La saga de Anthony Rizzo del verano pasado dejó un regusto amargo a los aficionados de los Yankees, destacando como un paso en falso significativo en el manejo de su personal médico del síndrome post-conmoción cerebral. Tras una brutal colisión a finales de mayo, su impresionante rendimiento de una media de .304, 11 jonrones y 32 carreras impulsadas en 53 partidos, que se proyectaba a un notable ritmo de 33 jonrones y 94 carreras impulsadas, se desvaneció de la noche a la mañana.
A su regreso de una breve temporada en la lista de lesionados, Anthony Rizzo parecía una mera sombra de lo que fue, soportando dos meses de escaso rendimiento con un mísero promedio de .172. En agosto, un diagnóstico de síndrome post-conmoción cerebral puso fin prematuramente a su temporada.
Aunque los Yankees reconocieron que Anthony Rizzo había superado los protocolos de conmoción cerebral antes de regresar, no reconocer sus evidentes problemas cognitivos fue un error costoso. Permitirle jugar durante esa serie de Baltimore y la semana siguiente fue una apuesta arriesgada, aunque no tuvo consecuencias permanentes.
Los Yankees esperan una explosión ofensiva de Anthony Rizzo
Afortunadamente, dos meses después, las perspectivas son positivas. Anthony Rizzo expresa sentirse bien, los resultados de sus pruebas indican curación y anticipa participar en los entrenamientos de primavera sin restricciones. Brian Cashman comparte este optimismo y afirma: “Tenemos la esperanza de que sea el Anthony Rizzo con el que podemos contar.”
Sin embargo, esta esperanza está matizada por la cautela. Los problemas de Clint Frazier tras su conmoción cerebral son un claro recordatorio de los posibles efectos a largo plazo. Aunque los Yankees confían en las valoraciones de Anthony Rizzo y sus médicos, reconocen la imprevisibilidad inherente a las lesiones en la cabeza.
“No es territorio desconocido”, señala Cashman, “pero sí un reto”. Destaca el bienestar de Rizzo y los informes positivos, pero no rehúye reconocer la persistente incertidumbre. “El cerebro es algo complicado”, admite, “incluso con expertos de por medio”.
La recuperación de Anthony Rizzo presenta una oportunidad para una resolución positiva, pero los Yankees proceden con optimismo cauteloso, conscientes del impacto potencial duradero de esta lesión a lo largo de la temporada y más allá.
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