellos, obviamente. No es el camino que quería seguir, pero hay que pasar página. Ha sido duro”.
Carlos Rodon defraudó las esperanzas de los Yankees
Desde el principio, los Bravos hicieron valer su dominio. Los problemas de Carlos Rodon empezaron de inmediato: su primer lanzamiento fue bateado para un sencillo y su segundo lanzamiento resultó en un jonrón de dos carreras de Ozzie Albies. Este temprano revés frustró visiblemente a Rodón y marcó el tono de la noche.
Los Bravos, actualmente 12º en carreras por partido, mantuvieron su presión ofensiva. Austin Riley se sumó a la embestida con un jonrón en la primera entrada. En la segunda, el sencillo RBI de Jarred Kelenic agravó aún más las dificultades de Rodón.
Un momento especialmente duro para los Yankees se produjo cuando la bola terrestre de Sean Murphy se coló entre la defensa y fue mal manejada por el jardinero izquierdo suplente Jahmai Jones, lo que permitió que se anotara una carrera adicional y que Murphy avanzara a tercera base.
Los 45.226 espectadores no ocultaron su decepción y abuchearon ruidosamente a Carlos Rodon cuando abandonó el montículo. La intensidad de la reacción negativa fue sorprendente, dado el sólido récord de 51-27 de los Yankees.
La actuación de Carlos Rodón recordó a sus dificultades de la temporada anterior, lo que suscita dudas sobre su regularidad y eficacia contra equipos ofensivos de primer nivel. A pesar del éxito general de los Yankees este año, su comienzo rocoso puso de relieve los continuos retos que deben abordarse a medida que avanza la temporada.
El público del Yankee Stadium expresó su frustración en voz alta en la tercera entrada, cuando un doblete de Ramón Laureano provocó una carrera. Su descontento aumentó aún más en la cuarta entrada con el jonrón de dos carreras de Matt Olson, que provocó un coro de abucheos.
La noche de Carlos Rodon llegó a su fin poco después de que diera un paseo y Sean Murphy conectara un doble. Su baja elevó su ERA a 3,86, renovando las preocupaciones sobre su capacidad para mantener la eficacia a medida que avanza la temporada, un problema recurrente durante su etapa con los Yankees. Las cámaras de televisión captaron varios momentos de visible frustración de Carlos Rodón, incluido lo que pareció un arrebato dirigido a un entrenador al principio del partido, y una actitud angustiada al salir del montículo.
Tras el partido, Carlos Rodón atribuyó su respuesta emocional a la decepción por su actuación en la primera entrada, en la que cedió tres carreras, incluidos dos jonrones.
El entrenador de los Yankees, Aaron Boone, reconoció la intensidad de Carlos Rodon, interpretándola como un reflejo del compromiso y el afán de éxito del lanzador. Boone hizo hincapié en lo mucho que está en juego en su temporada y no expresó ninguna preocupación por la apasionada reacción de Carlos Rodon a sus luchas.
“Nos jugamos mucho”, dijo el entrenador de los Yankees. “No hubo problema con su intensidad al salir. Quería y esperaba más”.
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