Los sueños de los Yankees en las Series Mundiales se desvanecieron el miércoles por la noche en una brutal quinta entrada, convirtiendo una ventaja dominante en una sorprendente derrota. Con cinco carreras de ventaja y el as Gerrit Cole en el montículo, Nueva York parecía dispuesto a prolongar la serie y devolverla a Los Ángeles.
La confusión comenzó cuando Kike Hernández anotó el primer hit de los Dodgers, desencadenando una serie de errores defensivos que condenaron a los Yankees. La mala jugada de Aaron Judgecon el batazo de Tommy Edman al centro se convirtió en el punto de inflexión, permitiendo a ambos corredores llegar a la base y cambiando por completo el impulso.
Para Cole, que había realizado una salida casi impecable, la entrada se volvió trágica, ya que los errores defensivos anularon sus esfuerzos. A pesar de tener dos outs, los Yankees no pudieron cerrar la entrada, permitiendo al final cinco carreras no merecidas que borraron su ventaja, antes sólida.
Teoscar Hernández, jardinero de los Dodgers, destacó el enfoque implacable de su equipo, diciendo que su objetivo era poner la pelota en juego y presionar a la defensa de los Yankees. Esa estrategia dio sus frutos, conduciendo a una histórica remontada que aseguró a Los Ángeles el campeonato.
Al final, la energía en el Yankee Stadium pasó del optimismo a la incredulidad, ya que lo que empezó como una noche esperanzadora en el Bronx se disolvió en uno de los finales más dolorosos que se recuerdan en la reciente postemporada.
La defensa de los Yankees se derrumba en el peor momento
El descalabro de los Yankees continuó cuando un lanzamiento rutinario de Will Smith al campocorto se convirtió en otro costoso error. El lanzamiento de Anthony Volpe al tercera base Jazz Chisholm se fue desviado, fallando el force out y cargando las bases sin outs, intensificando la presión sobre la defensa de Nueva York.
Gerrit Cole pareció recuperarse brevemente, ponchando a Gavin Lux y Shohei Ohtani ante un audible suspiro de alivio del público del Yankee Stadium. Pero la entrada dio un giro fatídico en una simple jugada de Mookie Betts, dejando al descubierto un fallo crítico. Cuando el primera base Anthony Rizzo recogió la pelota, esperaba que Cole cubriera la primera base, pero Cole no hizo el movimiento, permitiendo que Betts llegara a salvo y que los Dodgers anotaran su primera carrera.
El impulso cambió por completo cuando Freddie Freeman, que pronto sería nombrado MVP de las Series Mundiales, anotó un sencillo de dos carreras con las bases llenas. A continuación, Teoscar Hernández abrió el partido con un doblete de dos carreras, culminando una remontada de cinco carreras que empató el partido.
Las estadísticas de Cole reflejaron la desastrosa entrada: 38 lanzamientos, 10 bateadores y 4 hits permitidos. A pesar de que aún quedaban cinco entradas por jugar, los Yankees lucharon por superar el peaje mental y físico de su descalabro defensivo, que convirtió lo que parecía una serie abocada al sexto partido en una derrota que pondría fin a la temporada.
La entrada subrayó cómo incluso las jugadas defensivas rutinarias pueden decidir campeonatos, con tres errores cruciales que sellaron el destino de los Yankees en uno de los colapsos más atroces de la historia reciente de las Series Mundiales.
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