El 34 cumpleaños de Gerrit Cole fue cualquier cosa menos una celebración para los Yankees, ya que los errores defensivos y un flojo ataque se combinaron para estropear lo que podría haber sido un día victorioso. A pesar de la sobresaliente actuación del lanzador as en el montículo, los Yankees cayeron por 2-1 ante los Cachorros en un domingo soleado en el Wrigley Field, perdiendo la oportunidad de barrer la serie.
Cole lanzó seis sólidas entradas, cediendo sólo tres hits y una caminata, y ponchando a siete en un duelo con su amigo y antiguo compañero de equipo Jameson Taillon. Tras una primera entrada dura, prolongada por el error de campo de Gleyber Torres, el as de los Yankees recuperó su ritmo, retirando a los 12 últimos bateadores a los que se enfrentó y a 15 de los 16 siguientes. Sin embargo, el daño de la primera entrada fue suficiente para hundir a los Yankees (82-61), que perdieron la oportunidad de ampliar su estrecha ventaja de medio partido sobre los Orioles en la AL Este.
El mánager Aaron Boone alabó la actuación de Cole, pero se mostró decepcionado por la oportunidad perdida de barrer a unos Cachorros en racha. Boone subrayó la importancia de pasar página cuando los Yankees regresen a Nueva York para una campaña crítica en casa.
“(Tuvimos) la oportunidad de barrer a un buen club que está jugando bien”, dijo tras la derrota, “(Apesta), pero tenemos que volver a casa y empezar una gran racha en casa”.
Taillon, que ya frenó a los Yankees en una salida anterior el pasado julio, volvió a ser eficaz contra su antiguo club, al contenerles una sola carrera en seis entradas. El ataque de los Yankees tuvo problemas en situaciones clave, yendo 1 de 8 con corredores en posición de anotar y dejando a siete hombres en base. El jardinero izquierdo de los Cubs, Ian Happ, desempeñó un papel importante en sus problemas ofensivos, realizando jugadas espectaculares para robar a los Yankees varios hits.
Los problemas ofensivos fueron aún más evidentes si se tiene en cuenta el costoso error de Torres, que permitió las dos únicas carreras de los Cachorros en toda la serie. El partido puso de relieve cómo un solo fallo defensivo puede eclipsar la dominante actuación de un as y alterar el impulso de un equipo en una acalorada carrera por la división.
Cole vuelve a ser el as de los Yankees, pero la defensa le defrauda
En la primera entrada en el Wrigley Field, Gerrit Cole se encontró en un aprieto con dos outs y un corredor en primera base. Cody Bellinger bateó un fuerte golpe a segunda, donde Gleyber Torres intentó una jugada de revés, pero falló, cometiendo su 17º error de la temporada. El error permitió avanzar a ambos corredores, preparando el terreno para una dura entrada.
El entrenador de los Yankees, Aaron Boone, comentó más tarde que la vacilación de Torres fue un factor en el error, sugiriendo que una decisión más rápida de cargar la pelota podría haber evitado el percance.
La entrada dio otro giro cuando el ex jugador de los Yankees Mike Tauchman se enfrentó a Cole en un agotador bateo de 10 lanzamientos, en el que rechazó cuatro lanzamientos y aceptó dos bolas al límite antes de conseguir una base por bolas. Cole, visiblemente frustrado con la zona de strike del árbitro Brian Walsh durante la aparición de Tauchman en el plato, admitió más tarde que podía haberse equivocado en su reacción inicial a las llamadas.
Isaac Paredes se adelantó entonces y lanzó un suave sencillo a la izquierda-centro, impulsando dos carreras no ganadas y dando a los Cachorros una temprana ventaja de 2-0. Cole expresó su decepción tras el partido, pues sintió que había perdido oportunidades clave para hacer mejores lanzamientos y salir de la entrada sin daños.
“Ese [inning] apestaba”, dijo el as de los Yankees. “Tuve un par de oportunidades para levantarnos y sacarnos, pero no hice suficientes lanzamientos buenos”.
El error defensivo no sólo permitió dos carreras, sino que también amplió en 17 el número de lanzamientos de Cole en la entrada, contribuyendo en última instancia a su límite de seis entradas en el partido. Torres, reflexionando sobre su jugada, admitió que creía que tenía una oportunidad, pero no pudo hacer la jugada.
Esta secuencia sirve como recordatorio de lo rápido que un error defensivo puede entrar en barrena y tener consecuencias que alteren el juego. Subraya los estrechos márgenes del béisbol, donde hasta el más mínimo fallo en la ejecución puede cambiar el impulso, especialmente en las reñidas competiciones divisionales, donde cada partido tiene un peso significativo.
Los Yankees parecían preparados para abrir brecha en la segunda entrada con corredores en las esquinas y un solo out, pero su ímpetu se estancó y se conformaron con una sola carrera gracias al sacrificio de Anthony Volpe. La magnífica recepción en picado de Ian Happ de la bola de Volpe fue decisiva para limitar los daños.
Happ siguió siendo una espina clavada en el costado de los Yankees, y más tarde atrapó en la hiedra la profunda bola fly de Austin Wells en la octava entrada, sofocando aún más el ataque de Nueva York. Boone, entrenador de los Yankees, reconoció la heroicidad defensiva de Happ, sugiriendo que el partido podría haber tomado un rumbo diferente si la bola de Volpe hubiera encontrado la hierba en lugar del guante de Happ.
A pesar de las oportunidades perdidas en el plato, la gran actuación de Gerrit Cole fue un resquicio de esperanza para los Yankees. Últimamente, Cole está en plena forma, sobre todo después de un comienzo de temporada retrasado, y ha registrado un ERA estelar de 1,58 en sus últimas siete salidas. Su dominio de la bola rápida y su eficacia han sido especialmente agudos, y Cole ha destacado la facilidad y confianza con que ejecuta sus lanzamientos.
Cole elogió el duelo de lanzadores con Jameson Taillon, alabando la sólida salida de su amigo y antiguo compañero de equipo. Sin embargo, el as de los Yankees expresó su frustración consigo mismo, creyendo que falló lanzamientos cruciales que podrían haber mantenido el partido sin goles.
La salida de Cole reforzó su condición de pieza clave en la rotación de los Yankees, que se enfrentan a un tramo crítico de la temporada. Su resurgimiento es una señal positiva para Nueva York, que a veces ha tenido problemas ofensivos, pero que sigue en la lucha por llegar a octubre. Con Cole lanzando a su mejor nivel, las esperanzas de postemporada de los Yankees descansan significativamente sobre sus hombros, lo que subraya el papel vital de los lanzadores de élite en las reñidas batallas que se avecinan.
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