David Wells, ex lanzador de las Grandes Ligas de Béisbol y leyenda de los Yankees de Nueva York, no se corta a la hora de expresar sus opiniones, especialmente cuando se trata de lo que considera una intromisión de la política en el deporte. Durante una entrevista en“Las mañanas con María“, Wells se sinceró sobre cómo se ha transformado el panorama del marketing deportivo a lo largo de los años, y no se anduvo con rodeos a la hora de expresar sus preocupaciones.
Lanzar bolas rápidas de opinión: David Wells analiza la política en el deporte
David Wells empezó recordando sus días como jugador de béisbol, una época en la que las discusiones políticas distaban mucho de ser un aspecto destacado del mundo del deporte. Expresó su consternación ante la tendencia actual de las empresas a participar activamente en posturas políticas, por considerar que confunde y asfixia a los jugadores que pueden dudar a la hora de expresar sus opiniones. Subrayó la importancia de que los deportistas digan lo que piensan, independientemente de las posibles consecuencias, especialmente cuando perciben ingresos sustanciales.
Lamentó que las incursiones de estas empresas en política ensombrezcan el puro disfrute del deporte. Cree firmemente que la inyección de posturas políticas en el deporte es perjudicial para el juego y sus jugadores.
Wells, que desempeñó un papel fundamental en la victoria de los Yankees en el campeonato mundial de 1998, estableció un paralelismo entre el apoyo de Nike a la protesta de Colin Kaepernick y la asociación de Bud Light con el influencer transexual Dylan Mulvaney. Reconoció la importancia de la inclusividad, pero argumentó que las empresas deben tener cuidado de no alienar a sus consumidores habituales promoviendo una narrativa particular de forma demasiado agresiva.
En su opinión, el planteamiento de Bud Light fue erróneo y provocó una pérdida de clientes. Criticó a la empresa por enviar un mensaje equivocado y subrayó que habían cometido un error importante.
Wells no limitó su comentario a las posturas políticas de las empresas. También expresó su apoyo a los activistas del deporte que abogan por la integridad de las competiciones exclusivamente femeninas. Elogió a la ex nadadora de la Universidad de Kentucky Riley Gaines por su postura sobre la participación de atletas transexuales en deportes femeninos. Wells argumentó que permitir que los hombres compitan en deportes femeninos no sólo es injusto, sino también potencialmente peligroso, especialmente en deportes de alto impacto.
Sugirió que si los deportistas transexuales querían competir, debían crear sus propias ligas para garantizar la equidad.
Wells, conocido por su dedicación al apoyo de las fuerzas armadas, habló de su decisión de pegar el logotipo de Nike en su camiseta de los Yankees durante un reciente partido del Old Timers’ Day. Expresó su firme apoyo al ejército estadounidense y destacó que su fundación, la Perfect 33 Foundation, se dedica a ayudar a los veteranos.
Sus acciones fueron una respuesta directa a la asociación de Nike con Colin Kaepernick, que se arrodilló durante el himno nacional. Wells cree que este acto faltó al respeto a la bandera y al ejército, algo que él aprecia mucho. Afirmó que si estuviera jugando hoy con una camiseta Nike, habría tomado medidas similares para protestar por el respaldo de Nike a las acciones de Kaepernick.
Tanto Nike como la empresa matriz de Bud Light, Anheuser-Busch, declinaron hacer comentarios sobre las declaraciones de Wells.
Las opiniones francas y sin remordimientos de David Wells sobre la intersección de la política y el deporte demuestran su pasión por el juego y su dedicación a las causas en las que cree. En una época en la que el deporte y la política están a menudo entremezclados, Wells es una voz que se niega a ser silenciada y que defiende lo que cree que es correcto para el deporte que ama.
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