Durante una entrevista el domingo por la mañana en el estadio de los Yankees, Jazz Chisholm demostró una dedicación única a su papel de DJ del club, interrumpiendo con frecuencia la conversación para cambiar de canción. A pesar de disculparse por las interrupciones, estaba claro que Chisholm se tomaba en serio sus obligaciones musicales.
Su intensa concentración en la música despertó la curiosidad sobre la elección de sus canciones. Cuando se le preguntó, Chisholm sorprendió al entrevistador al revelar que las canciones no estaban sacadas de una lista de reproducción personal, sino que eran creaciones originales suyas.
El tercera base titular de los Yankees explicó que la suave voz que llenaba la sede del club era suya, y señaló con orgullo que todas las pistas que sonaban eran obra suya, no sólo una selección de canciones favoritas. Chisholm incluso compartió su teléfono con el entrevistador, mostrando una larga lista de archivos de canciones que había grabado personalmente.
Chisholm aclaró que se considera más rapero que cantante, aunque describió con humor su estilo como “rapper…ish”. En su faceta musical, se hace llamar Prince Jazz.
“Joder, había olvidado lo rápida que es esa canción”, dijo. “Lo siento, una más. Son canciones que me gustan. Éste soy yo”.
Esta inesperada revelación arrojó luz sobre un aspecto diferente de la vida de Chisholm, destacando su lado creativo más allá del diamante de béisbol. Mostró cómo infundía su personalidad en el entorno del equipo, mezclando su amor por la música con su papel de jugador. Su disposición a compartir su pasión musical ofreció una visión de los diversos intereses y talentos que suelen poseer los atletas profesionales, revelando que hay algo más en ellos que sus proezas atléticas.
Intrigado por el talento musical de Jazz Chisholm, el entrevistador le preguntó si sus compañeros de los Yankees sabían que estaban escuchando sus propios temas. Él, con una sonrisa juguetona, reveló que la mayoría de sus compañeros no sabían que la música que sonaba en el club era suya. Sólo los empleados del club conocían el secreto.
“No lo saben. No”, dijo. “Aquí nadie sabe que me están escuchando, excepto los clubbies. Me voy a casa y me olvido del béisbol. No soy un jugador de béisbol fuera del béisbol. Sólo rapeo sobre mi vida fuera de ella”.
Mientras hablaba, Chisholm saludó con la cabeza a dos asistentes del club, que intercambiaron sonrisas cómplices con él, como hermanos que comparten un chiste en una reunión familiar, sin que nadie se diera cuenta.
Chisholm pasó a explicar su proceso creativo, detallando cómo colabora con su íntimo amigo y antiguo compañero de equipo de los Marlins, Nick Gordon. Sus sesiones de grabación tienen lugar en estudios profesionales proporcionados por Roc Nation, la agencia de Jay-Z, o en casa durante el tiempo libre después de los partidos. Chisholm describió cómo Gordon suele despertar su creatividad enviándoles nuevos ritmos o letras por FaceTime, lo que da lugar a sesiones de grabación espontáneas.
El dúo trabaja en estrecha colaboración con el productor Julio Ángel Fernández Jr., conocido en la industria como July Da Producer, para convertir sus ideas en temas pulidos. Chisholm comparte que esta afición musical, que comenzó hace unos años, se ha convertido en una forma de desconectar y alejarse de las presiones de su carrera en el béisbol.
Chisholm destacó que la música le ofrece una vía de escape mental del juego, permitiéndole desconectar del béisbol cuando no está en el campo. Considera que su personalidad musical está separada de su identidad atlética, y utiliza su rap para expresar partes de su vida que no giran en torno al deporte. Este vistazo a los intereses de Chisholm fuera del campo puso de relieve la complejidad de su carácter, mostrando cómo los atletas profesionales a menudo cultivan pasiones y talentos más allá de sus carreras principales.
Describió la música como una forma de desconectar mentalmente del juego, considerando su carrera de rapero como una faceta separada de su vida. Esta revelación sobre los intereses de Chisholm más allá del béisbol puso de relieve los diversos talentos de los atletas profesionales y cómo a menudo desarrollan pasiones fuera de sus carreras principales.
Aclaración sobrevalorada de Chisholm
Una encuesta reciente de The Athletic ha etiquetado a Jazz Chisholm como el jugador más sobrevalorado de la MLB, con 12 de 59 jugadores (20,3%) que le han votado en este puesto, superando al tercera base de los Angels Anthony Rendon. Aunque la encuesta no daba razones específicas para los votos, algunos especulan con que el destacado papel de Chisholm en la portada de “MLB The Show” del año pasado podría haber conformado esta opinión entre sus compañeros.
A pesar de la etiqueta, la contribución de Chisholm es fundamental para las esperanzas de los Yankees en la postemporada. Al entrar el lunes empatados con el mejor récord del béisbol, los Yankees han ganado cuatro de sus últimas cinco series, en parte gracias a la influencia de Chisholm. Esta temporada se encuentra entre los cinco jugadores de la MLB con al menos 20 jonrones y 25 bases robadas, uniéndose a las filas de Elly De La Cruz, Shohei Ohtani, José Ramírez y Bobby Witt Jr. Dentro de la alineación de los Yankees, Chisholm es el tercer bateador más eficaz, por detrás de Juan Soto y Aaron Judge.
“¿Qué eran, unos 11 jugadores? Definitivamente, yo también sabía con quién hablaban. No fue difícil averiguar quiénes eran los jugadores”, dijo. “Realmente no me importaba. ¿A quién le importa lo que otra persona tenga que decir sobre mí? Si realmente votó que estoy sobrevalorado, eso significa que tienes algo en la psique, hermano. Como yo, no voy a salir a votar quién es un jugador sobrevalorado porque ni siquiera sé quién es un jugador sobrevalorado. No me fijo tanto en la gente. Sólo me fijo en la gente que es buena, lo siento. Así que si me llamas sobrevalorado, tengo que ser bueno. Así es como yo lo veo”.
Chisholm también ha abordado el dilema de la tercera base de los Yankees. Aunque nunca había jugado profesionalmente en esa posición antes de incorporarse a Nueva York, ha asumido el papel con determinación. Su adaptación ha tenido sus dificultades, incluido un error de campo el domingo (el primero en 12 partidos), pero en general su rendimiento ha sido bueno. En 107 entradas en la tercera base, ha registrado 2 carreras defensivas salvadas y 2 outs por encima de la media.
La capacidad de Chisholm para aprender una nueva posición a la vez que ofrece un impacto ofensivo significativo subraya su valor para los Yankees. Su papel tanto en la estabilización de la defensa como en el refuerzo de la alineación pone de relieve su importancia para el éxito del equipo, independientemente de la etiqueta de “sobrevalorado” de sus compañeros.
Fuera del béisbol, Chisholm tiene ambiciones en la industria musical. Su objetivo es tener un sello discográfico y publicar un álbum. A principios de este año, Chisholm colaboró con su antiguo compañero de equipo Nick Gordon en una canción titulada “Upset Your Maker”, publicada en SoundCloud con el nombre de Nick & Jazz by Festine. También mencionó sus planes de utilizar uno de sus propios temas como música de entrada con los Yankees una vez que se publique oficialmente, como ya hizo anteriormente con los Marlins.
A pesar de sus aspiraciones musicales, Chisholm sigue centrado en su rendimiento en el béisbol, comprendiendo que sus contribuciones con el bate son actualmente más críticas que sus esfuerzos musicales.
Aunque el personaje musical de Chisholm, Prince Jazz, no es muy conocido entre sus compañeros de equipo, los Yankees reconocen su papel esencial en la consecución del campeonato. Chisholm, que grabó su último tema el 3 de agosto en Nueva York, animó a los oyentes a seguir su música, insinuando que merece la pena prestar atención tanto a sus actividades atléticas como musicales.
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