John Sterling estaba preparado esta vez cuando Justin Turner envió una bola de foul por segunda vez a la cabina de radio de los Yankees. Pero bromeó para saber por qué el jugador de los Boston Red Sox había desarrollado la manía de batear en su dirección.
En una ocasión anterior esta temporada, John Sterling fue golpeado en la cara por una bola de foul del bate de Turner durante un partido de los Red Sox en el Yankee Stadium. Afortunadamente, la lesión no fue grave y John Sterling regresó a la cabina al día siguiente con un vendaje sobre el ojo izquierdo. Curiosamente, este pasado fin de semana, la cabina de radio de los Yankees sufrió otro incidente con una bola foul, y sorprendentemente, una vez más fue el bate de Turner el responsable.
En esta ocasión, la pelota de falta acabó golpeando la papelera de la cabina de radio, pero John Sterling la anuló. Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿por qué se han producido dos casos de balones de falta que han llegado a la cabina de radio?
“Nunca le he hecho nada malo a Justin Turner, y él ha venido a cazarme dos veces”, John Sterling reflexionó sobre si podría haber alguna intención deliberada detrás de las bolas de falta, expresando su curiosidad por la situación.
En la ocasión anterior, Waldman, compañero de retransmisiones de John Sterling, llevó la pelota a Turner y solicitó su firma. Sin embargo, cuando Turner volvió a enviar un balón a la cabina, Waldman se dirigió a él en busca de una explicación para los recurrentes sucesos.
“Cogí esa pelota y escribí en ella: ‘Querido Justin, ¿por qué nos odias tanto? Con cariño, John y Suzyn, radio de los New York Yankees’, y se la di antes del partido”, contó Waldman. “Una vez por serie, golpea una pelota contra la cabina”.
John Sterling sabe qué hacer
Parecía que John Sterling había aprendido la lección del incidente de la falta inicial. Tras su encuentro con la potente bola de falta de Turner en junio, el comentarista de 85 años mostró esta vez mejores reflejos y consiguió esquivar el balón.
John Sterling añadió que lo que le preocupaba era el hecho de que la cabina de radio no solía recibir muchos balones debido a su ubicación distante.
Puede que antes no fuera habitual que las pelotas paradas llegaran a la cabina de retransmisión, pero que se produzcan dos en una misma temporada es sin duda digno de mención. Y resulta aún más peculiar cuando en ambos casos está implicado el mismo jugador del equipo contrario.
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